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Baha'u'llah : Tablas de Bahá'u'lláh

Nota de la versión: Traducción mínimamente revisada por la E.B.E. de la edición de E.B.I.L.A. de 1990.

TABLAS DE Bahá'u'lláh
REVELADAS DESPUÉS
DEL Kitáb-I-AQDAS
Recopiladas por el Departamento
de Investigación de la Casa Universal
de Justicia y traducidas al inglés por
Habib Taherzadeh con la ayuda de
un Comité del Centro Mundial Bahá'í
Título original en inglés:

Tablets of Bahá'u'lláh Revealed After the Kitáb-i-Aqdas

ÍNDICE
Prefacio
Law¥-i-Karmil (Tabla del Carmelo)
Law¥-i-Aqdas (Tabla más Sagrada)
Bishárát (Buenas Nuevas)
Tarázát (Ornamentos)
Tajallíyát (Refulgencias)
Kalimát-i-Firdawsíyyih (Palabras del Paraíso)
Law¥-i-Dunyá (Tabla del Mundo)
Ishráqát (Esplendores)
Law¥-i-Hikmat (Tabla de la Sabiduría)
Asl-i-Kullu'l-Khayr (Palabras de Sabiduría)
Law¥-i-Maqsúd (Tabla de Maqsúd)
Súriy-i-Vafá (Tabla a Vafá)
Law¥-i-Siyyid-i-Mihdíy-i-Bahají
(Tabla al Siyyid-i-Mihdíy-i-Bahají)
Law¥-i-Burhán (Tabla de la Prueba)
Kitáb-i-'Ahd (Libro del Convenio)
Law¥-i-Ard-i-Bá (Tabla de la Tierra de Bá)
Extractos de otras Tablas
PREFACIO

A medida que su Misión tocaba a su fin, la promulgación que Bahá'u'lláh realizó en su Kitáb-i-Aqdas de las leyes fundamentales de su Dispensación fue seguida por la enunciación de ciertos preceptos y principios que se hallan en la esencia misma de su Fe, por la reiteración de verdades que Él había proclamado anteriormente, por la explicación y elucidación de algunas de las leyes que Él ya había prescrito, por la revelación de ulteriores profecías y advertencias y por el establecimiento de ordenanzas subsidiarias destinadas a completar las disposiciones de su Libro Más Sagrado. Éstas fueron consignadas en innumerables Tablas que Él continuó revelando hasta los últimos días de su vida terrenal... Estas Tablas -poderosas y finales efusiones de su infatigable pluma- deben figurar entre los frutos selectos que ha entregado su mente, y señalan la consumación de su ministerio de cuarenta años de duración.1

Seis de las Tablas a que se refiere el párrafo anterior y que están incluidas en el presente volumen, fueron traducidas al inglés por indicación de 'Abdu'l-Bahá y publicadas en 1917 por la Bahá'í Publishing Trust Society, de Chicago. Ese volumen se agotó hace tiempo, y actualmente su contenido sólo es conocido por la mayoría de los Bahá'ís a través de extractos incluidos en recopilaciones o citados en otros escritos. Por otra parte, a medida que las traducciones de los Textos Sagrados realizadas por Shoghi Effendi fluían incesantemente de su pluma, resultó evidente que las primeras traducciones podían mejorarse tanto en precisión como en estilo. En consecuencia, la Casa Universal de Justicia encargó la elaboración de este volumen, al que define como un intento más por traducir a un inglés elocuente la sin par expresión de Bahá'u'lláh. En aquellos casos en que una porción de texto fue traducida por el Guardián, dicha traducción es la que se ha utilizado.

LAWÆ-I-KARMIL
Tabla del Carmelo

Toda gloria sea para este Día, Día en el cual se han esparcido las fragancias de la misericordia sobre todas las cosas creadas, un Día tan bendito que las edades y siglos del pasado jamás podrán rivalizar con él, un Día en el cual el semblante del Antiguo de los Días se ha vuelto hacia su santa sede. Por tanto, las voces de todas las cosas creadas, y además de ellas las del Concurso de lo Alto, se oyeron exclamando: "Apresúrate, oh Carmelo, porque, he aquí, la luz del semblante de Dios, Soberano del Reino de los Nombres y Modelador de los cielos, se ha levantado sobre ti".

Sobrecogido por efluvios de alegría, exclamó, elevando su voz: "Que mi vida sea sacrificada por Ti, pues has fijado Tu mirada sobre mí, me has otorgado tu munificencia y has dirigido tus pasos hacia mí. La separación de Ti, oh Fuente de vida eterna, casi me ha consumido, y mi lejanía de tu presencia ha devorado mi alma. Toda alabanza sea para Ti por haberme permitido escuchar tu llamada, por haberme honrado con tus pasos y por haber reavivado mi alma con la vivificante fragancia de tu Día y la estridente voz de tu Pluma, una voz que Tú ordenaste que fuese tu llamada de trompeta entre tu pueblo. Y cuando sonó la hora en que tu irresistible Fe había de manifestarse, insuflaste en tu Pluma un soplo de tu espíritu y, he aquí, la creación entera se estremeció hasta sus mismos cimientos, desvelando a la humanidad aquellos misterios que yacían ocultos en los tesoros de Aquel que es el Poseedor de todas las cosas creadas."

En cuanto llegó su voz a ese exaltadísimo Lugar, Nosotros respondimos: "Da gracias a tu Señor, oh Carmelo. El fuego de tu separación de Mí te consumía rápidamente cuando el océano de mi presencia se agitó ante tu rostro, alegrando tus ojos y los de toda la creación y llenando de gozo a todas las cosas visibles e invisibles. Regocíjate, porque en este Día Dios ha establecido su trono sobre ti, te ha hecho el punto del amanecer de sus signos y la aurora de las pruebas de su Revelación. Dichoso aquel que te circunde, proclame la revelación de tu gloria y relate aquello que la munificencia del Señor tu Dios ha derramado sobre ti. Toma el Cáliz de la Inmortalidad en el nombre de tu Señor, el Todoglorioso, y dale gracias, ya que Él, como señal de su misericordia hacia ti, ha transformado tu tristeza en alegría y ha transmutado tu pena en maravilloso júbilo. Él, en verdad, ama el lugar que ha sido designado como sede de su trono, lugar que sus pies han hollado, que ha sido honrado con su presencia, desde donde proclamó su llamamiento y sobre el cual derramó sus lágrimas."

"Llama a Sión, oh Carmelo, y anuncia las felices nuevas: ¡El que estaba oculto a los ojos mortales ha venido! Su soberanía que todo lo subyuga está manifiesta; su esplendor que todo lo abarca se ha revelado. Ten cuidado, no sea que vaciles o te detengas. Apresúrate y rodea la Ciudad de Dios que ha descendido del cielo, la Kaaba celestial alrededor de la cual han circundado en adoración los favorecidos de Dios, los puros de corazón y la compañía de los más excelsos ángeles. ¡Oh! Cuánto ansío anunciar a todos los lugares de la superficie de la tierra y llevar a cada una de sus ciudades las buenas nuevas de esta Revelación, una Revelación a la que ha sido atraído el corazón del Sinaí y en cuyo nombre la Zarza Ardiente proclama: 'Los reinos del cielo y de la tierra pertenecen a Dios, el Señor de Señores.' En verdad, éste es el Día en que tanto la tierra como el mar se regocijan ante este anuncio, Día para el cual se han dispuesto aquellas cosas que Dios, por una generosidad que se encuentra más allá de la comprensión de mente o corazón mortales, ha destinado para ser reveladas. Dentro de poco, Dios hará navegar su Arca sobre ti y manifestará al pueblo de Bahá que ha sido mencionado en el Libro de los Nombres."

Santificado sea el Señor de toda la humanidad, ante la mención de cuyo nombre todos los átomos de la tierra han vibrado y la Lengua de Grandeza ha sido impulsada a revelar lo que estaba guardado en su conocimiento y yacía oculto en el tesoro de su poder. En verdad, Él es el soberano de todo lo que hay en los cielos y todo lo que hay en la tierra, por medio de la potencia de su nombre, el Poderoso, el Omnipotente, el Altísimo.

LAWÆ-I-AQDAS
La Tabla Más Sagrada2

Ésta es la Tabla Más Sagrada enviada desde el reino santo a aquel que ha dirigido su rostro hacia el Objeto de la adoración del mundo, Aquel que descendió del cielo de la eternidad investido con trascendente gloria.

EN NOMBRE DEL SEÑOR, EL SEÑOR DE GRAN GLORIA

Ésta es una Epístola de nuestra presencia, enviada a aquel a quien los velos de los nombres no lograron apartar de Dios, creador del cielo y de la tierra, para que sus ojos se regocijen en los días de su Señor, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.

Di: ¡Oh seguidores del Hijo!3 ¿Os habéis ocultado de Mí a causa de mi Nombre? ¿Por qué no lo meditáis en vuestros corazones? Día y noche habéis estado llamando a vuestro Señor, el Omnipotente, pero cuando Él vino en su gran gloria desde el cielo de la eternidad, os apartasteis de Él y permanecisteis sumidos en la negligencia.

Reflexionad sobre aquellos que rechazaron al Espíritu4 cuando vino a ellos con dominio manifiesto. Cuán numerosos eran los fariseos que, en su nombre, se habían recluido en las sinagogas, lamentándose por su separación de Él, y aun así, cuando los portones de la reunión se abrieron de par en par y la luminaria divina brilló resplandeciente desde el Manantial de la Belleza, no creyeron en Dios, el Exaltado, el Poderoso. No lograron alcanzar su presencia, a pesar de que su advenimiento les había sido prometido en el Libro de Isaías, al igual que en los Libros de los Profetas y Mensajeros. Ninguno de ellos volvió su rostro hacia el Manantial de misericordia divina, a excepción de aquellos desprovistos de todo poder entre los hombres. Y sin embargo, hoy, todo hombre dotado de poder e investido de soberanía se enorgullece en su Nombre. Por otra parte, acuérdate del que sentenció a muerte a Jesús. Era el más erudito de su época en su país, mientras que aquel que era solamente un pescador creyó en Él. Presta atención y sé de los que observan la advertencia.

De igual modo, considera cuán numerosos son, en estos tiempos, los monjes que se han recluido en sus iglesias, llamando al Espíritu, pero cuando Éste apareció mediante el poder de la Verdad, no lograron acercarse a Él y se cuentan entre los descarriados. Felices aquellos que los han abandonado y han dirigido su rostro hacia Aquel que es el Deseo de todos los que están en los cielos y todos los que están en la tierra.

Leen el Evangelio y aun así se niegan a reconocer al Señor Todoglorioso, a pesar de que ha venido por medio de la potencia de su exaltado, su poderoso y benevolente dominio. Nosotros, ciertamente, hemos venido por amor a vosotros y hemos soportado los infortunios del mundo por vuestra salvación. ¿Huís de Aquel que ha sacrificado su vida para que vosotros seáis vivificados? Temed a Dios, oh seguidores del Espíritu, y no sigáis los pasos de ningún sacerdote que se haya descarriado. ¿Os imagináis que Él persigue sus propios intereses, cuando en todo momento ha estado amenazado por las espadas de los enemigos, o que aspira a las vanidades del mundo, tras haber sido confinado en la más desolada de las ciudades? Sed justos en vuestro juicio y no sigáis los pasos de los injustos.

Abrid las puertas de vuestros corazones. Verdaderamente, Aquel que es el Espíritu se encuentra ante ellas. ¿Por qué proscribís a Aquel que se ha propuesto acercaros a un Lugar Resplandeciente? Di: Nosotros, en verdad, os hemos abierto las puertas del Reino. ¿Atrancaréis las puertas de vuestras casas ante mi rostro? Esto, de hecho, no es sino un craso error. Él ha descendido nuevamente del cielo, tal como lo hizo la primera vez. Cuidado, no sea que pongáis en tela de juicio lo que Él proclama, igual que las gentes anteriores a vosotros cuestionaron sus manifestaciones. Así os instruye el Verdadero, si tan sólo pudieseis percibirlo.

El río Jordán se une al Grandísimo Océano y el Hijo exclama en el valle santo: "¡Aquí estoy, aquí estoy, oh Señor, mi Dios!", mientras el Sinaí circunda alrededor de la Casa y la Zarza Ardiente exclama: "Aquel que es el Deseado ha venido en su trascendente majestad". Di: ¡Ved! ¡El Padre ha venido y lo que se os prometió en el Reino se ha cumplido! Esta es la Palabra que el Hijo ocultó cuando dijo a los que Le rodeaban: "Ahora no lo podéis llevar." Y cuando se cumplió el tiempo señalado y sonó la Hora, la Palabra brilló sobre el horizonte de la Voluntad de Dios. Cuidado, oh seguidores del Hijo, no sea que la echéis a un lado. Asíos firmemente a ella. Esto es mejor para vosotros que todo lo que poseéis. Verdaderamente, Él está cerca de aquellos que hacen el bien. La Hora que hemos ocultado al conocimiento de los pueblos de la tierra y al de los ángeles favorecidos ha llegado. Di: Verdaderamente, Él ha dado testimonio de Mí, y Yo doy testimonio de Él. En verdad, Él no ha señalado a otro más que a Mí. De ello es testigo toda alma justa y comprensiva.

Aunque acosados por incontables aflicciones, Nosotros emplazamos al pueblo a volverse hacia Dios, el Señor de los nombres. Di: Esforzaos por lograr lo que os ha sido prometido en los Libros de Dios y no sigáis los caminos de los ignorantes. Mi cuerpo ha soportado el encarcelamiento para que os liberéis de la esclavitud del ego. Dirigid, pues, vuestro rostro hacia su semblante y no sigáis las huellas de todo opresor hostil. Verdaderamente, Él ha consentido ser humillado gravemente para que alcanzarais la gloria y, sin embargo, vosotros retozáis en el valle de la negligencia. Él, en verdad, vive en la más desolada de las moradas por amor a vosotros, mientras vosotros habitáis en vuestros palacios.

Di: ¿No escuchasteis la Voz del que gritaba, llamando en alta voz en el desierto del Bayán, trayéndoos las buenas nuevas de la venida de vuestro Señor, el Todomisericordioso? ¡Mirad! Él ha venido a la sombra protectora del Testimonio, investido con pruebas y demostraciones concluyentes, y aquellos que verdaderamente creen en Él consideran su presencia como la encarnación del Reino de Dios. Bendito el hombre que se vuelve hacia Él y ¡ay! de aquellos que Le niegan o dudan de Él.

Anúnciales a los sacerdotes: ¡He aquí! Aquel que es el Gobernante ha llegado. Salid de detrás del velo en nombre del Señor, Aquel que hace bajar la cerviz a todos los hombres. Proclama, pues, a toda la humanidad las buenas nuevas de esta poderosa, esta gloriosa Revelación. Verdaderamente, Aquel que es el Espíritu de la Verdad ha venido para guiaros hacia toda verdad. Él no habla impulsado por su propio ser, sino según lo ordenado por Aquel que es el Omnisciente, el Todosabio.

Di: Éste es Quien ha glorificado al Hijo y ha exaltado su Causa. Abandonad, oh pueblos de la tierra, lo que tenéis, y asíos firmemente a lo que os ordena el Todopoderoso, Aquel que es el Portador del Fideicomiso de Dios. Purificad vuestros oídos y volved vuestros corazones hacia Él, para que escuchéis la más maravillosa llamada que ha surgido del Sinaí, la morada de vuestro Señor, el Más Glorioso. En verdad, os acercará al Lugar donde percibiréis el esplendor de la luz de su semblante, que brilla sobre este luminoso Horizonte.

¡Oh asamblea de sacerdotes! Abandonad las campanas y, luego, salid de vuestras iglesias. Os incumbe, en este día, proclamar en voz alta el Más Grande Nombre entre las naciones. ¿Preferís guardar silencio, mientras toda piedra y todo árbol exclama: "¡El Señor ha venido en su gran gloria?" Bienaventurado el hombre que se apresura hacia Él. Verdaderamente, se cuenta entre aquellos cuyos nombres serán registrados eternamente y serán mencionados por el Concurso de lo Alto. Así ha sido decretado por el Espíritu en esta maravillosa Tabla. Verdaderamente, Aquel que emplaza a los hombres en mi nombre es de mí, y mostrará aquello que se encuentra más allá del poder de todos los que están en la tierra. Seguid la Senda del Señor y no los pasos de aquellos que están sumidos en la negligencia. Bienaventurado sea el adormecido al que la Brisa de Dios le sacuda y se levante de entre los muertos, dirigiendo sus pasos hacia el Sendero del Señor. Ciertamente, tal hombre es considerado, a la vista de Dios, el Verdadero, como una joya entre los hombres y se cuenta entre los dichosos.

Di: La Luz de su Revelación ha despuntado en el Oriente; los signos de su dominio han aparecido en el Occidente. Examinad esto en vuestros corazones, oh pueblo, y no seáis de los que han hecho oídos sordos a las advertencias de Aquel que es el Omnipotente, el Todoalabado. Que la Brisa de Dios os despierte. En verdad, ella ha soplado sobre el mundo. Bienaventurado aquel que ha descubierto su fragancia y ha sido contado entre los bien seguros.

¡Oh asamblea de obispos! Sois las estrellas del cielo de mi conocimiento. Mi misericordia no desea que caigáis a la tierra. No obstante, mi justicia declara: "Esto es lo que el Hijo ha decretado." Y todo cuanto ha procedido de su boca irreprochable, veraz y digna de confianza, no podrá ser alterado jamás. Las campanas, ciertamente, repican mi Nombre y se lamentan por Mí, pero mi espíritu se regocija con manifiesta alegría. El cuerpo del Amado anhela la cruz, y su cabeza ansía la lanza en el sendero del Todomisericordioso. El dominio del opresor no puede en modo alguno disuadirlo de su propósito. Hemos emplazado a todas las cosas creadas a alcanzar la presencia de tu Señor, el Rey de todos los nombres. Bendito el hombre que dirige su rostro hacia Dios, el Señor del Día del Juicio Final.

¡Oh asamblea de monjes! Si optáis por seguirme, os haré herederos de mi Reino; si pecáis contra Mí, Yo, en mi largo sufrimiento, lo soportaré pacientemente, y, ciertamente, Yo soy el que Siempre Perdona, el Misericordioso.

¡Oh tierra de Siria! ¿Qué ha sido de tu rectitud? Tú estás, ciertamente, ennoblecida por los pasos de tu Señor. ¿Has percibido la fragancia de la reunión celestial, o habrá que contarte entre los negligentes?

Belén se ha agitado con la Brisa de Dios. Escuchamos su voz que dice: "¡Oh generosísimo Señor! ¿Dónde se ha asentado tu gran gloria? Las suaves fragancias de tu presencia me han vivificado, después de haberme derretido por la separación de Ti. Alabado seas, por cuanto has levantado los velos y has venido con poder en gloria manifiesta." Llamamos a Belén desde detrás del Tabernáculo de Majestad y Grandeza, diciendo: "¡Oh Belén! Esta luz ha surgido en el oriente y ha viajado hacia el occidente, hasta que llegó a ti en el atardecer de su vida. Dime, pues: ¿Reconocen los hijos al Padre y Le aceptan, o Le niegan, tal como el pueblo Le negó (a Jesús) en otro tiempo?" Entonces Belén exclamó diciendo: "Tú eres, en verdad, el Omnisciente, el Mejor Informado." Verdaderamente, vemos que todas las cosas creadas se inclinan a dar testimonio de Nosotros. Algunos Nos conocen y dan testimonio, mientras que la mayoría dan testimonio y, sin embargo, no Nos conocen.

El Monte Sinaí se ha agitado con la alegría de contemplar nuestro semblante. Ha elevado su voz cautivadora para glorificación de su Señor, diciendo: "¡Oh Señor! Siento la fragancia de tu vestidura. Me parece que estás cerca, investido con los signos de Dios. Tú has ennoblecido estas regiones con tus pasos. Grande es la bienaventuranza de tu pueblo, si sólo pudieran conocerte e inhalar tus suaves aromas; y ¡ay! de los que están profundamente dormidos."

Dichoso eres tú, que has vuelto tu rostro hacia mi semblante, por cuanto has rasgado los velos, has destrozado los ídolos y has reconocido a tu Señor eterno. El pueblo del Corán se ha levantado contra Nosotros sin prueba ni demostración clara, atormentándonos a cada momento con una nueva tortura. Inútilmente se imaginan que las tribulaciones pueden frustrar nuestro propósito. Vano es en verdad lo que han imaginado. Verdaderamente, tu Señor es Quien ordena todo cuanto Le place.

Nunca he pasado junto a un árbol sin que mi corazón se dirigiese a él, diciendo: "¡Oh! Ojalá fueses cortado en mi nombre, y mi cuerpo fuese crucificado sobre ti". Hemos revelado este pasaje en la Epístola al Sháh para que sirviese como advertencia a los seguidores de las religiones. Verdaderamente, tu Señor es el Omnisciente, el Todosabio.

Que lo que ellos han perpetrado no te aflija. Ciertamente, son como muertos, y no están vivos. Déjalos a los muertos; luego vuelve tu rostro hacia Aquel que es el Dador de Vida del mundo. Cuidado, no sea que los dichos de los negligentes te entristezcan. Sé firme en la Causa y enseña a la gente con suma sabiduría. Así te lo ordena el Gobernante del cielo y de la tierra. Él es, en verdad, el Todopoderoso, el Más Generoso. Dentro de poco, Dios exaltará tu recuerdo y escribirá con la Pluma de Gloria aquello que expresaste por su amor. Él es, en verdad, el Protector de los que hacen el bien.

Dale recuerdos míos a uno llamado Murád, y dile: "Bendito eres tú, oh Murád, por cuanto has abandonado los dictados de tu propio deseo y has seguido a Aquel que es el Deseo de toda la humanidad."

Di: Bendito sea el adormecido al que despierta mi Brisa. Bendito el desfallecido que es reanimado con mis hálitos revivificadores. Bendito el ojo que se solaza en la contemplación de mi belleza. Bendito el caminante que dirige sus pasos hacia el Tabernáculo de mi gloria y majestad. Bendito el angustiado que busca refugio bajo la sombra de mi dosel. Bendito el sediento que se apresura a las aguas de mi amorosa bondad, que fluyen suavemente. Bendita el alma insaciable que abandona sus deseos egoístas por amor a Mí y ocupa su lugar en la mesa del banquete que he enviado para mis elegidos desde el cielo de la misericordia divina. Bendito el humillado que se aferra al cordón de mi gloria, y el necesitado que entra bajo la sombra del Tabernáculo de mi riqueza. Bendito el ignorante que busca la fuente de mi conocimiento, y el negligente que se adhiere al cordón de mi recuerdo. Bendita el alma que surge a la vida por medio de mi hálito vivificador y logra entrar en mi Reino celestial. Bendito el hombre a quien los suaves aromas de la reunión conmigo le han estimulado y le han hecho acercarse a la Aurora de mi Revelación. Bendito el oído que escucha, la lengua que da testimonio y el ojo que ve y reconoce al Señor, en su gran gloria y majestad, investido con grandeza y dominio. Benditos quienes han alcanzado su presencia. Bendito el hombre que busca la iluminación en el Sol de mi Palabra. Bendito aquel que adorna su cabeza con la diadema de mi amor. Bendito quien oye de mi aflicción y se levanta entre mi pueblo para ayudarme. Bendito aquel que da su vida en mi sendero y soporta múltiples infortunios por amor a mi Nombre. Bendito el hombre que, seguro de mi Palabra, se levanta de entre los muertos para celebrar mi alabanza. Bendito aquel que se extasía con mis maravillosas melodías y rasga los velos mediante la potencia de mi poder. Bendito aquel que se mantiene fiel a mi Convenio, y aquel a quien las cosas de este mundo no le han impedido alcanzar mi Corte de santidad. Bendito el hombre que se desprende de todo salvo de Mí, se remonta en la atmósfera de mi amor, logra entrar en mi Reino, contempla mis dominios de gloria, bebe de las aguas vivas de mi generosidad y toma su porción del río celestial de mi amorosa providencia, se familiariza con mi Causa, comprende lo que he ocultado dentro del tesoro de mis Palabras y, ocupado en mi alabanza y glorificación, brilla desde el horizonte del conocimiento divino. Verdaderamente, él es de los míos. Desciendan sobre él mi misericordia, mi amorosa bondad, mi munificencia y mi gloria.

BISHÁRÁT
Buenas Nuevas

Éste es el Llamamiento del Todoglorioso, proclamado desde el Horizonte Supremo en la prisión de 'Akká.

ÉL ES EL EXPOSITOR, EL OMNISAPIENTE, EL INFORMADO DE TODO

Dios, el Verdadero, da testimonio, y los Reveladores de sus nombres y atributos lo atestiguan, que nuestro único propósito al elevar el Llamamiento y proclamar su sublime Palabra es que el oído de la creación entera se purifique, mediante las aguas vivas de la prolación divina, de las patrañas falaces y se ponga en sintonía con la santa, gloriosa y exaltada palabra que ha fluido del depósito del conocimiento del Hacedor de los Cielos y Creador de los Nombres. Felices son quienes juzgan con imparcialidad.

¡Oh pueblo de la tierra!
LA PRIMERA BUENA NUEVA

que el Libro Madre ha hecho saber a todos los pueblos del mundo en esta la Revelación Más Grande, es que la ley de la guerra santa ha sido borrada del Libro. Glorificado sea el Todomisericordioso, Señor de gracia abundante, a través de Quien la puerta de la munificencia celestial se ha abierto de par en par ante la faz de todos los que están en el cielo y en la tierra.

LA SEGUNDA BUENA NUEVA

Se permite que los pueblos y razas de la tierra se asocien los unos con los otros resplandecientes y con alegría. ¡Oh pueblo! Relacionaos con los seguidores de todas las religiones en un espíritu de amistad y compañerismo. Así brilló el sol de su sanción y su autoridad sobre el horizonte del decreto de Dios, el Señor de los mundos.

LA TERCERA BUENA NUEVA

concierne al estudio de las diversas lenguas. De la Pluma del Altísimo ha fluido anteriormente este decreto: Incumbe a los soberanos del mundo -que Dios les asista- o a los ministros de la tierra, reunirse en consejo y adoptar uno de los idiomas existentes, o uno nuevo, para que sea enseñado a los niños en las escuelas de todo el mundo, e igualmente una escritura. De este modo se llegará a considerar a toda la tierra como un solo país. Bienaventurado el que escucha su Llamamiento y observa lo que le es ordenado por Dios, el Señor del Poderoso Trono.

LA CUARTA BUENA NUEVA

Si alguno de los reyes -que Dios les asista- se levantase para proteger y ayudar a este pueblo oprimido, todos deben pugnar por amarle y servirle. Este asunto es de la incumbencia de todos. Bienaventurados los que actúan de acuerdo con ello.

LA QUINTA BUENA NUEVA

En todo país donde resida alguien de este pueblo, debe comportarse hacia el Gobierno de ese país con lealtad, honestidad y veracidad. Esto es lo que ha sido revelado por orden de Aquel que es el Ordenador, el Antiguo de los Días.

Es obligatorio y les incumbe a todos y cada uno de los pueblos del mundo prestar su ayuda a esta Causa, de trascendental importancia, que procede del cielo de la Voluntad del Dios sempiterno, para que, acaso, el fuego de la animosidad que arde en los corazones de algunos de los pueblos de la tierra se extinga mediante las aguas vivas de la sabiduría divina y en virtud de los consejos y exhortaciones celestiales, y la luz de la unidad y la concordia brille y derrame su resplandor sobre el mundo.

Abrigamos la esperanza de que, mediante los celosos esfuerzos de aquellos que son los exponentes del poder de Dios -exaltada sea su gloria-, por todo el mundo las armas de guerra se conviertan en instrumentos de reconstrucción y la lucha y el conflicto sean eliminados de entre los hombres.

LA SEXTA BUENA NUEVA

es el establecimiento de la Paz Menor, sobre la cual nuestra Exaltadísima Pluma ha revelado algunos detalles con anterioridad. Grande es la bendición de aquel que defiende y observa todo cuanto ha sido ordenado por Dios, el Omnisciente, el Todosabio.

LA SÉPTIMA BUENA NUEVA

Se deja a la discreción de los hombres la elección de la indumentaria y el corte de la barba y su arreglo. Pero, cuidado, oh pueblo, no os convirtáis en juguetes de los ignorantes.

LA OCTAVA BUENA NUEVA

Los actos piadosos de los monjes y sacerdotes seguidores del Espíritu5 -sobre Él descanse la paz de Dios- son recordados en su presencia. Sin embargo, en este Día deben abandonar su vida de reclusión, dirigir sus pasos hacia el mundo abierto y ocuparse de aquello que sea provechoso para sí mismos y para los demás. Les hemos otorgado licencia para que contraigan matrimonio, para que de ellos pueda surgir aquel que haga mención de Dios, Señor de lo visible e invisible, Señor del Trono Exaltado.

LA NOVENA BUENA NUEVA

Cuando el pecador se halle completamente desprendido y liberado de todo salvo de Dios, debe pedirle misericordia y perdón a Él. La confesión de los pecados y transgresiones ante los seres humanos no está permitida, ya que nunca ha conducido, ni jamás conducirá, a la clemencia divina. Por otra parte, esa confesión ante otra persona da como resultado la degradación y humillación de uno, y Dios -exaltada sea su gloria- no desea la humillación de sus siervos. Verdaderamente, Él es el Compasivo, el Misericordioso. El pecador debe, entre él mismo y Dios, implorar la misericordia del Océano de la merced, suplicar clemencia del cielo de generosidad y decir:

¡Oh Dios, mi Dios! Te imploro, por la sangre de tus verdaderos amantes, que se hallaban tan extasiados por tus dulces palabras que se apresuraron al Pináculo de Gloria, el sitio del más glorioso martirio, y Te pido por los misterios que yacen guardados en tu conocimiento y por las perlas que están atesoradas en el océano de tu munificencia, que tengas misericordia de mí, de mi padre y de mi madre. De aquellos que muestran misericordia, Tú eres en verdad el Más Misericordioso. No hay otro Dios sino Tú, el que Siempre Perdona, el Todomunífico.

¡Oh Señor! Tú ves a esta esencia de la depravación volviéndose hacia el océano de tu favor, a este débil ser buscando el reino de tu divino poder, y a esta pobre criatura inclinándose hacia el sol de tu riqueza. Por tu misericordia y tu gracia, no le decepciones, oh Señor, no le prives de las revelaciones de tu munificencia en tus días, ni le expulses de tu puerta que Tú has abierto de par en par a quienes moran en tu cielo y en tu tierra.

¡Ay! ¡Ay! Mis pecados me han impedido acercarme a la Corte de tu santidad y mis transgresiones han hecho que me aleje del Tabernáculo de tu majestad. He cometido aquello que Tú me prohibiste y he desechado lo que Tú me ordenaste observar.

Te ruego, por Aquel que es el soberano Señor de los Nombres, que reveles para mí, con la Pluma de tu Munificencia, aquello que me permita acercarme a Ti y purificarme de mis transgresiones, que se han interpuesto entre mí y tu misericordia y tu perdón.

Verdaderamente Tú eres el Potente, el Generoso. No hay otro Dios sino Tú, el Poderoso, el Clemente.

LA DÉCIMA BUENA NUEVA

Como muestra de clemencia por parte de Dios, el Revelador de este Grandísimo Anuncio, hemos suprimido de las Sagradas Escrituras y Tablas la ley que prescribía la destrucción de libros.

LA UNDÉCIMA BUENA NUEVA

Está permitido estudiar ciencias y artes, pero aquellas ciencias que sean útiles y que redunden en el progreso y adelanto del pueblo. Así ha sido decretado por Aquel que es el Ordenador, el Todosabio.

LA DUODÉCIMA BUENA NUEVA

A cada uno de vosotros se os ordena que os dediquéis a alguna forma de ocupación, como un oficio, un arte y otras similares. Nosotros hemos exaltado misericordiosamente vuestro trabajo al rango de la adoración a Dios, el Verdadero. Ponderad en vuestros corazones acerca de la clemencia y las bendiciones de Dios y dadle gracias al atardecer y al amanecer. No malgastéis vuestro tiempo en la ociosidad y la pereza. Ocupaos en aquello que sea beneficioso para vosotros y para los demás. Así ha sido decretado en esta Tabla, desde cuyo horizonte brilla resplandeciente el sol de la sabiduría y la prolación.

A la vista de Dios, los hombres más despreciables son aquellos que se sientan ociosamente y piden. Asíos firmemente al cordón de los medios materiales, poniendo toda vuestra confianza en Dios, el Proveedor de todos los medios. Cuando alguien se dedica a un oficio o un arte, tal ocupación es considerada, a juicio de Dios, como un acto de adoración; y ello no es sino una prueba de su infinita generosidad que todo lo penetra.

LA DECIMOTERCERA BUENA NUEVA

A los hombres de la Casa de Justicia de Dios les han sido encomendados los asuntos del pueblo. Ellos son, en verdad, los Fideicomisarios de Dios entre Sus siervos y las auroras de autoridad en Sus países.

¡Oh pueblo de Dios! Lo que educa al mundo es la Justicia, puesto que está sostenida por dos pilares: la recompensa y el castigo. Estos dos pilares son la fuente de vida para el mundo. Siendo así que para cada día hay un nuevo problema y que para cada problema hay una solución adecuada, estos asuntos deben remitirse a los Ministros de la Casa de Justicia, para que ellos actúen de acuerdo con las necesidades y exigencias de los tiempos. Aquellos que, por amor a Dios, se levantan para servir a su Causa son los receptores de la inspiración divina procedente del Reino invisible. A todos les incumbe obedecerles. Todos los asuntos de Estado deben ser remitidos a la Casa de Justicia, pero los actos de adoración deben ser observados de acuerdo con lo que Dios ha revelado en su Libro.

¡Oh pueblo de Bahá! Vosotros sois los lugares del amanecer del amor de Dios y las auroras de su amorosa bondad. No mancilléis vuestras lenguas con la maledicencia y la injuria de ningún alma, y proteged vuestros ojos de todo lo indigno. Mostrad lo que poseéis. Si es recibido favorablemente, vuestra finalidad se habrá logrado; si no, protestar será en vano. Dejad a ese alma a sí misma y volveos hacia el Señor, el Protector, el que Subsiste por Sí Mismo. No seáis causa de dolor, mucho menos de discordias y peleas. Abrigamos la esperanza de que logréis la verdadera educación al abrigo del árbol de sus tiernas mercedes y de que actuéis de acuerdo con lo que Dios desea. Todos vosotros sois hojas de un mismo árbol y gotas de un solo océano.

LA DECIMOCUARTA BUENA NUEVA

No es necesario emprender viajes especiales para visitar los lugares donde descansan los muertos. Si las personas acaudaladas y opulentas ofrecen el costo de tales viajes a la Casa de Justicia, ello será grato y aceptable en presencia de Dios. Felices aquellos que observan sus preceptos.

LA DECIMOQUINTA BUENA NUEVA

Aunque la forma de gobierno republicana beneficia a todos los pueblos del mundo, no obstante, la majestad de la realeza es uno de los signos de Dios. No deseamos que los países del mundo permanezcan privados de ella. Si los sagaces combinasen las dos formas en una, grande será su recompensa en presencia de Dios.

En anteriores religiones se dictaron y ratificaron ordenanzas tales como la guerra santa, la destrucción de los libros, la prohibición de relacionarse y de tener amistad con otros pueblos o la de leer ciertos libros, de acuerdo con las exigencias de la época; sin embargo, en esta poderosa Revelación, en este trascendental Anuncio, los múltiples dones y favores de Dios han amparado a todos los hombres, y su infalible decreto ha prescrito desde el horizonte de la Voluntad del Señor Sempiterno lo que hemos expresado anteriormente.

Alabamos a Dios -santificado y glorificado sea- por todo lo que misericordiosamente ha revelado en este bendito, en este glorioso e incomparable Día. De hecho, si todos los que están en la tierra fuesen dotados con miríadas de lenguas y alabasen a Dios continuamente y magnificaran su Nombre hasta el fin que no conoce fin, su acción de gracias no sería suficiente ni para uno solo de los bondadosos favores que hemos mencionado en esta Tabla. De ello es testigo todo hombre de sabiduría y discernimiento, de entendimiento y conocimiento.

Pedimos fervorosamente a Dios -exaltada sea su gloria- que asista a los gobernantes y soberanos, que son los exponentes del poder y las auroras de la gloria, para que hagan cumplir sus leyes y ordenanzas. Él es, en verdad, el Omnipotente, el Todopoderoso, el que acostumbra a responder a la llamada de los hombres.

TARÁZÁT
Ornamentos

En mi Nombre, que permanece supremo sobre todos los nombres.

Al Señor de los nombres y Creador de los cielos le corresponden la alabanza y la gloria; a Él, las olas de cuyo océano de Revelación se agitan a los ojos de los pueblos del mundo. El Sol de Su Causa brilla a través de todos los velos y Su Palabra de afirmación se encuentra fuera del alcance de la negación. Ni el dominio del opresor ni la tiranía de los malvados han sido capaces de frustrar Su propósito. ¡Cuán glorificada es Su soberanía, cuán exaltado Su dominio!

¡Gran Dios! Aunque Sus signos han circundado al mundo y Sus pruebas y testimonios brillan y son tan manifiestos como la luz, no obstante, los ignorantes aparecen como negligentes; no, más bien, como rebeldes. Ojalá se hubiesen contentado con la oposición. Sin embargo, en todo momento conspiran para derribar el sagrado Árbol del Loto. Desde el amanecer de esta Revelación las personificaciones del egoísmo se han esforzado por extinguir la luz de la manifestación divina, recurriendo a la crueldad y a la opresión. Mas Dios, habiéndoles parado los pies, reveló esta Luz mediante su soberana autoridad y la protegió por medio de la fuerza de su poder hasta que cielo y tierra fueron iluminados por su brillo y resplandor. Alabado sea Él en toda circunstancia.

Gloria sea a Ti, oh Señor del mundo y Deseo de las naciones; oh Tú, que Te has hecho manifiesto en el Más Grande Nombre, por medio del cual las perlas de sabiduría y prolación han surgido de las conchas del gran mar de tu conocimiento y los cielos de la revelación divina se han adornado con la luz de la aparición del Sol de tu semblante.

Yo Te suplico, por aquella Palabra mediante la cual tu prueba se perfeccionó entre tus criaturas y tu testimonio se cumplió entre tus siervos, que fortalezcas a tu pueblo en aquello por lo cual la faz de la Causa irradiará en tu dominio, las enseñas de tu poder se plantarán entre tus siervos y los pendones de tu guía se izarán en tus dominios.

¡Oh mi Señor! Tú les has visto adhiriéndose al cordón de tu merced y aferrándose al borde del manto de tu beneficencia. Ordena para ellos aquello que les acerque más a Ti y apártales de todo salvo de Ti. Te ruego, oh Tú, Rey de la existencia y Protector de lo visible e invisible, que conviertas a quienquiera se levante para servir a tu Causa en un mar que se mueve por tu deseo, en alguien que está encendido con el fuego de tu Árbol Sagrado, que brilla desde el horizonte del cielo de tu Voluntad. Verdaderamente Tú eres el Poderoso, a Quien no pueden debilitar ni el poder de todo el mundo ni la fuerza de las naciones. No hay Dios sino Tú, el Único, el Incomparable, el Protector, el que Subsiste por Sí Mismo.

¡Oh tú, que has libado el vino de mi prolación del cáliz de mi conocimiento! Estas sublimes palabras se oyeron hoy, provenientes del murmullo del divino Árbol del Loto que el Señor de los nombres plantó en el altísimo Paraíso con la mano del poder celestial:

EL PRIMER TARÁZ

y la primera refulgencia que ha amanecido desde el horizonte del Libro Madre es que el hombre debe conocer su propio ser y distinguir lo que conduce a la sublimidad o a la bajeza, a la gloria o a la humillación, a la riqueza o a la pobreza. Habiendo llegado a la etapa de la realización y alcanzado su madurez, el hombre necesita de la riqueza, y aquella riqueza que adquiere por medio de las artes y profesiones es plausible y digna de alabanza a juicio de los hombres de sabiduría, y especialmente lo es a los ojos de los siervos que se dedican a la educación del mundo y a la instrucción de sus pueblos. Ellos son, en verdad, los coperos de la vivificante agua del conocimiento y los guías del camino ideal. Dirigen a los pueblos del mundo hacia el sendero recto y les familiarizan con lo que conduce a la elevación y exaltación humanas. El sendero recto es aquel que lleva al hombre hacia la aurora de la percepción y hacia el lugar del amanecer del entendimiento verdadero y le guía hacia lo que será causa de gloria, honor y grandeza.

Abrigamos la esperanza de que, mediante la amorosa bondad del Todosabio, el Omnisciente, el polvo oscurecedor sea disipado y el poder de la percepción aumentado, para que los hombres puedan descubrir el propósito para el cual se les ha llamado a la existencia. En este día, todo lo que sirve para disminuir la ceguera y aumentar la visión es digno de consideración. Esta visión actúa como agente y guía del verdadero conocimiento. En verdad, en opinión de los sabios, la sutileza del entendimiento se debe a la agudeza de la visión. El pueblo de Bahá debe cumplir en todo momento con lo que es conveniente y decoroso, y exhortar a la gente en consecuencia.

EL SEGUNDO TARÁZ

es relacionarse con los seguidores de todas las religiones en un espíritu de amistad y compañerismo, para proclamar lo que manifestó el Orador del Sinaí y actuar con justicia en todos los asuntos.

Quienes se hallan dotados de sinceridad y lealtad deben relacionarse con todos los pueblos y razas de la tierra con alegría y esplendor, puesto que la relación con la gente ha promovido y continuará promoviendo la unidad y la concordia, las cuales, a su vez, conducen al mantenimiento del orden en el mundo y a la regeneración de las naciones. Benditos sean quienes se aferran al cordón de la amabilidad y la tierna misericordia y se hallan libres de animosidad y odio.

Este Agraviado exhorta a los pueblos del mundo a actuar con tolerancia y rectitud, que son dos luces en medio de la oscuridad del mundo y dos educadores para la instrucción de la humanidad. Felices quienes las hayan alcanzado y ¡ay de los negligentes!

EL TERCER TARÁZ

concierne al buen carácter. Un buen carácter es, en verdad, el mejor manto de Dios para los hombres. Con él adorna las sienes de sus amados. ¡Por mi vida! La luz de un buen carácter sobrepasa a la luz del sol y a su resplandor. Quienquiera lo haya alcanzado es considerado como una joya entre los hombres. La gloria y la elevación del mundo dependen necesariamente de ello. Un carácter bondadoso es un medio por el cual los hombres son guiados al Sendero Recto y son conducidos hacia el Gran Anuncio. Bienaventurado quien esté adornado con el carácter y los santos atributos del Concurso de lo Alto.

Os incumbe fijar vuestra mirada en todo momento en la justicia y en la equidad. En las Palabras Ocultas se ha revelado esta exaltada declaración de Nuestra Muy Augusta Pluma:

"¡Oh hijo del espíritu! Lo más amado de todo ante Mi vista es la Justicia; no te apartes de ella si Me deseas y no la descuides para que Yo pueda confiar en ti. Con su ayuda verás con tus propios ojos y no por los ojos de otros, y conocerás con tu propio conocimiento y no mediante el conocimiento de tu prójimo. Pondera en tu corazón cómo te corresponde ser. En verdad, la justicia es Mi ofrenda a ti y el signo de Mi amorosa bondad. Tenla pues ante tus ojos."

Aquellos que son justos e imparciales en sus juicios ocupan una sublime posición y poseen un rango exaltado. En estas almas brilla resplandeciente la luz de la piedad y la rectitud. Deseamos fervorosamente que los pueblos y países del mundo no sean privados del esplendor de estas dos luminarias.

EL CUARTO TARÁZ

concierne a la confiabilidad. Verdaderamente, ésta es la puerta de la seguridad para todos aquellos que moran en la tierra y un signo de gloria por parte del Todomisericordioso. El que participa de ella, en verdad ha participado de los tesoros de la riqueza y la prosperidad. La confiabilidad es el más grande portal que conduce a la tranquilidad y seguridad de la gente. En verdad, de ella ha dependido y depende la estabilidad de todo asunto. Todos los dominios del poder, de la grandeza y la riqueza están iluminados por su luz.

No hace mucho tiempo fueron reveladas estas sublimes palabras por la Pluma del Altísimo:

"Ahora te hablaremos de la confiabilidad y de su posición a juicio de Dios, tu Señor, Señor del Poderoso Trono. Cierto día Nos dirigimos a nuestra Isla Verde. A nuestra llegada, contemplamos sus arroyos que fluían, sus árboles exuberantes y la luz del sol jugando entre ellos. Volviendo nuestro rostro hacia la derecha, contemplamos lo que la pluma es incapaz de describir; tampoco puede explicar lo que el ojo del Señor de la Humanidad presenció en ese el más santificado, el más sublime Punto, en ese bendito y exaltadísimo Lugar. Volviéndonos luego hacia la izquierda, vimos a una de las Beldades del Muy Sublime Paraíso, de pie sobre un pilar de luz, llamando en voz alta y diciendo: '¡Oh moradores del cielo y de la tierra! Contemplad mi belleza y mi esplendor, mi revelación y mi refulgencia. ¡Por Dios, el Verdadero! Yo soy la Confiabilidad y la revelación y la belleza de la misma. Recompensaré a quienquiera se adhiera a mí, reconozca mi rango y posición y se aferre firmemente a mi borde. Yo soy el más grande ornamento del pueblo de Bahá y la vestidura de gloria para todos los que están en el reino de la creación. Yo soy el instrumento supremo para la prosperidad del mundo y el horizonte de la seguridad para todos los seres.' Así, hemos hecho descender para ti lo que hará acercarse a los hombres al Señor de la creación."

¡Oh pueblo de Bahá! La confiabilidad es, en verdad, el mejor de los atuendos para vuestras sienes y la más gloriosa corona para vuestras cabezas. Adheríos firmemente a ella por orden de Aquel que es el Ordenador, el Informado de Todo.

EL QUINTO TARÁZ

concierne a la protección y preservación de las posiciones de los siervos de Dios. No se debe ignorar la verdad de cualquier asunto, más bien se debe manifestar lo que es correcto y verdadero. El pueblo de Bahá no debe negar a ningún alma la recompensa que le corresponde; debe tratar a los artesanos con deferencia y, contrariamente a la gente de otros tiempos, no debería manchar su lengua con improperios.

En este Día el sol de la habilidad artesanal brilla sobre el horizonte del occidente y el río de las artes fluye desde el mar de esa región. Se debe hablar con imparcialidad y apreciar tal liberalidad. ¡Por la vida de Dios! La palabra "Equidad" brilla rutilante y resplandeciente como el sol. Rogamos a Dios para que muníficamente derrame su esplendor sobre todos. En verdad, Él es poderoso sobre todas las cosas, Él es quien acostumbra a contestar las oraciones de todos los hombres.

En estos días la confiabilidad y la sinceridad sufren amargamente en las garras de la falsedad, y la justicia se ve atormentada por el flagelo de la injusticia. El humo de la corrupción envuelve a todo el mundo de tal modo que nada puede verse en cualquier dirección que se mire excepto regimientos de soldados, y nada puede oírse desde ningún país, salvo el choque de las espadas. Rogamos a Dios, el Verdadero, que fortalezca a los que ejercen Su poder en aquello que rehabilitará al mundo y traerá tranquilidad a las naciones.

EL SEXTO TARÁZ

El conocimiento es uno de los maravillosos dones de Dios. Adquirirlo es responsabilidad de todos. Las artes y los medios materiales que se manifiestan en la actualidad se han logrado por virtud de Su conocimiento y Su sabiduría, que fueron revelados en Epístolas y Tablas mediante su Muy Exaltada Pluma, una Pluma de cuyo tesoro salen a la luz las perlas de la sabiduría y la prolación, así como las artes y los oficios del mundo.

En este Día los secretos de la tierra están desnudos a los ojos de los hombres. Las páginas de los periódicos de rápida aparición son, en verdad, el espejo del mundo. Ellos reflejan los hechos y quehaceres de los diversos pueblos y razas. Al mismo tiempo los reflejan y los dan a conocer. Son un espejo dotado de oído, vista y habla. Éste es un fenómeno asombroso y poderoso. Sin embargo, es responsabilidad de sus escritores purificarse de los impulsos de los deseos y pasiones malignas y ataviarse con la vestidura de la justicia y la equidad. Deben informarse todo lo posible sobre las situaciones y averiguar los hechos, y luego transcribirlos.

En lo concerniente a este Agraviado, la mayor parte de lo informado por los periódicos carece de verdad. Al lenguaje justo y a la veracidad, en virtud de su elevado rango y posición, se les considera como soles que brillan sobre el horizonte del conocimiento. Las olas que se levantan de este Océano están manifiestas a los ojos de los pueblos del mundo, y las efusiones de la Pluma de sabiduría y prolación son patentes en todas partes.

Se informó en la prensa que este Siervo había huido de la tierra de (r)á (Teherán) y se había dirigido a Iráq. ¡Dios munífico! Este Agraviado jamás se ha ocultado, ni siquiera un instante. Por el contrario, en todo momento ha permanecido firme y visible a los ojos de todos los hombres. Nunca Nos hemos retirado, y jamás buscaremos huir. En verdad, es la gente necia la que huye de nuestra presencia. Abandonamos nuestra patria acompañados por dos escoltas a caballo, que representaban a los honorables Gobiernos de Persia y Rusia, hasta que llegamos a Iráq en la plenitud de la gloria y el poder. ¡Alabado sea Dios! La Causa de la cual es Portador este Agraviado es tan alta como el cielo y brilla resplandeciente como el sol. El ocultamiento no tiene acceso a esta posición, ni hay ocasión alguna para el temor o el silencio.

Los misterios de la Resurrección y los acontecimientos de la Última Hora están claramente manifiestos, pero la gente está sumida en la negligencia y ha consentido que se le envuelva en velos. "Y cuando los mares hiervan... Y cuando las Escrituras sean desplegadas."6 ¡Por la rectitud de Dios! El Alba, en verdad, ha despuntado, la luz ha brillado y la noche se ha retirado. Felices los que comprenden. Felices quienes lo han logrado.

¡Glorificado sea Dios! La Pluma se encuentra perpleja con respecto a qué escribir y la Lengua se pregunta qué revelar. A pesar de los infortunios sin precedentes y tras soportar años de prisión, cautiverio y dolorosas pruebas, ahora percibimos que se han interpuesto velos aún más espesos que los que ya hemos rasgado, que obstruyen la visión y hacen que se oscurezca la luz del entendimiento. Por otra parte, observamos que las nuevas calumnias, que actualmente abundan, son mucho más maliciosas que las de antaño.

¡Oh pueblo del Bayán! Temed al Señor misericordioso. Pensad en la gente de tiempos pasados. ¿Cuáles fueron sus acciones y qué fruto obtuvieron? Todo lo que manifestaron ellos, excepto aquellos a quienes Dios bondadosamente protegió por medio de su poder, no fueron sino falacias, y todo lo que han hecho ha demostrado no tener ningún valor.

¡Juro por la vida de Aquel que es el Deseo del mundo! Si un hombre meditara en su corazón, libre de cualquier apego al mundo, se apresuraría hacia la Luz Más Grande y se limpiaría y purificaría del polvo de las vanas imaginaciones y del humo de la ociosa fantasía. ¿Qué pudo haber impulsado a errar a la gente del pasado, y quién los ha descarriado? Todavía rechazan la verdad, y se han vuelto hacia sus propios deseos egoístas. Este Agraviado llama en alta voz por amor a Dios. Quienquiera lo desee, que se vuelva hacia lo que Él dice; quienquiera lo desee, que se aparte de ello. Verdaderamente, Dios bien puede permitirse prescindir de todas las cosas, ya sean del pasado o del futuro.

¡Oh pueblo del Bayán! Hombres como Hádí Dawlat-Ábádí7 son los que, con turbante y báculo,8 han sido causa de oposición y de trabas y han afligido tan penosamente al pueblo con supersticiones que aun hoy esperan la aparición de una persona ficticia en un lugar ficticio. Estad advertidos, oh hombres de entendimiento.

¡Oh Hádí! Escucha la Voz de este Consejero digno de confianza: dirige tus pasos desde la izquierda hacia la derecha, es decir, abandona la ociosa fantasía y vuélvete hacia la certidumbre. No induzcas a la gente al error. La Luminaria divina brilla, su Causa está manifiesta y sus signos lo abarcan todo. Dirige tu rostro hacia Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. Renuncia a tu liderazgo por amor a Dios y deja al pueblo a su albedrío. Tú ignoras la verdad esencial, no estás familiarizado con ella.

¡Oh Hádí! En el sendero de Dios muestra una sola cara. Cuando estás en compañía de los infieles eres infiel, y con los piadosos eres piadoso. Reflexiona sobre las almas que han dado sus vidas y sus bienes en ese país, para que quizás estés advertido y despiertes del sueño. Medita: ¿Quién ha de ser preferido, aquel que protege su cuerpo, su vida y sus posesiones o aquel que lo entrega todo en el sendero de Dios? Juzga con rectitud y no seas de los injustos. Aférrate a la justicia y adhiérete a la equidad para que quizás así no utilices, por motivos egoístas, la religión como trampa, ni pases por alto la verdad por amor al oro. En verdad, tu iniquidad y la de quienes son como tú se ha vuelto tan lamentable que la Pluma de Gloria se vio impulsada a hacer estas observaciones. Teme a Dios. Aquel que anunció esta Revelación ha declarado: "Él proclamará en toda condición: 'Verdaderamente, verdaderamente Yo soy Dios; no hay Dios sino Yo, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.'"

¡Oh pueblo del Bayán! Se os ha prohibido entrar en contacto con los amados de Dios. ¿Por qué ha sido impuesta esta prohibición, y con qué propósito? Sed imparciales, os lo suplico por Dios, y no seáis de los negligentes. Para los dotados de perspicacia, y ante la más Grande Belleza, el objeto de esta prohibición es conocido y evidente; es para que nadie se entere de sus secretos y acciones.9

¡Oh Hádí! No has estado en nuestra compañía, por lo tanto ignoras la Causa. No actúes de acuerdo con tus ociosas imaginaciones. Aparte de esto, escudriña las Escrituras con tus propios ojos y medita sobre lo que ha pasado. Ten piedad de ti mismo y de los siervos de Dios y no seas causa de rebeldía como la gente de antaño. El sendero es inequívoco y la prueba es evidente. Cambia la injusticia en justicia y la falta de equidad en equidad. Abrigamos la esperanza de que los hálitos de la inspiración divina te fortalezcan y que a tu oído interno se le permita oír las benditas palabras: "Di, es Dios; a continuación, déjales que se entretengan con sus reparos."10 Tú has estado allí11 y le has visto.12 Ahora habla con imparcialidad. No tergiverses el asunto, ni para ti ni para la gente. Eres ignorante y al mismo tiempo estás mal informado. Escucha la voz de este Agraviado y apresúrate hacia el océano del conocimiento divino, para que quizás puedas adornarte con el ornamento de la comprensión y renunciar a todo excepto a Dios. Oye la Voz de este benevolente Consejero que llama en voz alta, descubierto y manifiesto, ante los rostros de los reyes y sus súbditos, y emplaza a todas y cada una de las personas del mundo ante Aquel que es el Señor de la Eternidad. Ésta es la Palabra desde cuyo horizonte el sol de la gracia infalible brilla resplandeciente.

¡Oh Hádí! Este Agraviado, libre de todo apego al mundo, se ha esforzado con el máximo empeño por extinguir el fuego de la animosidad y el odio que arde ferozmente en los corazones de los pueblos de la tierra. Concierne a toda persona justa y de mente imparcial dar gracias a Dios -exaltada sea su gloria- y levantarse a promover esta preclara Causa, para que el fuego se transforme en luz y el odio dé paso a la camaradería y al amor. ¡Juro por la rectitud de Dios! Éste es el único propósito de este Agraviado. De hecho, al proclamar esta Causa trascendental y al demostrar su Verdad, hemos soportado múltiples sufrimientos, infortunios y tribulaciones. Tú mismo serías testigo de lo que decimos, si pudieras hablar con imparcialidad. Verdaderamente Dios habla la verdad y muestra el camino. Él es el Fuerte, el Poderoso, el Munífico.

Que nuestra Gloria sea sobre el pueblo de Bahá, a quien ni la tiranía del opresor ni la dominación del agresor han podido apartar de Dios, el Señor de los mundos.

TAJALLÍYÁT
Refulgencias

Ésta es la Epístola de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.

ÉL ES QUIEN ESCUCHA DESDE SU REINO DE GLORIA

Dios atestigua que no hay otro Dios salvo él, y que Quien ha aparecido es el Misterio Oculto, el Símbolo Atesorado, el Libro Más Grande para todos los pueblos, y el Cielo de munificencia para el mundo entero. Él es el Signo Más Poderoso entre los hombres y la Aurora de los más augustos atributos en el reino de la creación. Por medio de Él ha aparecido aquello que estaba oculto desde tiempo inmemorial, velado a los ojos de los hombres. Él es Aquel cuya Manifestación fue anunciada por las Escrituras celestiales, en tiempos pasados y más recientemente. Quienquiera reconozca su creencia en él y en sus signos y testimonios, ha reconocido en verdad lo que la Lengua de Grandeza expresó antes de la creación del cielo y de la tierra y de la revelación del Reino de los Nombres. A través de Él, el océano del conocimiento se ha agitado entre la humanidad, y el río de la sabiduría divina ha brotado a borbotones por mandato de Dios, el Señor de los Días.

Bienaventurado el hombre de discernimiento que ha reconocido y percibido la Verdad, y el que posee un oído atento que escucha su dulce Voz, y la mano que ha recibido su Libro con tal resolución como la que nace de Dios, Señor de este mundo y del venidero, y el caminante fervoroso que se ha apresurado a su glorioso horizonte, y el que está dotado de fortaleza, a quien ni el poder abrumador de los gobernantes ni el tumulto levantado por los dirigentes religiosos han sido capaces de estremecer. Y ¡ay! de aquel que rechaza la gracia de Dios y su munificencia, y niega su tierna misericordia y su autoridad; ciertamente, tal hombre se cuenta entre quienes impugnan el testimonio de Dios y Su prueba por toda la eternidad.

Grande es la bendición de aquel que en este Día abandona las cosas corrientes entre los hombres y se aferra a lo ordenado por Dios, el Señor de los Nombres y el Modelador de todas las cosas creadas, Quien ha venido desde el cielo de la eternidad mediante el poder del Más Grande Nombre, investido con una autoridad tan invencible que todos los poderes de la tierra son incapaces de resistírsele. De ello es testigo el Libro Madre, que llama desde la Más Sublime Posición.

¡Oh 'Alí Akbar!13 Repetidamente hemos oído tu voz y te hemos respondido con aquello con lo que la alabanza de toda la humanidad no puede rivalizar; de lo cual los sinceros inhalan los suaves aromas de las palabras del Todomisericordioso, sus verdaderos amantes perciben la fragancia de la reunión celestial y los sedientos descubren el murmullo del agua que en verdad es vida. Bendito el hombre que la alcanza y reconoce lo que en este momento está siendo difundido por la Pluma de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el Todopoderoso, el Todomunífico.

Somos testigos de que has vuelto tu rostro hacia Dios, has viajado mucho hasta alcanzar su presencia y has escuchado la voz de este Agraviado, que fue encarcelado por las fechorías de aquellos que no han creído en los signos y testimonios de Dios y han negado esta gracia celestial, a través de la cual se ha hecho brillar al mundo entero. Bendito sea tu rostro, pues se ha vuelto hacia Él, y tu oído, pues ha escuchado su Voz, y tu lengua, ya que ha celebrado la alabanza de Dios, el Señor de señores. Oramos a Dios para que bondadosamente te ayude a convertirte en un estandarte de la promoción de su Causa y te permita acercarte a Él en todo momento y en todas las condiciones.

Nosotros recordamos a los elegidos de Dios y Sus amados de esa tierra y les comunicamos las alegres nuevas de lo que ha sido enviado en su honor desde el Reino de la prolación de su Señor, el Soberano Gobernante del Día del Juicio. Hazles mención de Mí e ilumínales con la gloria resplandeciente de mis palabras. Verdaderamente tu Señor es el Munífico, el Generoso.

¡Oh tú que magnificas mi alabanza! Escucha lo que la gente de la tiranía Me atribuye en mis días. Algunos dicen: "Él afirma que posee la divinidad", otros declaran: "Él ha urdido una mentira contra Dios", y aun otros afirman: "Él ha venido para fomentar la sedición." Ellos son ruines y miserables. ¡Vedlo! En verdad, están esclavizados por las ociosas imaginaciones.

Dejaremos ahora de emplear el lenguaje elocuente.14 En verdad, tu Señor es el Potente, el Irrestringido. Gustosamente hablaremos en lengua persa para que quizás todo el pueblo de Persia llegue a conocer las manifestaciones del Señor Misericordioso y a descubrir la Verdad.

EL PRIMER TAJALLÍ

que ha alboreado desde el Sol de la Verdad es el conocimiento de Dios -exaltada sea su gloria-. Y el conocimiento del Rey de los días sempiternos de ninguna manera puede lograrse, salvo mediante el reconocimiento de Aquel que es el Portador del Más Grande Nombre. Él es, en verdad, el Orador del Sinaí, que ahora está sentado en el trono de la Revelación. Él es el Misterio Oculto y el Símbolo Atesorado. Todos los Libros antiguos de Dios, así como los más recientes, están adornados con su alabanza y ensalzan su gloria. A través de Él se ha establecido en el mundo el estandarte del conocimiento y se ha desplegado la enseña de la unicidad de Dios entre todos los pueblos. Sólo logrando su presencia puede alcanzarse la presencia divina. Mediante su potencia se revela ahora todo lo que había estado velado y oculto desde tiempo inmemorial. Él se ha hecho manifiesto por medio del poder de la verdad y ha pronunciado una Palabra por la cual todos los que están en los cielos y en la tierra se han quedado mudos de asombro, a excepción de aquellos a quienes el Todopoderoso ha deseado eximir. La verdadera creencia en Dios y su reconocimiento no pueden ser completos salvo mediante la aceptación de lo que Él ha revelado y el cumplimiento de todo lo que ha sido decretado por Él y ha escrito en el Libro por la Pluma de Gloria.

Quienes se sumerjan en el océano de Sus palabras deben mostrar en todo momento la máxima consideración por las ordenanzas y prohibiciones divinamente reveladas. De hecho, Sus ordenanzas constituyen la más poderosa fortaleza para la protección del mundo y la salvaguardia de sus pueblos, una luz para aquellos que admiten y reconocen la verdad, y un fuego para los que se apartan y la niegan.

EL SEGUNDO TAJALLÍ

es permanecer firmes en la Causa de Dios -exaltada sea su gloria- y ser constantes en su amor. Y de manera alguna puede esto lograrse sino mediante el pleno reconocimiento de Él; y el reconocimiento pleno no puede obtenerse sino por la fe en las benditas palabras: "Él hace todo cuanto desea." Quienquiera se adhiera tenazmente a esta sublime palabra y beba abundantemente de las aguas vivas de la prolación que son inherentes a ella, se verá impregnado de una constancia tal que todos los libros del mundo serán impotentes para apartarle del Libro Madre. ¡Oh cuán gloriosa es esta sublime posición, este exaltado rango, este propósito final!

¡Oh 'Alí Akbar! Considera cuán abyecto es el estado de los descreídos. Todos ellos pronuncian las palabras: "Verdaderamente Él debe ser alabado en Sus acciones y obedecido en Sus mandatos." Sin embargo, si revelásemos algo que fuese contrario a sus costumbres y deseos egoístas, incluso en la medida del ojo de una aguja, ellos lo rechazarían desdeñosamente. Di: Nadie puede sondear jamás las múltiples exigencias de la suma sabiduría de Dios. En verdad, si Él declarase que la tierra es el cielo, nadie tendría derecho a poner en duda su autoridad. Esto es lo que el Punto del Bayán ha atestiguado en todo lo que Le fue enviado con verdad por mandato de Dios, Aquel que ha hecho romper el Alba.

EL TERCER TAJALLÍ

concierne a las artes, oficios y ciencias. El conocimiento es como unas alas para la vida del hombre y como una escalera para su ascenso. La adquisición del mismo es responsabilidad de todos. Sin embargo, debe adquirirse el conocimiento de aquellas ciencias que beneficien a los pueblos de la tierra, y no de aquellas que comienzan con palabras y terminan con palabras. Grande, en verdad, es la demanda que los científicos y los artesanos hacen a los pueblos del mundo. De ello da testimonio el Libro Madre en el día de Su retorno. Dichosos aquellos que poseen un oído que escucha. En verdad, el conocimiento es un verdadero tesoro para el hombre y una fuente de gloria, de munificencia, de gozo, de exaltación, de alegría y de regocijo para él. Así ha hablado la Lengua de Grandeza en esta Más Grande Prisión.

EL CUARTO TAJALLÍ

concierne a la Divinidad, a la cualidad de lo divino y a otros asuntos similares. Si un hombre perspicaz dirigiese su mirada hacia el bendito y manifiesto Árbol del Loto y hacia sus frutos, se enriquecería tanto por ello que sería independiente de todo lo demás y admitiría su creencia en aquello que el Orador del Sinaí manifestó desde el trono de la Revelación.

¡Oh 'Alí Akbar! Familiariza al pueblo con los versos sagrados de tu Señor y dales a conocer su recto Sendero, su poderoso Anuncio.

Di: Oh pueblo, si juzgáis justa y equitativamente, daréis testimonio de la verdad de todo lo que ha fluido de la Exaltadísima Pluma. Si sois del pueblo del Bayán, el Bayán Persa os guiará rectamente y será testimonio suficiente para vosotros; y si sois del pueblo del Corán, meditad acerca de la Revelación del Sinaí y la Voz de la Zarza que vino al Hijo de 'Imrán.15

¡Dios Munífico! Se pretendía que, en el momento de la manifestación del único Dios verdadero, la facultad de reconocerle se hubiera desarrollado, hubiera madurado y alcanzado su culminación. No obstante, ahora se demuestra claramente que en los descreídos esta facultad se ha desarrollado poco y, de hecho, ha degenerado.

¡Oh 'Alí! Lo que ellos aceptaron de la Zarza, ahora se niegan a aceptarlo de Aquel que es el Árbol del mundo de la existencia. Di: Oh pueblo del Bayán, no habléis siguiendo los impulsos de la pasión y el deseo egoísta. La mayoría de los pueblos de la tierra atestigua la verdad de la bendita Palabra que surgió de la Zarza.

¡Por la rectitud de Dios! Si no hubiera sido por el himno de alabanza que cantó Aquel que anunció la Revelación divina, este Agraviado jamás habría pronunciado una palabra que pudiera infundir terror en los corazones de los ignorantes y les hiciera perecer. Explayándose en la glorificación de Aquel a Quien Dios hará manifiesto -exaltada sea su Manifestación-, el Báb dice al comienzo del Bayán: "Él es Aquel que en toda circunstancia proclamará: 'Verdaderamente, verdaderamente Yo soy Dios; no hay Dios sino Yo, el Señor de todas las cosas creadas. En verdad, todos los demás son mis criaturas. ¡Oh mis criaturas! Sólo a Mí me debéis adorar'". De igual modo, en otra ocasión, magnificando el Nombre de Aquel a Quien Dios hará manifiesto, dice Él: "Yo sería el primero en adorarle." Ahora, a cada cual le corresponde reflexionar sobre el significado de "Adorador" y "Adorado", para que acaso las gentes de la tierra tomen una gota de rocío del océano del conocimiento divino y les sea permitido percibir la grandeza de esta Revelación. Verdaderamente Él ha aparecido y ha soltado su lengua para proclamar la Verdad. Bienaventurado aquel que admite y reconoce la verdad, y ¡ay! de los recalcitrantes y los rebeldes.

¡Oh razas de la tierra! Inclinad vuestro oído hacia la Voz que procede del divino Árbol del Loto que cubre el mundo, y no seáis del pueblo de la tiranía sobre la tierra (hombres que han repudiado a la Manifestación de Dios y a su invencible autoridad y han renunciado a sus favores); ellos, en verdad, se cuentan entre los despreciables en el Libro de Dios, el Señor de toda la humanidad.

La gloria que ha amanecido sobre el horizonte de mi tierna misericordia sea sobre ti y sobre quienquiera se encuentre contigo y preste oído a tus palabras relativas a la Causa de Dios, el Todopoderoso, el Todoalabado.

KALIMÁT-I-FIRDAWSÍYYIH
Palabras del Paraíso

Él es Aquel que habla mediante el poder de la Verdad en el Reino de la Prolación.

¡Oh vosotros, personificaciones de la justicia y la equidad y manifestaciones de la rectitud y de los dones celestiales! Con lágrimas y lamentándose, este Agraviado llama en alta voz y dice: ¡Oh Dios, mi Dios! Adorna las cabezas de tus amados con la corona del desprendimiento y engalana sus sienes con la vestidura de la rectitud.

Incumbe al pueblo de Bahá hacer victorioso al Señor mediante el poder de sus palabras y aconsejar a las gentes mediante un carácter y unas acciones excelentes, pues los hechos ejercen mayor influencia que las palabras.

¡Oh Haydar 'Alí!16 Sobre ti sean la alabanza de Dios y su gloria. Di: La honradez, la virtud, la sabiduría y el carácter santo conducen a la exaltación del hombre, mientras que la falsedad, el engaño, la ignorancia y la hipocresía lo llevan a su degradación. ¡Por mi vida! La diferencia del hombre no radica en los ornamentos o en la riqueza, sino más bien en un comportamiento virtuoso y en un entendimiento verdadero. La mayoría del pueblo de Persia está ahíto de decepción y vanas fantasías. Cuán grande es la diferencia entre la condición de esta gente y la posición de esas almas esforzadas que han ido más allá del mar de los nombres y han levantado sus tiendas en las playas del océano del desprendimiento. De hecho, sólo unos pocos de la actual generación se han ganado el derecho a oír los gorjeos de las palomas del más alto Paraíso. "Pocos de mis siervos están verdaderamente agradecidos".17 La gente, en su mayoría, se deleita en las supersticiones. Consideran que una sola gota del mar de la ilusión es preferible a un océano de certidumbre. Aferrándose tenazmente a los nombres, se privan de la realidad interior y, al aferrarse a las vanas imaginaciones, se les impide presenciar la Aurora de los signos celestiales. Permita Dios que misericordiosamente se te ayude, en toda situación, a destrozar los ídolos de la superstición y a rasgar los velos de las imaginaciones de los hombres. La autoridad se encuentra en el puño de Dios, Manantial de la revelación e inspiración y Señor del Día de la Resurrección.

Hemos oído lo que la persona en cuestión ha mencionado acerca de ciertos maestros de la Fe. Realmente él ha dicho la verdad. Algunas almas negligentes vagan por los países en el nombre de Dios, dedicados diligentemente a arruinar su Causa, y lo llaman promoción y enseñanza de la Palabra de Dios; y ello a pesar de que las cualidades de los maestros de la Fe, al igual que las estrellas, brillan resplandecientes por todos los cielos de las Tablas divinas. Toda persona imparcial es testigo y todo hombre perspicaz es bien consciente de que el Dios único y verdadero -exaltada sea su gloria- ha expuesto y explicado lo que elevará la posición y exaltará el rango de los hijos de los hombres.

El pueblo de Bahá arde brillante como un cirio en medio de las reuniones y se aferra a lo que Dios ha proyectado. Esta posición se eleva suprema por encima de todas las posiciones. Bienaventurado aquel que abandona las cosas que poseen los pueblos del mundo y anhela lo relativo a Dios, el Soberano Señor de la eternidad.

Di: ¡Oh Dios, mi Dios! Tú me ves circulando alrededor de tu Voluntad, con mis ojos vueltos hacia el horizonte de tu misericordia, esperando ansiosamente la revelación de los refulgentes esplendores del sol de tus favores. Te imploro, oh Bienamado de todo corazón comprensivo y Deseo de los que tienen acceso a Ti, que concedas que tus amados se desprendan completamente de sus propias inclinaciones, aferrándose a lo que Te place a Ti. Atavíalos, oh Señor, con el manto de la rectitud e ilumínalos con los esplendores de la luz del desprendimiento. A continuación, llama en su ayuda a las huestes de la sabiduría y la prolación, para que puedan exaltar tu Palabra entre tus criaturas y proclamar tu Causa entre tus siervos. Verdaderamente, potente eres Tú para hacer lo que deseas, y en tus manos están las riendas de todos los asuntos. No hay Dios sino Tú, el Poderoso, el que Siempre Perdona.

¡Oh Tú que has vuelto tu mirada hacia mi rostro! En estos días ha sucedido aquello que Me ha sumido en profunda tristeza. Ciertos malhechores que profesan lealtad a la Causa de Dios han cometido acciones que han hecho estremecer a los miembros de la sinceridad, la honestidad, la justicia y la equidad. Una persona conocida a quien se le había mostrado la mayor amabilidad y favor perpetró tales actos que han traído las lágrimas a los ojos de Dios. Previamente pronunciamos palabras de advertencia y premonición; luego, durante cierto número de años guardamos el asunto en secreto para que quizás él prestara atención y se arrepintiera. Pero todo fue en vano. Finalmente dedicó todas sus energías a vilipendiar la Causa de Dios a la vista de todos los hombres. Rasgó el velo de la equidad y no sintió simpatía ni por él mismo ni por la Causa de Dios. Ahora, sin embargo, las acciones de ciertas personas han provocado pesares mucho más penosos que las de aquel otro. Rogad a Dios, el Verdadero, para que muníficamente permita que los negligentes se retracten y se arrepientan. Verdaderamente Él es el Perdonador, el Munífico, el Más Generoso.

En estos días es responsabilidad de todos aferrarse firmemente a la unidad y a la concordia y trabajar diligentemente en la promoción de la Causa de Dios, para que acaso las almas rebeldes logren aquello que les conduzca a una prosperidad perdurable.

En resumen, las disensiones entre las diversas sectas han abierto el camino hacia la debilidad. Cada secta ha elegido un sendero para sí y se adhiere a cierta cuerda. A pesar de su manifiesta ceguera e ignorancia, se enorgullecen de su perspicacia y conocimiento. Entre ellas hay místicos que profesan lealtad a la Fe del Islám, algunos de los cuales se abandonan a aquello que los conduce a la holgazanería y a la reclusión. ¡Juro por Dios! Ello degrada la posición del hombre y le hace henchirse de orgullo. El hombre debe dar fruto. Aquel que no da fruto es, en palabras del Espíritu,18 como un árbol estéril, y el árbol estéril no es adecuado sino para el fuego.

Aquello que han mencionado las personas anteriormente nombradas respecto a las posiciones de la Unidad Divina conducirá en no pequeña medida a la holgazanería y las vanas imaginaciones. Estos hombres mortales evidentemente han echado a un lado las diferencias de posición y han llegado a considerarse a sí mismos como Dios, mientras que Dios se encuentra inconmensurablemente exaltado por encima de todas las cosas. Sin embargo, toda cosa creada muestra Sus signos, los cuales no son sino emanaciones de Él, y no su Propio Ser. Todos estos signos se reflejan y pueden ser vistos en el libro de la existencia, y los rollos que describen la forma y el patrón del universo son en verdad un grandísimo libro. Allí todo hombre perspicaz puede percibir lo que conduciría al Recto Sendero y le permitiría alcanzar el Gran Anuncio. Piensa en los rayos del sol, cuya luz ha envuelto al mundo. Los rayos emanan del sol y revelan su naturaleza, pero no son el sol mismo. Todo cuanto puede percibirse en la tierra demuestra ampliamente el poder de Dios, su conocimiento y las efusiones de su munificencia, en tanto Él Mismo se halla inconmensurablemente exaltado por encima de todas las criaturas.

Cristo dijo: "Tú has concedido a los niños aquello de lo que están privados los sabios y los eruditos." El sabio de Sabzivár19 ha dicho: "¡Ay! Faltan oídos atentos, de otro modo los susurros de la Zarza del Sinaí podrían oírse saliendo de todos los árboles." En una Tabla a un hombre de sabiduría que había hecho una pregunta sobre el significado de la Realidad Elemental, Nos dirigimos a ese famoso sabio con estas palabras: "Si estas palabras son realmente tuyas, ¿cómo es que no has oído el Llamamiento que ha hecho el Árbol del Hombre desde las más sublimes alturas del mundo? Si realmente oíste el Llamamiento y, a pesar de ello, el temor y el deseo de preservar tu vida te han inducido a no hacerle caso, eres una persona que nunca ha sido ni será digna de mención; y si no lo has escuchado, entonces es que estás privado del sentido del oído." En resumen, tales son los hombres cuyas palabras son el orgullo del mundo y cuyas acciones son la vergüenza de las naciones.

Verdaderamente hemos hecho sonar la Trompeta, que no es otra que mi Pluma de Gloria, y, mirad, la humanidad se ha desvanecido ante ella, salvo aquellos a quienes a Dios le plugo librar como muestra de su gracia. Él es el Señor de munificencia, el Antiguo de los Días.

Di: ¡Oh asamblea de sacerdotes! ¿Censuráis a esta Pluma, a la que el reino de la prolación se preparó para oír tan pronto como elevó su voz estridente, y ante cuyo poderoso y glorioso tema cualquier otro tema palideció hasta la insignificancia? Temed a Dios y no sigáis vuestras ociosas fantasías y corruptas imaginaciones, sino más bien seguid a aquel que ha venido a vosotros investido con conocimiento innegable y con certeza inconmovible.

¡Glorificado sea Dios! El tesoro del hombre son sus palabras; sin embargo, este Agraviado ha refrenado su Lengua, pues los descreídos están emboscados; no obstante, Dios, Señor de todos los mundos, da protección. Verdaderamente, en Él hemos puesto nuestra confianza y a Él hemos encomendado todos los asuntos. Él es el que todo lo basta para Nosotros y para todas las cosas creadas. Él es Aquel por cuya venia y mediante la potencia de cuyo mandato ha brillado resplandeciente el Sol de poder soberano sobre el horizonte del mundo. Bienaventurado aquel que percibe y reconoce la Verdad, y ¡ay! del recalcitrante y del infiel.

Invariablemente, este Agraviado ha tratado a los sabios con afecto. Por sabios se entiende hombres cuyos conocimientos no se reducen a meras palabras y cuyas vidas han sido fructíferas y han producido resultados perdurables. Incumbe a todos honrar a estas almas benditas. Felices aquellos que observan los preceptos de Dios; felices aquellos que han reconocido la Verdad; felices aquellos que juzgan con imparcialidad en todos los asuntos y se aferran al Cordón de mi Justicia inviolable.

El pueblo de Persia se ha apartado de Aquel que es el Protector y el Auxiliador. Se han aferrado a las vanas imaginaciones de los necios y se han enredado en ellas. Tan firmemente se adhieren a las supersticiones que nada puede separarlos de ellas salvo el potente brazo de Dios, exaltada sea su gloria. Suplica al Todopoderoso que aparte con los dedos del poder divino los velos que han separado a los diversos pueblos y razas, para que alcancen aquello que conduce a la seguridad, al progreso y al adelanto, y se apresuren hacia el Amigo incomparable.

La palabra de Dios que la Pluma de Abhá ha revelado e inscrito en la

PRIMERA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es ésta: Verdaderamente Yo digo: El temor de Dios siempre ha sido una defensa segura y una fortaleza inexpugnable para todos los pueblos del mundo. Es la causa principal de la protección de la humanidad y el instrumento supremo para su preservación. En efecto, existe en el hombre una facultad que le disuade y le protege de todo lo que es indigno e indecoroso, a la que se le conoce como el sentido de la vergüenza. Sin embargo, está limitada a unos pocos; no todos la han poseído ni la poseen.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

SEGUNDA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: La Pluma del Altísimo exhorta, en este momento, a las manifestaciones de la autoridad y las fuentes del poder, es decir, a los reyes, los soberanos, los presidentes, los gobernantes, los sacerdotes y los sabios, y les ordena defender la causa de la religión y adherirse a ella. La religión es, en verdad, el principal instrumento para el establecimiento del orden en el mundo y de la tranquilidad entre sus pueblos. El debilitamiento de los pilares de la religión ha fortalecido a los necios, les ha envalentonado y les ha hecho más arrogantes. Verdaderamente digo: Cuanto mayor es la decadencia de la religión, tanto más lamentable es la rebeldía de los impíos. Al final, esto no puede sino conducir al caos y a la confusión. ¡Oídme, oh hombres perspicaces, y estad advertidos, vosotros que estáis dotados de discernimiento!

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

TERCERA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es ésta: ¡Oh hijo del hombre! Si tus ojos están vueltos hacia la misericordia, deja las cosas que te benefician y aférrate a lo que beneficiará a la humanidad. Y si tus ojos están vueltos hacia la justicia, escoge para tu prójimo aquello que escogerías para ti mismo. La humildad exalta al hombre al cielo de la gloria y del poder, en tanto que el orgullo le rebaja a las profundidades de la vileza y la degradación.

¡Oh pueblo de Dios! ¡Grande es el Día y poderoso el Llamamiento! En una de nuestras Tablas hemos revelado estas exaltadas palabras: "Si el mundo del espíritu se convirtiese totalmente en el sentido del oído, entonces podría pretender ser digno de escuchar la Voz que llama desde el Horizonte Supremo; porque, de otro modo, estos oídos que están manchados de mentiras nunca han sido adecuados para oírla, ni lo son ahora." Bienaventurados quienes escuchan, y ¡ay! de los rebeldes.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

CUARTA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: ¡Oh pueblo de Dios! Implorad al Verdadero -glorificado sea su Nombre- para que misericordiosamente ampare a las manifestaciones del dominio y del poder de las insinuaciones del yo y del deseo y derrame sobre ellos el esplendor de la justicia y de la guía.

Su Majestad Mu¥ammad Sháh, a pesar de la excelencia de su rango, cometió dos hechos atroces. Uno fue la orden de desterrar al Señor de los Reinos de la Gracia y la Munificencia, el Punto Primordial; y el otro, el asesinato del Príncipe de la Ciudad del Arte de Gobernar y del Logro Literario.20

Los defectos de los reyes, como sus favores, pueden ser grandes. Un rey a quien la vanagloria del poder y autoridad no le disuada de observar justicia, ni a quien los lujos, la riqueza, la gloria ni la dirección de huestes y legiones le priven de los esplendores del sol de la equidad, ocupará un alto rango y una sublime posición en el Concurso de lo alto. Incumbe a todos prestar ayuda y mostrar amabilidad a tan noble alma. Bienaventurado el rey que domine firmemente las riendas de su pasión, refrene su ira y prefiera la justicia y la imparcialidad a la injusticia y a la tiranía.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

QUINTA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es ésta: Por sobre todo lo demás, el más grande don y la más maravillosa bendición que jamás haya existido y continuará existiendo es la Sabiduría. Es la infalible Protectora del hombre. Le ayuda y le fortalece. La sabiduría es el emisario de Dios y la reveladora de Su Nombre, el Omnisciente. Por medio de ella se hace manifiesta y evidente la sublimidad de la posición del hombre. Es omnisciente, y es el principal maestro en la escuela de la existencia. Es la guía, y está investida de una elevada distinción. Gracias a su influencia educadora, los seres terrenales han llegado a impregnarse con un espíritu semejante a una gema, que sobrepasa a los cielos en brillo. En la ciudad de la justicia es el Orador sin rival que, en el año nueve, iluminó al mundo con las gozosas nuevas de esta Revelación. Y fue esta sin par Fuente de sabiduría la que, al comienzo de la fundación del mundo, ascendió por la escalera del significado interno y, cuando fue entronizada en el púlpito de la prolación por obra de la Voluntad divina, proclamó dos palabras. La primera anunciaba la promesa de la recompensa, en tanto que la segunda expresaba la siniestra advertencia del castigo. La promesa dio origen a la esperanza, y la advertencia produjo temor. De este modo, la base del orden en el mundo se estableció firmemente sobre estos principios gemelos. Exaltado sea el Señor de la Sabiduría, el Poseedor de Gran Munificencia.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

SEXTA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: La luz de los hombres es la Justicia. No la extingáis con los vientos contrarios de la opresión y la tiranía. El propósito de la justicia es hacer surgir la unidad entre los hombres. El océano de la sabiduría divina se agita en esta exaltada palabra, en tanto que los libros del mundo no pueden contener su significado interno. Si la humanidad estuviese adornada con esta vestidura, vería brillar resplandeciente sobre el horizonte del mundo al sol de las palabras: "En ese día Dios satisfará a todos con su abundancia".21 Apreciad el valor de estas palabras; son un fruto noble que ha producido el Árbol de la Pluma de Gloria. Dichoso el hombre que le presta oído y cumple sus preceptos. Verdaderamente digo, que todo lo que se envía desde el cielo de la Voluntad de Dios es el medio para el establecimiento del orden en el mundo y el instrumento para la promoción de la unidad y la camaradería entre sus pueblos. Así habla la lengua de este Agraviado desde su Más Grande Prisión.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

SÉPTIMA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es ésta: ¡Oh vosotros hombres de sabiduría entre las naciones! Cerrad vuestros ojos a la separación, y después fijad vuestra mirada en la unidad. Asíos firmemente a lo que conducirá al bienestar y la tranquilidad de toda la humanidad. Este palmo de tierra no es sino una sola patria y una única morada. Os incumbe abandonar la vanagloria que provoca alienación y dirigir vuestros corazones hacia todo lo que asegure la armonía. A juicio del pueblo de Bahá, la gloria del hombre se halla en su conocimiento, en su conducta recta, en su carácter encomiable, en su sabiduría, y no en su nacionalidad ni en su rango. ¡Oh gentes de la tierra! Apreciad el valor de esta palabra celestial. De hecho, puede asemejarse a un navío para el océano del conocimiento y a una brillante luminaria para el reino de la percepción.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

OCTAVA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: Las escuelas deben, en primer lugar, educar a los niños en los principios de la religión, para que la Promesa y la Amenaza registradas en los Libros de Dios les aparten de las cosas prohibidas y les atavíen con el manto de los mandamientos; pero ello en medida tal que no perjudique a los niños dando lugar al fanatismo ignorante y a la intolerancia.

Corresponde a los Fideicomisarios de la Casa de Justicia reunirse en consejo para tratar de aquellas cosas que no han sido reveladas explícitamente en el Libro y para hacer cumplir lo que a ellos les resulte aceptable. Dios, ciertamente, les inspirará con todo lo que Él desee, y Él, en verdad, es el Proveedor, el Omnisciente.

Anteriormente hemos ordenado que la gente se exprese en dos idiomas; no obstante, deben hacerse esfuerzos para reducirlos a uno solo, al igual que los alfabetos del mundo, para que las vidas de los hombres no se disipen y malgasten aprendiendo diversos idiomas. De este modo, la tierra entera será considerada como una sola ciudad y un solo país.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

NOVENA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es ésta: Es deseable la moderación en todos los asuntos. Si una cosa es llevada al exceso, demostrará ser causa de maldad. Pensad en la civilización de occidente, cómo ha agitado y alarmado a los pueblos del mundo. Se ha ideado una máquina infernal y ha resultado ser un arma de destrucción tal que nadie ha presenciado ni oído nunca nada semejante a ella. La purificación de corrupciones tan profundamente arraigadas y abrumadoras no puede llevarse a cabo a menos que los pueblos del mundo se unan en pos de una meta común y abracen una fe universal. Inclinad vuestro oído al Llamamiento de este Agraviado y adheríos firmemente a la Paz Menor.

Cosas extrañas y asombrosas existen en la tierra, pero están ocultas a las mentes y a la comprensión de los hombres. Estas cosas son capaces de cambiar toda la atmósfera de la tierra, y la contaminación con ellas resultaría letal. ¡Gran Dios! Hemos observado una cosa asombrosa. El relámpago, o una fuerza similar a él, es controlado por un operador y se mueve por orden de éste. Inconmensurablemente exaltado es el Señor de Poder, que ha dejado al descubierto lo que Se ha propuesto mediante la potencia de su poderoso e invencible mandato.

¡Oh pueblo de Bahá! Cada una de las ordenanzas que hemos revelado es una poderosa fortaleza para la preservación del mundo del ser. Verdaderamente, este Agraviado no ha deseado otra cosa que vuestra seguridad y vuestra elevación.

Exhortamos a los hombres de la Casa de Justicia y les ordenamos que aseguren la protección y salvaguardia de los hombres, mujeres y niños. Les incumbe tener la máxima consideración hacia los intereses del pueblo en todo momento y circunstancia. Bendito sea el gobernante que socorre al cautivo, el rico que cuida del pobre y el justo que resguarda del perverso los derechos del oprimido, y feliz el fideicomisario que cumple lo que el Ordenador, el Antiguo de los Días le ha prescrito.

¡Oh Haydar 'Alí! Sobre ti sean mi gloria y mi alabanza. Mis consejos y advertencias han circundado al mundo. Sin embargo, en lugar de traer alegría y gozo, han causado dolor, porque algunos de los que pretenden amarme se han vuelto arrogantes y Me han infligido tribulaciones como jamás Me habían infligido ni los seguidores de anteriores religiones ni los sacerdotes de Persia.

Hemos dicho: "Mi cautiverio no Me hace daño, ni las cosas que Me han sucedido a manos de mis enemigos. Lo que Me hace daño es la conducta de mis amados que, aunque llevan mi Nombre, sin embargo cometen aquello que hace que mi corazón y mi Pluma se lamenten." Una y otra vez se han revelado palabras como éstas; sin embargo, los negligentes no han sacado provecho de ellas, ya que se hallan cautivos de sus propias pasiones malvadas y sus deseos corruptos. Implora al Dios Verdadero que permita que todos se arrepientan y vuelvan a Él. Mientras la naturaleza de cada uno ceda ante las pasiones malvadas, prevalecerán el delito y la transgresión. Abrigamos la esperanza de que la mano del poder divino y las efusiones de las bendiciones celestiales sustenten a todos los hombres, los atavíen con la vestidura de la misericordia y la munificencia y los guarden de aquello que perjudicaría a su Causa entre sus siervos. Él es, en verdad, el Potente, el Todopoderoso, y Él es el que Siempre Perdona, el Misericordioso.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

DÉCIMA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es la siguiente: ¡Oh gentes de la tierra! Vivir retirado o practicar el ascetismo no es aceptable en la presencia de Dios. Incumbe a los dotados de perspicacia y entendimiento cumplir aquello que producirá alegría y esplendor. Prácticas tales como las que han surgido del seno de las ociosas fantasías y las que han nacido de la matriz de la superstición son poco dignas de hombres de conocimiento. En tiempos de antaño, y más recientemente, algunas personas han levantado su morada en las cuevas de las montañas, mientras otras tienen por costumbre acudir de noche a los cementerios. Di: Prestad atención a los consejos de este Agraviado. Abandonad las cosas corrientes entre vosotros y escoged aquello que el Consejero fiel os ordena. No os privéis de los dones que han sido creados para vuestro bien.

La caridad es grata y digna de alabanza a la vista de Dios y se le considera como un príncipe entre las buenas acciones. Meditad y recordad lo que el Todomisericordioso reveló en el Corán: "Ellos les prefieren antes que a sí mismos, aunque la pobreza es su propio destino. Y bienaventurados aquellos que están protegidos de su propia codicia."22 Visto de este modo, las benditas palabras anteriores son, en verdad, el Sol de las palabras. Bendito quien prefiere a su hermano antes que a sí mismo. Ciertamente, tal hombre se cuenta, en virtud de la Voluntad de Dios, el Omnisapiente, el Todosabio, entre el pueblo de Bahá que mora en el Arca Carmesí.

La palabra de Dios que la Pluma Suprema ha registrado en la

UNDÉCIMA HOJA

del Más Exaltado Paraíso es ésta: Ordenamos a quienes son los emblemas de Sus Nombres y atributos que de aquí en adelante se adhieran firmemente a lo que se ha dispuesto en esta Grandísima Revelación, no permitan que ellos mismos se conviertan en motivo de contiendas y mantengan, hasta el fin que no conoce fin, sus ojos dirigidos hacia la aurora de estas resplandecientes palabras que han sido registradas en esta Tabla. La contienda conduce al derramamiento de sangre y provoca conmoción entre la gente. Escuchad la Voz de este Agraviado y no os apartéis de ella.

Si cualquier persona meditase en su corazón aquello que ha fluido de la Pluma de Gloria en esta Revelación, estaría seguro de que, sea lo que fuese lo que este Agraviado haya afirmado, no ha tenido intención de crearse una posición o distinción para Sí Mismo. Más bien, el propósito ha sido atraer a las almas, mediante la sublimidad de Sus palabras, a la cima de trascendente gloria y dotarlas con la facultad de percibir aquello que depurará y purificará a los pueblos del mundo de la lucha y la disensión que provocan las diferencias religiosas. De esto dan testimonio mi Corazón, mi Pluma y mi Ser interior y exterior. Quiera Dios que todos los hombres se vuelvan hacia los tesoros latentes dentro de su propio ser.

¡Oh pueblo de Bahá! El origen de los oficios, las ciencias y las artes es la facultad de la reflexión. Haced todos los esfuerzos para que de esta mina ideal puedan surgir destelleantes las perlas de sabiduría y prolación que fomenten el bienestar y la armonía de todas las razas de la tierra.

En toda condición, ya sea en la adversidad o en la comodidad, en el honor o en la aflicción, este Agraviado ha ordenado que todos los hombres muestren amor, afecto, compasión y armonía. Y, sin embargo, siempre que había una leve señal de progreso o adelanto, aquellos que se encuentran ocultos tras los velos salían resueltamente y proferían calumnias más hirientes que la espada. Ellos se aferran a palabras engañosas y censurables y se privan del océano de versos revelados por Dios.

Si estos velos obstaculizadores no se hubiesen interpuesto, en unos dos años Persia habría sido subyugada por el poder de la prolación, se habría elevado la posición tanto del Gobierno como del pueblo, y la meta Suprema, desvelada y descubierta, habría aparecido en la plenitud de la gloria. En resumen, unas veces en lenguaje explícito y otras veces por alusiones, hemos dicho todo lo que debía decirse. Así, una vez que Persia hubiese sido rehabilitada, los suaves aromas de la Palabra de Dios se mecerían sobre todos los países, por cuanto lo que fluye de la Más Exaltada Pluma conduce a la gloria, al progreso y a la educación de todos los pueblos y razas de la tierra. De hecho, éste es el remedio soberano para toda enfermedad, si lo comprendieran y lo percibieran.

Recientemente, los Afnán y Amín -que mi gloria y amorosa bondad sean con ellos- alcanzaron nuestra presencia y contemplaron nuestro semblante; igualmente están presentes y han bebido de la copa de la reunión Nabíl, el hijo de Nabíl y el hijo de Samandar -que la gloria de Dios y su amorosa bondad sean sobre ellos-. Rogamos a Dios que misericordiosamente ordene para ellos el bien de este mundo y del venidero y que las efusiones de Sus bendiciones y Su gracia desciendan sobre ellos desde el cielo de su generosidad y las nubes de su tierna compasión. Verdaderamente, de aquellos que muestran misericordia, Él es el Más Misericordioso, y Él es el Munífico, el Benéfico.

¡Oh Haydar 'Alí! Tu otra carta, que habías enviado a través de aquel que lleva el título de Júd23 (Munificencia), ha llegado a nuestra santa corte. ¡Alabado sea Dios! Estaba adornada con la luz de la unidad divina y del desprendimiento, y ardía con el fuego del amor y el afecto. Ora a Dios para que conceda agudeza a los ojos y los ilumine con una nueva luz, para que acaso puedan percibir lo que no tiene par ni semejanza.

En este día los versos del Libro Madre están resplandecientes e inconfundibles como el sol. En modo alguno pueden confundirse con las palabras del pasado ni con las más recientes. Ciertamente, este Agraviado no desea demostrar su propia Causa con pruebas presentadas por otros. Él es el que abarca todas las cosas, mientras que todo lo demás, salvo Él, está circunscrito. Di: Oh pueblo, examinad con atención lo que es común entre vosotros, y Nosotros examinaremos atentamente lo que tiene relación con Nosotros. ¡Juro por Dios! Ni la alabanza de los pueblos del mundo ni las cosas que poseen las razas de la tierra son dignas de mención ante el recuerdo de su Nombre. De ello da testimonio Aquel que en todas las circunstancias proclamó: "Verdaderamente Él es Dios, soberano Gobernante del Día del Juicio Final, Señor del poderoso Trono."

¡Glorificado sea Dios! Uno se pregunta por medio de qué prueba o por qué razón los descreídos entre el pueblo del Bayán se han apartado del Señor del ser. En verdad, la posición de esta Revelación trasciende a la posición de todo lo que ha sido manifestado en el pasado o lo que se hará manifiesto en el futuro.

Si el Punto del Bayán estuviese presente en este día y si Él -Dios no lo permita- dudase en reconocer esta Causa, entonces Le serían de aplicación a Él las muy benditas palabras que han fluido del manantial de su propio Bayán. Él dijo, y su palabra es la verdad: "Es lícito que Aquel a Quien Dios hará manifiesto rechace al que es el más grande de la tierra." Di: ¡Oh vosotros que estáis privados de entendimiento! Hoy el Ser Más Grande proclama: "Verdaderamente, verdaderamente Yo soy el primero en adorarle." Cuán poco profundo es el fondo del conocimiento de los hombres y cuán débil su poder de percepción. Nuestra Pluma de Gloria da testimonio de su abyecta pobreza y de la riqueza de Dios, Señor de todos los mundos.

Alabado y glorificado es Aquel que ha llamado a la creación a la existencia. Él es la Verdad soberana, el Conocedor de las cosas invisibles. El Libro Madre está revelado y el Señor de Munificencia se ha establecido en la más bendita sede de gloria. La Aurora ha despuntado y, sin embargo, la gente no entiende. Los signos han sido manifestados, en tanto Aquel que los ha revelado está abrumado con evidente tristeza. Verdaderamente he soportado aquello que ha hecho que se lamente el mundo de la existencia.

Di: Oh Ya¥yá,24 crea un solo verso, si es que posees un conocimiento divinamente inspirado. Estas palabras fueron dichas anteriormente por mi Heraldo, que en esta hora proclama: "Verdaderamente, verdaderamente Yo soy el primero en adorarle." Sé justo, oh mi hermano. ¿Serás tú capaz de expresarte cuando estés cara a cara ante el encrespado océano de mi prolación? ¿Podrás soltar tu lengua cuando te enfrentes a la estridente voz de mi Pluma? ¿Tienes algún poder ante la revelación de mi omnipotencia? Juzga con equidad, te lo ruego por Dios, y recuerda cuando estabas en presencia de este Agraviado y te dictamos los versos de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. Ten cuidado, no sea que la fuente de la falsedad te aparte de la Verdad manifiesta.

¡Oh tú que has fijado tu mirada en mi semblante! Di: ¡Oh negligentes! A causa de una gotita os habéis privado del océano de los versos celestiales, y por un insignificante átomo os habéis apartado de los esplendores del Sol de la Verdad. ¿Quién otro sino Bahá tiene poder para hablarle a la humanidad a la cara? Juzgad imparcialmente y no seáis de los injustos. A través de Él se han agitado los océanos, se han revelado los misterios y los árboles han alzado sus voces exclamando: "Los reinos de la tierra y del cielo son de Dios, el Revelador de los signos, el Manantial de las señales claras. Leed atentamente el Bayán Persa revelado por Aquel que anunció esta Revelación y miradlo con el ojo de la imparcialidad. De cierto Él os guiará rectamente a su Sendero. En este momento Él proclama aquello que su lengua había expresado anteriormente, cuando estaba sentado en el trono de su más exaltado Nombre.

Has hecho mención de los amados en esas regiones. Alabado sea Dios; cada uno de ellos ha logrado el honor de ser recordado por el Verdadero -exaltada sea su gloria-, y sus nombres, los de todos y cada uno de ellos, fluyeron de la Lengua de Grandeza en su reino de prolación. Grande es, en verdad, su beatitud y felicidad, por cuanto ellos han bebido el vino escogido de la revelación y la inspiración de manos de su Señor, el Compasivo, el Misericordioso. Rogamos a Dios que les fortalezca para que manifiesten una constancia inquebrantable, y que llame en su ayuda a las huestes de la sabiduría y la prolación. Él es, en verdad, el Poderoso, el Omnipotente. Llévales mis saludos y dales las gozosas nuevas de que el sol del recuerdo ha amanecido, derramando su fulgor por encima del horizonte de los generosos favores de su Señor, el que Siempre Perdona, el Todomisericordioso.

Has mencionado a Æusayn. Hemos ataviado su sien con el manto de la misericordia y hemos adornado su cabeza con la corona del perdón. Es oportuno que se enorgullezca entre los hombres por esta resplandeciente, esta fulgurante y manifiesta liberalidad. Di: No estés abatido. Después de la revelación de este bendito verso es como si hubieses nacido de nuevo del vientre de tu madre. Di: Estás libre de pecado y del error. Ciertamente Dios te ha purificado con las aguas vivas de su prolación en su Más Grande Prisión. Le suplicamos -bendito y exaltado sea Él- que muníficamente te confirme en Su exaltación y en la magnificación de Su gloria, y te fortalezca mediante el poder de sus huestes invisibles. Verdaderamente Él es el Todopoderoso, el Omnipotente.

Has hecho mención de la gente de Tár.25 Hemos vuelto nuestro rostro hacia los siervos de Dios que están allí y les aconsejamos primero que consideren lo que el Punto del Bayán ha manifestado en relación con esta Revelación, que ha hecho temblar a todos los nombres y títulos, mediante la cual se han derrumbado los ídolos de las vanas imaginaciones y la Lengua de Grandeza proclama desde el Reino de gloria: ¡Por la rectitud de Dios! El Tesoro Oculto, el Misterio Impenetrable, se ha descubierto ante los ojos de los hombres, haciendo que todas las cosas, ya sean del pasado o del futuro, se regocijen. Él ha dicho, y su palabra es la verdad: "De todos los homenajes que he rendido a Aquel que ha de venir detrás de Mí, éste es el más grande: Mi confesión escrita de que ninguna palabra Mía puede describirle adecuadamente, ni ninguna referencia que Le hago a Él en mi libro, el Bayán, puede hacerle justicia a su Causa."

Además, les aconsejamos que observen justicia, equidad, honestidad, piedad y aquello por lo cual serán exaltadas entre los hombres tanto la Palabra de Dios como la propia posición de ellos. Verdaderamente Yo soy quien exhorta con justicia. De ello da testimonio Aquel de cuya Pluma han surgido ríos de misericordia y de cuyas palabras han brotado fuentes de aguas vivas para todas las cosas creadas. Inconmensurablemente exaltada es esta gracia ilimitada; inmensamente bendito es este resplandeciente favor.

¡Oh gentes de Tár! Prestad atención al Llamamiento de Aquel que hace lo que Él desea. En verdad, Él os recuerda aquello que os acercará a Dios, Señor de los mundos. Él ha vuelto su rostro hacia vosotros desde la prisión de 'Akká, y por vosotros ha revelado lo que inmortalizará vuestro recuerdo y vuestros nombres en el Libro que no puede ser borrado y al que no le afectan las dudas de los recalcitrantes. Abandonad las cosas corrientes entre los hombres y aferraos firmemente a lo que se os ordena en virtud de la Voluntad del Ordenador, el Antiguo de los Días. Éste es el Día en que el Árbol del Loto llama en alta voz, diciendo: ¡Oh pueblo! Contemplad mis frutos y mis hojas, y luego inclinad vuestros oídos hacia mi susurro. Tened cuidado, no sea que las dudas de los hombres os excluyan de la luz de la certeza. El océano de la prolación exclama y dice: "¡Oh vosotros moradores de la tierra! Contemplad mis aguas encrespadas y las perlas de sabiduría y prolación que he derramado. Temed a Dios y no seáis de los negligentes."

En este Día tiene lugar un gran festival en el Reino de lo alto; pues todo lo que se prometió en las Sagradas Escrituras se ha cumplido. Éste es el Día del gran regocijo. Incumbe a todos apresurarse hacia la corte de su proximidad con extrema alegría, gozo, júbilo y deleite, y librarse del fuego de la lejanía.

¡Oh gentes de Tár! Por medio del poder fortalecedor de mi Nombre tomad el cáliz del conocimiento, bebed lo que podáis a pesar de las gentes del mundo que han roto el Convenio de Dios y su Testamento, han rechazado sus pruebas y sus claras señales y han puesto reparos triviales a sus signos, que han impregnado a todos los que están en el cielo y en la tierra.

Los descreídos entre el pueblo del Bayán son como los seguidores de la secta chiita, y siguen sus pasos. Abandonadles a sus ociosas fantasías y vanas imaginaciones. Ellos, en verdad, se cuentan entre los perdidos en el Libro de Dios, el Omnisapiente, el Todosabio. Ahora, todos y cada uno de los clérigos chiitas se dedican a vilipendiar y denunciar al Verdadero desde sus púlpitos. ¡Dios Munífico! Dawlat Ábádí26 también ha seguido el ejemplo. Subió al púlpito y expresó lo que ha hecho llorar de angustia a la Tabla y lamentarse a la Pluma. Meditad sobre su conducta y la de Ashraf27 -que mi gloria y mi tierna misericordia sean sobre él-, e igualmente considerad a esos amados que se apresuraron al lugar del martirio en mi Nombre y dieron sus vidas en el sendero de Aquel que es el Deseo del mundo.

La Causa está manifiesta, brilla resplandeciente como el sol, pero las gentes se han convertido en velos para sí mismas. Rogamos a Dios que muníficamente les ayude a regresar a Él. Él es, en verdad, el Perdonador, el Misericordioso.

¡Oh gentes de Tár! Os enviamos saludos desde este lugar e imploramos a Dios -exaltado y bendito sea Él- que os dé de beber de la mano de su favor el vino escogido de la constancia. Verdaderamente Él es el Señor de Munificencia, el Generoso, el Todoalabado. Dejad a su suerte a los inmaduros del mundo, aquellos que están movidos por un deseo egoísta y se adhieren a los exponentes de la ociosa fantasía. Verdaderamente Él es vuestro Auxiliador y Socorredor. Él es, en verdad, potente para hacer cuanto desea. No hay otro Dios salvo Él, el Único, el Sin Par, el Poderoso, el Más Grande.

Que la gloria de nuestra presencia sea sobre aquellos que han dirigido sus rostros hacia la Aurora de Su Revelación y han admitido y reconocido lo que la Lengua de la prolación ha manifestado en el reino del conocimiento en este bendito, glorioso e incomparable Día.

LAWÆ-I-DUNYÁ
Tabla del Mundo

En mi Nombre, que llama en voz alta en el Reino de la Prolación.

La alabanza y el agradecimiento es lo apropiado para el Señor del dominio manifiesto, que ha adornado la poderosa prisión con la presencia de los honorables 'Alí Akbar y Amín, y la ha iluminado con la luz de la certeza, la constancia y la seguridad.28 La gloria de Dios y la gloria de todos los que están en los cielos y en la tierra sean con ellos.

Luz y gloria, salutación y alabanza sean con las Manos de Su Causa, a través de las cuales ha brillado la luz de la fortaleza y se ha establecido la verdad de que la autoridad para escoger Le corresponde a Dios, el Poderoso, el Potente, el Irrestringido, por medio de las cuales se ha agitado el océano de la misericordia y se ha difundido la fragancia de los muníficos favores de Dios, Señor de la humanidad. Le imploramos -exaltado sea Él- que les ampare con el poder de sus huestes, les proteja con la potencia de su dominio y les socorra con su fuerza indomable que prevalece sobre todas las cosas creadas. La soberanía es de Dios, Creador de los cielos y Señor del Reino de los Nombres.

El gran Anuncio proclama: ¡Oh gentes de Persia! En tiempos pasados fuisteis símbolo de la misericordia y personificación del afecto y la benevolencia. Las regiones del mundo fueron iluminadas y embellecidas por el brillo de la luz de vuestro conocimiento y por el resplandor de vuestra erudición. ¿Cómo es que os habéis levantado para destruiros a vosotros mismos y a vuestros amigos con vuestras propias manos?

¡Oh Afnán, oh tú que has brotado de mi antiguo Linaje! Mi gloria y mi amorosa bondad son sobre ti. ¡Cuán vasto es el tabernáculo de la Causa de Dios! Cubre a todos los pueblos y razas de la tierra, y dentro de poco reunirá a toda la humanidad bajo su protección. Tu día de servicio ya ha llegado. Innumerables Tablas atestiguan las generosidades que te han sido otorgadas. Levántate por el triunfo de mi Causa y, con la fuerza de tu palabra, somete los corazones de los hombres. Tienes que manifestar aquello que asegure la paz y el bienestar de los desdichados y oprimidos. Prepárate para llevar a cabo tu empeño, para que quizás puedas liberar al cautivo de sus cadenas y le permitas alcanzar la verdadera libertad.

En este día la justicia lamenta su condición, y la Equidad gime bajo el yugo de la opresión. Las densas nubes de la tiranía han oscurecido la faz de la tierra y han envuelto a sus pueblos. Por orden del Ordenador omnipotente, mediante el movimiento de nuestra Pluma de gloria, hemos inspirado una nueva vida en toda estructura humana y hemos infundido una potencia nueva en cada palabra. Todas las cosas creadas manifiestan las pruebas de esta regeneración mundial. Ésta es la más grande, la más gozosa nueva, dada a conocer a la humanidad por la Pluma de este Agraviado. ¿Por qué teméis, oh mis bienamados? ¿Quién hay que os pueda apesadumbrar? Un poco de humedad basta para disolver la arcilla endurecida con la que está moldeada esta generación perversa. El simple hecho de reuniros es suficiente para dispersar las fuerzas de esta gente vana y sin valor.

La lucha y el conflicto son propios de las bestias salvajes. Fue por la gracia de Dios y con la asistencia de palabras apropiadas y hechos encomiables que retornaron a sus vainas las espadas desenfundadas de la comunidad Bábí. De hecho, mediante el poder de las buenas palabras los virtuosos siempre han logrado el dominio de las praderas de los corazones de los hombres. Di: ¡Oh vosotros los amados! No renunciéis a la prudencia. Inclinad vuestros corazones hacia los consejos que da la Pluma Más Exaltada y tened cuidado, no sea que vuestras manos o vuestras lenguas causen daño a alguien entre la humanidad.

Referente a la tierra de (r)á (Teherán), hemos revelado en el Kitáb-i-Aqdas aquello que advertirá a la humanidad. Los que perpetran tiranía en el mundo han usurpado los derechos de los pueblos y razas de la tierra, y reiteradamente obran de acuerdo con sus inclinaciones egoístas. El tirano29 de la tierra de Yá (Yazd), cometió aquello que hizo derramar lágrimas de sangre al Concurso de lo Alto.

¡Oh tú que has bebido del vino de mi prolación y has fijado tu mirada en el horizonte de mi Revelación! Cuán extraño es que el pueblo de Persia, que no tenía rival en las ciencias y en las artes, se haya hundido hasta el más bajo nivel de degradación entre las naciones de la tierra. ¡Oh gentes! En este bendito, este glorioso Día, no os privéis de las generosas efusiones de misericordia que el Señor de abundante gracia os ha otorgado. En este Día los aguaceros de la sabiduría y la prolación se están derramando desde las nubes de la misericordia divina. Bienaventurados los que juzgan esta Causa con imparcialidad, y ¡ay de los injustos!

Todo hombre de perspicacia admitirá fácilmente, en este Día, que los consejos revelados por la Pluma de este Agraviado constituyen la suprema fuerza animadora del progreso del mundo y la exaltación de sus pueblos. Levantaos, oh gentes, y, por la potestad del poder de Dios, decidíos a lograr la victoria sobre vuestro yo, para que toda la tierra sea liberada y santificada de su servidumbre hacia los dioses de sus ociosas fantasías, unos dioses que han causado tanto quebranto a sus desdichados adoradores y de cuya miseria son responsables. Estos ídolos constituyen el obstáculo que ha estorbado al hombre en sus intentos de avanzar en el sendero de la perfección. Abrigamos la esperanza de que la Mano del poder divino preste ayuda a la humanidad y la libre de su estado de penosa degradación.

En una de las Tablas se han revelado estas palabras: ¡Oh pueblo de Dios! No os dediquéis a vuestros propios asuntos; que vuestros pensamientos queden fijos en aquello que restituya la prosperidad de la humanidad y santifique los corazones y las almas de los hombres. El mejor modo de lograr esto es mediante las acciones puras y santas, por medio de una vida virtuosa y un comportamiento excelente. Las acciones esforzadas garantizarán el triunfo de esta Causa y un carácter santo consolidará su poder. ¡Aferraos a la rectitud, oh pueblo de Bahá! Éste es, ciertamente, el mandamiento que os ha dado este Agraviado, y es lo primero que su irrestringida Voluntad ha escogido para cada uno de vosotros.

¡Oh amigos! Os incumbe renovar y reanimar vuestras almas con los dadivosos favores que están siendo derramados sobre vosotros en esta Divina Primavera que conmueve el alma. El Sol de su gran Gloria derrama su resplandor sobre vosotros, y las nubes de su gracia sin límites os protegen. Cuán sublime es la recompensa para quien no se haya privado de tan gran dádiva ni haya dejado de reconocer la belleza de su Bienamado en esta su nueva vestidura. Cuidaos, pues el Malvado os acecha listo para atraparos. Preparaos contra sus perversas artimañas y, guiados por la luz del nombre del Dios que todo lo ve, huid de la oscuridad que os rodea. Que vuestra visión abarque a todo el mundo, en lugar de limitarse a vuestro propio ser. El Malvado es el que impide el ascenso y bloquea el progreso espiritual de los hijos de los hombres.

En este Día es responsabilidad de todo hombre asirse a cuanto fomente los intereses y exalte la posición de todas las naciones y Gobiernos justos. Por medio de todos y cada uno de los versos que ha revelado la Pluma del Altísimo, se han abierto de par en par las puertas del amor y la unidad ante los hombres. Anteriormente hemos declarado, y nuestra Palabra es la verdad: "Relacionaos con los seguidores de todas las religiones en un espíritu de amistad y compañerismo". Cualquier cosa que haya hecho que los hijos de los hombres se den la espalda unos a otros y haya sido causa de disensiones y divisiones entre ellos, ha sido, por la revelación de estas palabras, anulada y abolida. Desde el cielo de la Voluntad de Dios, y con el propósito de ennoblecer al mundo del ser y elevar las mentes y las almas de los hombres, se ha enviado lo que constituye el más efectivo instrumento para la educación de toda la raza humana. La más elevada esencia y la más perfecta expresión de todo cuanto los pueblos del pasado han dicho o escrito han sido enviadas desde el cielo de la Voluntad del Dios que todo lo posee, el sempiterno, por medio de esta potentísima Revelación. Antiguamente se reveló: "El amor por el propio país es una parte de la Fe de Dios". Sin embargo, la Lengua de Grandeza ha proclamado en el día de su manifestación: "No le corresponde vanagloriarse a quien ama a su país, sino a quien ama al mundo". Mediante el poder liberado por estas exaltadas palabras, Él ha otorgado un nuevo impulso, ha dado una nueva dirección a las aves de los corazones humanos y ha borrado toda huella de restricción y limitación del Libro santo de Dios.

Este Agraviado ha prohibido que el pueblo de Dios se implique en contiendas y conflictos y les ha exhortado a realizar acciones rectas y a cultivar un carácter digno de alabanza. En este día las huestes que pueden asegurar la victoria de la Causa son aquellas que poseen una conducta excelente y un carácter santo. Benditos sean quienes se adhieren firmemente a estas cualidades, ¡y ay de los que se apartan de ellas!

¡Oh pueblo de Dios! Os exhorto a practicar la cortesía, pues por encima de todo es la primera de las virtudes. Bienaventurado quien sea iluminado con la luz de la cortesía y esté ataviado con la vestidura de la rectitud. Quienquiera esté dotado de cortesía, ha logrado, por cierto, una sublime posición. Se espera que a este Agraviado y a todos los demás se les permita adquirirla, aferrarse a ella, practicarla y fijar nuestra mirada en ella. Éste es un mandamiento obligatorio que ha emanado de la Pluma del Más Grande Nombre.

Éste es el día en el que se deben manifestar las gemas de la constancia que yacen ocultas en la mina del ser interior de los hombres. ¡Oh gentes de Justicia! Sed tan brillantes como la luz y tan refulgentes como el fuego que ardió en la Zarza Ardiente. El resplandor del fuego de vuestro amor sin duda fundirá y unificará a los pueblos y razas contendientes de la tierra, en tanto que la furia de la llama de la enemistad y del odio no puede dar otro resultado más que la lucha y la ruina. Rogamos a Dios que proteja a sus criaturas de las perversas intenciones de sus enemigos. Él, ciertamente, tiene poder sobre todas las cosas.

Toda alabanza sea para el Dios único y verdadero -exaltada sea su gloria-, por cuanto Él ha abierto, por medio de la Pluma del Altísimo, las puertas de los corazones de los hombres. Cada verso que esta Pluma ha revelado es un brillante y luminoso portal que descubre las glorias de una vida santa y piadosa, de las acciones puras e inmaculadas. Nunca pretendimos que los llamamientos que hicimos y el mensaje que dimos llegaran o beneficiaran a un solo país o a un solo pueblo. La humanidad en su totalidad tiene que aferrarse firmemente a cuanto le ha sido revelado y otorgado. Entonces, y sólo entonces, alcanzará la verdadera libertad. La tierra toda está iluminada con la gloria resplandeciente de la Revelación de Dios. En el año sesenta, Aquel que anunció la luz de la Guía Divina -que toda la creación Le sea ofrecida como sacrificio- se levantó para anunciar una nueva revelación del Espíritu Divino, y fue seguido, veinte años más tarde, por Aquel a través de cuya venida el mundo se convirtió en receptor de esta gloria prometida, de este maravilloso favor. Observad cómo se ha dotado a la mayor parte de la humanidad con la facultad de escuchar la más exaltada Palabra de Dios, la Palabra de la cual tienen que depender la reunión de todos los hombres y su resurrección espiritual.

Mientras estábamos en la Prisión de 'Akká, revelamos en el Libro Carmesí aquello que conduce al progreso de la humanidad y a la reconstrucción del mundo. Las palabras allí registradas por la Pluma del Señor de la creación incluyen lo siguiente, que constituye los principios fundamentales para la administración de los asuntos de los hombres:

Primero: Incumbe a los ministros de la Casa de Justicia fomentar la Paz Menor, para que a las gentes de la tierra se les alivie de la carga de los gastos excesivos. Este asunto es indispensable y absolutamente esencial, por cuanto las hostilidades y el conflicto se encuentran en la raíz de la aflicción y la calamidad.

Segundo: Los idiomas deben reducirse a un solo lenguaje común, que ha de ser enseñado en todas las escuelas del mundo.

Tercero: Incumbe al hombre aferrarse firmemente a lo que promoverá la camaradería, la amabilidad y la unidad.

Cuarto: Todos, ya sean hombres o mujeres, deberán entregar a una persona de confianza una parte de lo que él o ella ganen por medio del comercio, la agricultura u otra ocupación, para la instrucción y educación de los niños, lo cual será gastado con este propósito con el conocimiento de los Fideicomisarios de la Casa de Justicia.

Quinto: Se debe tener especial consideración hacia la agricultura. Aunque se le menciona en quinto lugar, indiscutiblemente antecede a las otras. En países del extranjero, la agricultura está altamente desarrollada; sin embargo, hasta ahora, en Persia ha estado lamentablemente abandonada. Esperamos que su Majestad el Sháh -que Dios le asista con su gracia- vuelva su atención hacia esta vital e importante cuestión.

Si los hombres observaran estrictamente lo que la Pluma del Altísimo ha revelado en el Libro Carmesí, bien podrían, entonces, permitirse eliminar las regulaciones que prevalecen en el mundo. Determinadas exhortaciones han fluido repetidamente de la Pluma del Altísimo con el fin de que quizá alguna vez se permita que las manifestaciones del poder y los lugares del amanecer de la fuerza las hagan cumplir. En efecto, si se encontrasen buscadores sinceros, por su amor se revelaría toda emanación de la penetrante e irresistible Voluntad de Dios. Pero, ¿dónde se encuentran los buscadores fervorosos y las mentes que indagan? ¿Dónde se fueron los ecuánimes y los imparciales? Actualmente, no pasa un solo día sin que el fuego de una nueva tiranía arda ferozmente y sin que la espada de una nueva agresión sea desenvainada. ¡Dios munífico! Los grandes y nobles de Persia se enorgullecen de actos de tal salvajismo que uno queda estupefacto al escuchar el relato de los mismos.

Día y noche este Agraviado da gracias y alabanzas al Señor de los hombres, pues se ha atestiguado que las palabras de consejo y exhortación que hemos pronunciado han sido efectivas y que este pueblo ha dado muestras de un carácter y una conducta similares a las que son aceptables a nuestra vista. Esto se afirma en virtud de un hecho que, en verdad, ha alegrado al ojo del mundo, y que no es otro que la intercesión de los amigos ante las altas autoridades en favor de sus enemigos. Ciertamente, las acciones rectas de uno atestiguan la verdad de las palabras de él mismo. Abrigamos la esperanza de que algunos hombres piadosos iluminen al mundo con la resplandeciente luz de su conducta, e imploramos al Omnipotente -glorificado y exaltado sea Él- que permita que en este Día todos sean constantes en su amor y permanezcan firmes en su Causa. Él es, en verdad, el Protector de aquellos que están completamente consagrados a Él y observan sus preceptos.

¡Oh pueblo de Dios! Innumerables son los reinos que ha revelado nuestra Pluma de Gloria, y múltiples los ojos a los que ha otorgado la verdadera iluminación. Y, sin embargo, la mayor parte del pueblo de Persia continúa privada de los beneficios de los consejos provechosos y siguen careciendo por completo de ciencias y artes útiles. Con anterioridad, estas sublimes palabras fueron especialmente reveladas por la Pluma de Gloria en honor de uno de los fieles, para que quizá aquellos que se han descarriado abracen la Verdad y se familiaricen con las sutilezas de la Ley de Dios.

Los descreídos y los que no tienen fe han puesto sus mentes en cuatro cosas: primero, el derramamiento de sangre; segundo, la quema de libros; tercero, dar la espalda a los seguidores de otras religiones; cuarto, el exterminio de otras comunidades y grupos. No obstante, ahora, a través de la gracia fortalecedora de la Palabra de Dios y de su potencia, estas cuatro barreras han sido derribadas, estos claros mandamientos han sido borrados de la Tabla y las disposiciones brutales han sido transmutadas en atributos espirituales. ¡Exaltado es su propósito, glorificado su poder, alabado su dominio! Ahora roguemos a Dios -alabada sea su gloria- para que con su munificencia guíe rectamente a los seguidores de la secta chiita y les purifique de toda conducta indecorosa. De los labios de los miembros de esta secta se desprenden incesantemente viles imprecaciones, al tiempo que recurren a la palabra 'mal'ún'30 (pronunciada con un sonido gutural en la letra 'ayn) como placer diario.

¡Oh Dios, mi Dios! Tú escuchas los suspiros de Aquel que es tu Luz,31 has oído Sus lamentos de día y de noche y sabes que Él no desea nada para Sí, sino que más bien pretende santificar las almas de tus siervos y librarlos del fuego que los acosa en todo momento. ¡Oh Señor! Las manos de tus siervos favorecidos se alzan hacia el cielo de tu misericordia y las de tus amantes sinceros se elevan a las sublimes alturas de tu generosidad. No los defraudes, Te lo ruego, en aquello que buscan del océano de tu favor, del cielo de tu gracia y del sol de tu misericordia. Ayúdales, oh Señor, a adquirir virtudes que exalten su posición entre los pueblos del mundo. Verdaderamente, Tú eres el Poderoso, el Potente, el Más Generoso.

¡Oh pueblo de Dios! Prestad atención a lo que, si se tiene en cuenta, asegurará la libertad, el bienestar, la tranquilidad, la exaltación y el progreso de todos los hombres. Ciertas leyes y principios son necesarios e indispensables para Persia. Sin embargo, es oportuno que estas medidas se adopten en conformidad con las opiniones meditadas de Su Majestad -que Dios le ayude con su gracia-, de los teólogos eruditos y de los gobernantes de alto rango. Con la condición de que ellos lo aprueben, deberá fijarse un lugar donde se reúnan. Allí deben aferrarse firmemente al cordón de la consulta y aprobar y hacer cumplir lo que conduzca a la seguridad, la prosperidad, la riqueza y la tranquilidad del pueblo. Pues si se adoptase otra medida distinta de ésta, no tendría más resultado que el caos y la conmoción.

De acuerdo con las leyes fundamentales que hemos revelado anteriormente en el Kitáb-i-Aqdas y en otras Tablas, se confían todos los asuntos al cuidado de reyes y presidentes justos y al de los Fideicomisarios de la Casa de Justicia. Habiendo meditado sobre lo que hemos manifestado, todo hombre ecuánime y perspicaz percibirá fácilmente con sus ojos internos y externos los esplendores del sol de la justicia que irradian de ello.

El sistema de gobierno que el pueblo británico ha adoptado en Londres parece bueno, pues está adornado con la luz tanto de la realeza como de la consulta del pueblo.

En la formulación de los principios y leyes se ha dedicado una parte a los castigos, que constituyen un instrumento eficaz para la seguridad y la protección de los hombres. No obstante, el terror a los castigos hace desistir a la gente de cometer acciones viles y despreciables sólo externamente, mientras que lo que guarda y refrena al hombre tanto externa como internamente ha sido, y todavía es, el temor a Dios. Él es el verdadero protector del hombre y su guardián espiritual. Al hombre le incumbe aferrarse tenazmente a lo que conduzca a la aparición de este don supremo. Bienaventurado quien presta atención a todo lo que proclama mi Pluma de Gloria y observa lo que le es ordenado por el Ordenador, el Antiguo de los Días.

Inclinad vuestros corazones, oh pueblo de Dios, hacia los consejos de vuestro verdadero e incomparable Amigo. La Palabra de Dios puede ser equiparada a un árbol joven cuyas raíces han sido plantadas en los corazones de los hombres. Os incumbe alentar su crecimiento por medio de las aguas vivas de la sabiduría, de las palabras santas y sagradas, para que su raíz quede firmemente asentada y sus ramas se extiendan tan alto como los cielos y aún más allá.

¡Oh vosotros que moráis en la tierra! El rasgo distintivo que señala el carácter preeminente de esta Suprema Revelación consiste en que, por una parte, hemos borrado del Libro Sagrado de Dios todo aquello que ha sido causa de lucha, de malicia y de perjuicio entre los hijos de los hombres y, por otra parte, hemos fijado los requisitos previos esenciales de la concordia, del entendimiento y de la unidad completa y permanente. Bienaventurados quienes guardan mis leyes.

Una y otra vez hemos exhortado a nuestros bienamados que eviten, no, que huyan de toda cosa de la que pueda percibirse el olor a maldad. El mundo se halla sumido en un gran trastorno y la mente de sus gentes se encuentra en estado de completa confusión. Suplicamos al Todopoderoso que bondadosamente les ilumine con la gloria de su Justicia y les permita descubrir aquello que les sea provechoso en todo momento y condición. Él ciertamente es el que Todo lo Posee, el Altísimo.

Anteriormente hemos pronunciado estas sublimes palabras: Que aquellos que son leales a este Agraviado sean como una nube que deja caer su lluvia en momentos de caridad y benevolencia, y como un fuego ardiente que refrena su naturaleza baja y plena de apetitos.

¡Dios Munífico! Recientemente ha sucedido algo que ha causado gran asombro. Se da a conocer que cierta persona32 fue a la sede del trono imperial de Persia y logró los favores de algunos nobles con su comportamiento adulador. ¡Qué lastimoso, en verdad, cuán deplorable! Uno se pregunta por qué aquellos que han sido los símbolos de altísima gloria se rebajan hasta la vergüenza sin límites. ¿Qué ha sido de su gran determinación? ¿Dónde se ha ido el sentido de dignidad y honor? El sol de la gloria y la sabiduría ha brillado sin cesar sobre el horizonte de Persia, pero actualmente ha descendido a tan bajo nivel que ciertos dignatarios han permitido que se les trate como juguetes en manos de los necios. La persona anteriormente citada ha escrito tales cosas respecto a este pueblo en la prensa egipcia y en la Enciclopedia de Beirut que los bien informados y los eruditos han quedado atónitos. A continuación se dirigió a París, donde publicó un periódico titulado 'Urvatu'l-Vuthqá33 y envió ejemplares del mismo a todas partes del mundo. También envió un ejemplar a la prisión de 'Akká, y con esta acción tuvo la intención de mostrar afecto y enmendar sus acciones pasadas. Para decirlo con pocas palabras, este Agraviado ha guardado silencio respecto a él. Suplicamos a Dios, el Verdadero, que le proteja y derrame sobre él la luz de la justicia y la equidad. A él le incumbe decir:

¡Oh Dios, mi Dios! Tú me ves ante la puerta de tu misericordia y tu benevolencia, volviendo mi vista hacia el horizonte de tus generosos favores y tus múltiples bendiciones. Te ruego, por tus dulces aromas y por la estridente voz de tu Pluma, oh Señor de toda la humanidad, que ayudes benévolamente a tus siervos como corresponda a tus días y sea digno de la gloria de tu manifestación y tu majestad. Verdaderamente potente eres Tú para hacer lo que deseas. Todos los que moran en los cielos y en la tierra atestiguan tu fuerza y tu poder, tu gloria y tu munificencia. ¡Alabado seas Tú, oh Señor de los mundos y Bienamado del corazón de todo hombre de entendimiento!

Tú ves, oh mi Dios, a la esencia de la pobreza buscando el océano de tu riqueza y a la esencia de la iniquidad anhelando las aguas de tu misericordia y tu tierna compasión. Concede, oh mi Dios, lo que sea digno de tu gran gloria y adecuado a la excelsitud de tu gracia ilimitada. En verdad, Tú eres el Todomunífico, el Señor de abundante gracia, el Ordenador, el Todosabio. No hay otro Dios salvo Tú, el Más Poderoso, el que se impone sobre todo, el Omnipotente.

¡Oh pueblo de Dios! En este día todos deben fijar su mirada en el horizonte de estas benditas palabras: "Solo y sin ayuda, Él hace todo cuanto Le place". Quienquiera alcance esta posición, ciertamente ha alcanzado la Luz de la unidad esencial de Dios y es iluminado por ella, en tanto que todos los demás se cuentan en el Libro de Dios entre los seguidores de la ociosa fantasía y la vana imaginación. Inclinad vuestro oído hacia la Voz de este Agraviado y salvaguardad la integridad de vuestras posiciones. Es muy necesario e imperativo que todos cumplan este punto.

Desvelado y al descubierto, en todo momento este Agraviado ha proclamado a la cara de todos los pueblos del mundo lo que servirá de llave para abrir las puertas de las ciencias, las artes, el conocimiento, el bienestar, la prosperidad y la riqueza. Ni los agravios infligidos por los opresores han podido silenciar la estridente voz de la Más Exaltada Pluma, ni las dudas de los perversos y sediciosos han sido capaces de impedirle revelar la Más Sublime Palabra. Ruego encarecidamente a Dios que proteja y purifique al pueblo de Bahá de las ociosas fantasías y corruptas imaginaciones de los seguidores de la Fe anterior.

¡Oh pueblo de Dios! Los eruditos justos que se dedican a guiar a otros y están libres y bien protegidos de los impulsos de una naturaleza baja y codiciosa son estrellas del cielo del conocimiento verdadero, a la vista de Aquel que es el Deseo del mundo. Es esencial tratarles con deferencia. En verdad, son fuentes de aguas que fluyen suavemente, estrellas que brillan resplandecientes, frutos del Árbol bendito, exponentes del poder empíreo y océanos de sabiduría celestial. Dichoso aquel que les sigue. Verdaderamente, tal alma se cuenta en el Libro de Dios, el Señor del Poderoso Trono, entre aquellos que son bienaventurados.

La gloria que procede de Dios, Señor del Trono en lo Alto y de la tierra que está abajo, sea sobre vosotros, oh pueblo de Bahá, oh vosotros compañeros del Arca Carmesí, y sobre aquellos que han inclinado sus oídos a vuestras dulces voces y han observado todo cuanto se les ha ordenado en esta poderosa y maravillosa Tabla.

ISHRÁQÁT
Esplendores

Ésta es la Epístola de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.

ÉL ES DIOS -EXALTADO SEA ÉL- SEÑOR DE LA SABIDURÍA Y LA PROLACIÓN

Alabado sea Dios, incomparable en majestad, poder y belleza, sin par en gloria, poderío y grandeza; demasiado elevado para que las imaginaciones humanas Le comprendan, o para que Le sea atribuido cualquier par o semejante. Él ha expuesto claramente su recto Sendero con palabras y expresiones de suprema elocuencia. Verdaderamente, Él es el Todoposeedor, el Mas Exaltado. Cuando Se propuso llamar a la existencia a una nueva creación, envió desde el horizonte de su Voluntad al Punto Manifiesto y Luminoso; éste pasó a través de todos los signos y se manifestó en todas las formas hasta que alcanzó el cenit, según lo ordenado por Dios, Señor de todos los hombres.

Ese Punto es el centro focal del círculo de los Nombres y marca la culminación de las manifestaciones de las Letras en el mundo de la creación. Por medio de él han aparecido indicaciones del Misterio impenetrable, el Símbolo adornado, Aquel que está revelado en el Más Grande Nombre (un Nombre que está registrado en la Tabla Luminosa e inscrito en el rollo santo, bendito y blanco como la nieve). Y cuando el Punto se unió con la segunda Letra,34 que apareció al comienzo del Mathání,35 atravesó los cielos de la exposición y de la prolación. Luego, la Luz eterna de Dios derramó su fulgor, se encendió en el mismo centro del corazón del firmamento del testimonio y produjo dos Luminarias. Glorificado sea el Misericordioso, respecto del cual no se puede hacer ninguna alusión, a Quien ninguna expresión puede definir, ni declaración alguna revelar, ni indicio alguno describir. Él es, en verdad, el Ordenador, el Todomunífico, tanto en el principio como en el fin. Y Él les proporcionó protectores y defensores de entre las huestes del poder y la fuerza. Verdaderamente, Él es el que Ayuda en el peligro, el Poderoso, el Irrestringido.

El preámbulo de esta Epístola se revela dos veces, al igual que lo fue el Mathání.

Alabado sea Dios, que ha manifestado al Punto y a partir de Él ha desplegado el conocimiento de todas las cosas, ya sean del pasado o del futuro; un Punto que Él ha escogido para ser el Heraldo de su Nombre y el Precursor de Su Gran Revelación, que ha hecho estremecerse a los miembros de toda la humanidad y ha hecho brillar los esplendores de su luz sobre el horizonte del mundo. Verdaderamente, éste es el Punto que Dios ha ordenado que sea un océano de luz para los sinceros entre sus siervos y una llama de fuego para los recalcitrantes entre sus criaturas y para los impíos entre su pueblo, aquellos que han trocado el don de Dios por el descreimiento y el alimento celestial por la hipocresía, y han conducido a sus compañeros a una miserable morada. Ésta es la gente que ha dado muestras de sedición por todo el mundo y ha violado su Convenio el Día en que el Ser inmortal subió a su trono y el que gritaba elevó su Voz desde el refugio de certeza y paz en el Valle santo.

¡Oh seguidores del Bayán! Temed al Todomisericordioso. Éste es Aquel que fue glorificado por Mu¥ammad, el Apóstol de Dios, y antes que Él, por el Espíritu,36 y aún antes que Él, por Aquel que dialogó con Dios.37 Éste es el Punto del Bayán, que llama en alta voz ante el Trono diciendo: "Por la rectitud de Dios, habéis sido creados para glorificar este Más Grande Anuncio, este Sendero Perfecto, que se hallaba oculto dentro de las almas de los Profetas, que se atesoraba en los corazones de los elegidos de Dios y que fue escrito por la gloriosa Pluma de vuestro Señor, Poseedor de los Nombres".

Di: Pereced en vuestra ira, ¡oh maliciosos! Verdaderamente ha aparecido Aquel a cuyo conocimiento nada escapa. Ha venido Aquel que ha hecho que el semblante del conocimiento divino estuviera rodeado de sonrisas. Por Él se ha embellecido el reino de la prolación, toda alma receptiva ha dirigido su rostro hacia el Señor de las Revelaciones, todos los que estaban de rodillas se han puesto de pie y todos los indolentes se han apresurado a alcanzar el Sinaí de la seguridad. Éste es el Día que Dios ha ordenado que sea una bendición para los rectos, un castigo justo para los perversos, un don para los fieles y una furia de su ira para los que no tienen fe y los recalcitrantes. Verdaderamente Él se ha manifestado, investido por Dios con invencible soberanía. Ha revelado aquello con lo cual nada en la tierra o en los cielos se puede comparar.

Temed al Todomisericordioso, oh pueblo del Bayán, y no cometáis lo que han cometido los seguidores del Corán, aquellos que día y noche declaraban su creencia en la Fe de Dios y, sin embargo, cuando apareció el Señor de todos los hombres, se apartaron de Él y dictaron tan cruel sentencia en su contra que, en el Día del Retorno, el Libro Madre deploró su lamentable situación. Recordad y meditad sobre sus acciones y sus palabras, sus posiciones, sus méritos y las cosas que hicieron cuando Aquel que conversó en el Sinaí soltó su lengua, cuando hubo un toque de Trompeta, con lo cual todos los que están en el cielo y en la tierra se desvanecieron, excepto aquellos que se cuentan entre las letras de la afirmación.

¡Oh pueblo del Bayán! Abandonad vuestras ociosas fantasías y vanas imaginaciones; luego, mirad con el ojo de la equidad a la Aurora de su Revelación y considerad las cosas que Él ha manifestado, las palabras que ha revelado divinamente y los sufrimientos que Le han acontecido a manos de sus enemigos. Él es Aquel que gustosamente ha aceptado toda forma de tribulación por la proclamación de su Causa y la exaltación de su Palabra. Por la Causa de Dios, el Hacedor de los cielos, en una ocasión sufrió encarcelamiento en la tierra de (r)á,38 en otra en la tierra de Mím,39 y aún en otra en la tierra citada anteriormente. En su amor por la Causa de Dios, el Omnipotente, el Todomisericordioso, fue encadenado y engrillado allí.

¡Oh pueblo del Bayán! ¿Habéis olvidado mis exhortaciones, que han sido reveladas por mi Pluma y pronunciadas por mi lengua? ¿Habéis trocado mi certeza por vuestras ociosas fantasías y mi Sendero por vuestros deseos egoístas? ¿Habéis desechado los preceptos de Dios y su recuerdo, y habéis abandonado sus leyes y ordenanzas? Temed a Dios y abandonad las vanas imaginaciones a quienes las engendran, dejad las supersticiones a los que las conciben y los recelos a quienes los alientan. A continuación, avanzad con rostros radiantes y corazones inmaculados hacia el horizonte sobre el cual brilla resplandeciente el Sol de la certeza, por mandato de Dios, Señor de las Revelaciones.

Alabado sea Dios, que ha hecho de la Más Grande Infalibilidad un escudo para el templo de su Causa en el reino de la creación, y no ha asignado a nadie parte alguna de esta elevada y sublime posición, posición que es una vestidura tejida por los dedos del poder trascendente para su augusto Ser. No es digna de nadie excepto de Aquel que está sentado en el poderoso trono de "Él hace lo que Le place". Quienquiera acepte y reconozca lo que en este momento escribe la Pluma de Gloria, ciertamente a ése se le cuenta en el Libro de Dios, el Señor del comienzo y el fin, entre los exponentes de la unidad divina, aquellos que defienden el concepto de la unicidad de Dios.

Cuando el torrente de las palabras llegó a este punto, se esparcieron los dulces aromas del verdadero conocimiento y el sol de la unidad divina brilló sobre el horizonte de su santa prolación. Bendito aquel a quien su llamamiento le atrajo a la cima de la gloria, quien se ha acercado al Propósito último y quien, mediante la estridente voz de mi Pluma de Gloria, ha reconocido lo que ha deseado el Señor de este mundo y del venidero. Quien no beba del vino escogido que hemos abierto mediante la potencia de nuestro Nombre, el que se impone a todo, no podrá percibir los esplendores de la luz de la unidad divina ni captar el propósito esencial que subyace en las Escrituras de Dios, Señor de cielo y tierra, Gobernante soberano de este mundo y del venidero. Tal hombre será contado entre los que no tienen fe en el Libro de Dios, el Omnisapiente, el Informado de todo.

¡Oh tú honorable investigador!40 Damos testimonio de que te has adherido firmemente a una paciencia digna durante los días en que la Pluma estaba privada de movimiento y la Lengua vacilaba en dar una explicación referente al signo maravilloso, la Más Grande Infalibilidad. Tú has pedido a este Agraviado que aparte para ti sus velos y sus envolturas, y que elucide su misterio y su carácter, su estado y su posición, su excelencia, sublimidad y exaltación. ¡Por la vida de Dios! Si desveláramos las perlas del testimonio que yacen ocultas en las conchas del océano del conocimiento y la seguridad, o dejáramos salir de su morada a las beldades del misterio divino que están ocultas en las cámaras de la prolación en el Paraíso del entendimiento verdadero, entonces, de todas direcciones se produciría una violenta conmoción entre los líderes de la religión y tú serías testigo de que el pueblo de Dios está bien sujeto en los dientes de los lobos que han negado a Dios tanto en el principio como en el fin. Por lo tanto, de acuerdo con la sabiduría divina, refrenamos la Pluma durante un considerable lapso de tiempo, a fin de proteger a los fieles de aquellos que han trocado las bendiciones celestiales por el descreimiento y han elegido para su pueblo la morada de la perdición.41

¡Oh tú, buscador que estás dotado de sutil perspicacia! ¡Juro por Aquel que atrajo al Concurso de lo Alto mediante la potencia de Su más sublime Palabra! En verdad, las aves que moran en los dominios de mi Reino y las palomas que habitan en el rosedal de mi sabiduría cantan melodías y gorjeos que son inescrutables para todos menos para Dios, Señor de los reinos de la tierra y del cielo; y si estas melodías fuesen reveladas incluso en una medida menor que el ojo de una aguja, el pueblo de la tiranía proferiría calumnias que nadie entre las anteriores generaciones profirió, y cometerían actos que nadie ha cometido jamás en las edades y siglos pasados. Ellos han rechazado la misericordia de Dios y sus pruebas, y han refutado el testimonio de Dios y sus signos. Se han descarriado y han hecho que se descarríe el pueblo, y sin embargo no lo perciben. Adoran las vanas imaginaciones, pero no lo saben. Han tomado a las ociosas fantasías por sus señores y han negado a Dios, y aun así no entienden. Han abandonado el más grande Océano y se apresuran hacia la charca, pero no comprenden. Siguen sus ociosas fantasías al tiempo que se apartan de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.

¡Por la rectitud de Dios! Di: El Todomisericordioso ha venido investido de poder y soberanía. Mediante su poder se han estremecido los cimientos de la religión, y el Ruiseñor de la Prolación ha gorjeado su melodía sobre la más alta rama del auténtico entendimiento. Verdaderamente el que estaba oculto en el conocimiento de Dios y es mencionado en las Sagradas Escrituras ha aparecido. Di: este es el Día en que el Orador del Sinaí ha ascendido al trono de la Revelación y el pueblo ha comparecido ante el Señor de los mundos. Éste es el Día en el cual la tierra ha comunicado sus nuevas y ha descubierto sus tesoros; en el que los océanos han dado sus perlas y el divino Árbol del Loto su fruto; en el que el Sol ha derramado su esplendor, las Lunas han difundido su luz y los Cielos han revelado sus estrellas, y la Hora sus signos, y la Resurrección su pavorosa majestad; en que las plumas han liberado sus efusiones y los espíritus han descubierto sus misterios. Bendito el hombre que Le reconoce y alcanza Su presencia, y ¡ay de los que Le niegan y se apartan de Él! Ruego a Dios que ayude a sus siervos a regresar a Él. Verdaderamente, Él es el Perdonador, el Clemente, el Misericordioso.

¡Oh tú que has dirigido tu rostro hacia el Reino de lo Alto y has bebido mi vino sellado de manos de la munificencia! Sabe que el término "infalibilidad" tiene numerosos significados y diversas posiciones. En un sentido, se aplica a Aquel a quien Dios ha hecho inmune al error. De igual modo, se aplica a toda alma a la cual Dios resguarda del pecado, la transgresión, la rebelión, la impiedad, el descreimiento y otras cosas similares. Sin embargo, la Más Grande Infalibilidad queda reservada para Aquel cuya posición es inconmensurablemente exaltada más allá de las ordenanzas y prohibiciones y está santificado de los errores y omisiones. De hecho, Él es una Luz que no va seguida de oscuridad y una Verdad a la que no alcanza el error. Si Él dijese que el agua es vino, el cielo tierra, o la luz fuego, Él diría la verdad y no habría duda alguna de ello; y nadie tiene derecho a cuestionar su autoridad o a preguntar por qué. Quienquiera ponga objeciones será contado entre los recalcitrantes en el Libro de Dios, Señor de los mundos. "Verdaderamente a Él no se Le pedirán cuentas por sus acciones, pero a todos los demás se les pedirán cuentas por sus acciones".42 Él ha venido del cielo invisible, portando el estandarte de "Él hace lo que Él desea" y está acompañado por las huestes del poder y la autoridad, en tanto que es deber de todos excepto Él observar estrictamente cualesquiera leyes y ordenanzas que les hayan sido dictadas, y si alguien se desviase de ellas, aunque fuese en la medida del grosor de un cabello, su obra se quedaría en nada.

Considera y recuerda el tiempo en que apareció Mu¥ammad. Él dijo, y su palabra es la verdad: "El peregrinaje a la Casa43 es un servicio obligado a Dios".44 Igualmente lo son la oración diaria, el ayuno y las leyes que brillaron sobre el horizonte del Libro de Dios, Señor del Mundo y verdadero Educador de los pueblos y razas de la tierra. Incumbe a todos obedecerle en todo lo que Dios ha ordenado; y quienquiera Le niegue no ha creído en Dios, en sus versos, en sus Mensajeros ni en sus Libros. Si Él dijese que lo correcto está errado o que la negación es creencia, Él diría la verdad, tal como ha sido ordenado por Dios. Ésta es una posición en la cual los pecados y transgresiones ni existen ni se mencionan. Considera el bendito verso, divinamente revelado, en el cual se ordena a todos el peregrinaje a la Casa. Es responsabilidad de aquellos investidos con autoridad después de Él45 observar todo cuanto les ha sido prescrito en el Libro. Nadie tiene derecho a desviarse de las leyes y ordenanzas de Dios. Quienquiera se desvíe de ellas se cuenta entre los transgresores en el Libro de Dios, Señor del Poderoso Trono.

¡Oh tú que has fijado tu mirada en el Punto del Amanecer de la Causa de Dios! Sabe con certeza que la Voluntad de Dios no está limitada por los criterios de la gente, y Dios no holla sus senderos. Más bien, es responsabilidad de todos adherirse firmemente al recto Sendero de Dios. Si Él dijese que la derecha es izquierda o que el sur es el norte, Él diría la verdad, y no hay duda de ello. Verdaderamente Él debe ser alabado en sus acciones y obedecido en sus mandatos. Él no tiene socio en su juicio ni ayudante en su soberanía. Él hace lo que desea y ordena lo que Le place. Sabe, por otra parte, que todos los demás excepto Él han sido creados por la potencia de una palabra de su presencia, mientras que ellos de por sí no tienen movimiento ni quietud, sino por su mandato y con su licencia.

¡Oh tú que asciendes en la atmósfera del amor y la camaradería y has fijado tu mirada en la luz del semblante de tu Señor, Rey de la creación! Da gracias a Dios, porque Él te ha desvelado lo que estaba oculto y encerrado en su conocimiento, para que todos sean conscientes de que, en Su Reino de infalibilidad suprema, Él no ha tomado para sí socio ni consejero alguno. Él es, en verdad, la Aurora de los preceptos y mandamientos divinos y el Manantial del conocimiento y la sabiduría, mientras que todos los demás excepto Él no son sino súbditos suyos y se encuentran bajo su mandato, y Él es el Gobernante supremo, el Ordenador, el Omnisciente, el Informado de todo.

En cuanto a ti, siempre que te sientas embriagado por los hálitos revitalizadores de los versos revelados y seas transportado por el agua pura y dadora de vida ofrecida por la mano de la munificencia de tu Señor, soberano Gobernante del Día de la Resurrección, alza tu voz y di:

¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! Te doy gracias a Ti, ya que me has dirigido hacia Ti, me has guiado hacia tu horizonte, me has mostrado claramente tu Sendero, me has revelado tu testimonio y me has permitido dirigir mi rostro hacia Ti, mientras que la mayoría de los doctores y teólogos de entre tus siervos, junto con los que les siguen, se han apartado de Ti, sin la menor prueba o evidencia de Tu parte. Bendito seas, oh Señor de los Nombres, y gloria sea a Ti, oh Creador de los cielos, por cuanto Tú, mediante el poder de tu Nombre, el que Subsiste por Sí Mismo, me has dado a beber de tu vino sellado, has hecho que me acercara a Ti y me has permitido reconocer la Aurora de tu prolación, la Manifestación de tus signos, el Manantial de tus leyes y mandamientos y la Fuente de tu sabiduría y tus dones. Bendita sea la tierra que ha sido ennoblecida por tus pisadas, en la cual se asienta el trono de tu soberanía y se difunde la fragancia de tu vestidura. Por tu gloria y tu majestad, por tu fuerza y tu poder, no deseo mi vista como no sea para contemplar tu belleza, ni mi oído si no es para oír tu llamamiento y tus versos.

¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! No prives a los ojos de aquello para lo que los creaste, ni a los rostros de volverse hacia tu horizonte, o de rendir homenaje ante los portones de tu majestad, o de aparecer en presencia de tu trono, o de inclinarse ante los esplendores del Sol de tu merced.

Yo soy aquel, oh Señor, cuyo corazón y alma, cuyos miembros, cuya lengua interior y exterior atestiguan tu unidad y tu unicidad, y doy testimonio de que Tú eres Dios y de que no hay otro Dios sino Tú. Tú has dado la existencia a la humanidad para conocerte y servir a tu Causa, para que de este modo su posición se eleve sobre tu tierra y sus almas sean exaltadas por virtud de lo que Tú has revelado en tus Escrituras, tus Libros y tus Tablas. Pero, no obstante, tan pronto como Te manifestaste y revelaste tus signos, ellos se apartaron de Ti y Te negaron, y rechazaron aquello que Tú habías desvelado ante sus ojos mediante la potencia de tu fuerza y tu poder. Se levantaron para hacerte daño, para extinguir tu luz y apagar la llama que ardía en tu Zarza Ardiente. Su iniquidad se hizo tan penosa que conspiraron para derramar tu sangre y violar tu honor. De igual manera actuó aquel46 a quien nutriste con la mano de tu amorosa bondad, protegiste de la maldad de los rebeldes entre tus criaturas y de los recalcitrantes entre tus siervos, y a quien le habías señalado la tarea de escribir tus santos versos ante tu trono.

¡Ay! ¡Ay! por las cosas que él perpetró en tus días, a tal extremo que violó tu Convenio y tu Testamento, rechazó tu sagrada Escritura, se alzó en rebeldía y cometió aquello que hizo lamentarse a los moradores de tu Reino. A continuación, en cuanto se dio cuenta de que sus esperanzas se habían hecho añicos y percibió el olor del más completo fracaso, levantó su voz y expresó aquello que hizo que tus elegidos, aquellos que están cerca de Ti, y los habitantes del pabellón de gloria quedasen sumidos en la perplejidad.

Tú me ves, oh mi Dios, retorciéndome de angustia sobre el polvo, como si fuera un pez. Líbrame, ten piedad de mí, oh Tú cuya ayuda todos los hombres invocan, oh Tú en cuya mano se encuentran las riendas del poder sobre todos los hombres y mujeres. Cada vez que reflexiono sobre mis lastimosos defectos y mis grandes transgresiones, la desesperación me asalta por doquier, y siempre que me detengo a meditar sobre el océano de tu munificencia, el cielo de tu misericordia y el sol de tu tierna compasión, inhalo la fragancia de la esperanza esparcida desde la izquierda y la derecha, desde el norte y el sur, como si toda cosa creada me comunicara las gozosas nuevas de que las nubes del cielo de tu misericordia derramarán su lluvia sobre mí. ¡Por tu poder, oh Tú que eres el Pilar de los sinceros y el Deseo de quienes gozan de tu cercanía! Tus múltiples favores y bendiciones y las revelaciones de tu gracia y tu amorosa bondad verdaderamente me han alentado. ¿Cómo, si no, puede la nada más total magnificar el Nombre de Aquel que mediante una palabra dio la existencia a la creación? Y ¿cómo puede una criatura efímera ensalzar a Quien ha demostrado que ninguna descripción puede jamás expresarlo y ninguna palabra de alabanza puede magnificar su gloria? Desde toda la eternidad Él ha sido inmensamente exaltado más allá del entendimiento de sus criaturas y santificado de las concepciones de sus siervos.

¡Oh Señor! Tú ves a este ser sin vida ante tu rostro; concede, por tu generosidad y tu munífico favor, que no se vea privado del cáliz de la vida inmortal. Y Tú ves a este ser afligido ante tu Trono; no lo apartes del océano de tu curación. Te ruego que en todo momento y en toda condición me permitas recordarte, glorificar tu Nombre y servir a tu Causa, aunque soy plenamente consciente de que todo lo que procede de un siervo no puede trascender las limitaciones de su alma, ni es propio de tu Señorío, ni es digno de la corte de tu gloria y tu majestad.

¡Tu poder es mi testigo! Si no fuera para celebrar tu alabanza, mi lengua no me sería de utilidad, y si no fuera para servirte, mi existencia no me serviría de nada. ¿Por qué iba yo a cuidarme la vista si no fuera por el placer de contemplar los esplendores de tu reino de gloria? ¿Y de qué serviría el oído si no fuera por el gozo de escuchar tu dulcísima voz?

¡Ay! ¡Ay! No sé, oh mi Dios, mi Apoyo, Deseo de mi corazón, si has ordenado para mí lo que traerá solaz a mis ojos, alegría a mi pecho y regocijo a mi corazón, o si tu irrevocable decreto, oh Rey de la eternidad y soberano Señor de todas las naciones, me privará de presentarme ante tu trono. Juro por tu gloria y majestad y por tu dominio y tu poder, que la oscuridad de mi lejanía de Ti me ha destruido. ¿Qué ha sido de la luz de tu cercanía, oh Deseo de todo corazón comprensivo? La atormentadora agonía de la separación de Ti me ha consumido. ¿Dónde está la refulgente luz de tu reunión, oh Bienamado de aquellos que están totalmente dedicados a Ti?

Tú ves, oh mi Dios, lo que me ha acontecido en tu Sendero a manos de aquellos que han negado tu Verdad, han violado tu Convenio, han puesto reparos triviales a tus signos, han rechazado las bendiciones que Tú les otorgaste, no han creído en los versos que Tú enviaste y han rehusado reconocer el testimonio que Tú diste.

¡Oh Señor! La lengua de mi lengua, el corazón de mi corazón, el espíritu de mi espíritu y mi ser exterior e interior dan testimonio de tu unidad y tu unicidad, de tu poder y tu omnipotencia, de tu grandeza y tu soberanía, y atestiguan tu gloria, tu excelsitud y tu autoridad. Atestiguo que Tú eres Dios y que no hay otro Dios aparte de Ti. Desde toda la eternidad Tú has sido un tesoro oculto a la vista y la mente de los hombres, y por siempre jamás lo seguirás siendo. Los poderes de la tierra nunca podrán derrotarte, ni podrá alarmarte la fuerza de las naciones. Tú eres quien ha abierto la puerta del conocimiento ante los rostros de tus siervos para que puedan reconocer a Aquel que es el Sol de tu Revelación, el lugar del amanecer de tus signos, el Cielo de tu manifestación y el Sol de tu divina belleza. En tus Libros sagrados, en tus Escrituras y en tus Pergaminos has prometido a todos los pueblos del mundo que Tú mismo aparecerías y apartarías los velos de gloria de tu rostro, tal como lo anunciaste en tus palabras a tu Amigo,47 mediante el cual el Sol de la Revelación brilló refulgente sobre el horizonte de Hijáz y la luz naciente de la Verdad divina derramó su fulgor entre todos los hombres, proclamando: "El Día en que la humanidad comparecerá ante el Señor de los mundos".48 Y, antes que a Mu¥ammad, Tú comunicaste esta buena nueva a Aquel que conversó contigo,49 diciéndole: "Saca a tu pueblo de la oscuridad a la luz y recuérdales los días de Dios".50 Además proclamaste esta verdad al Espíritu51 y a tus Profetas y a tus Mensajeros, ya fueran del pasado más remoto o del más reciente. Si todo lo que Tú has enviado como glorificación de este Más Grande Recuerdo, este Gran Anuncio, fluyese del manantial de tu muy augusta Pluma, los moradores de las ciudades del conocimiento y el entendimiento quedarían confundidos, a excepción de aquellos a quienes tú libraras por la potencia de tu fuerza y protegieras como muestra de tu munífico favor y tu gracia. Doy testimonio de que, en verdad, Tú has cumplido tu promesa y has hecho que se manifieste Aquel cuya venida fue predicha por tus Profetas, tus elegidos y por aquellos que Te sirven. Él ha venido desde el cielo de gloria y poder, portando las enseñas de tus signos y los estandartes de tus testimonios. Mediante la potencia de tu indomable poder y fuerza, Él Se levantó ante los rostros de todos los hombres y llamó a toda la humanidad a la cima de trascendente gloria y al más alto Horizonte, de tal modo que ni la opresión de los eclesiásticos ni el furioso ataque de los gobernantes fueron capaces de disuadirle. Él se levantó con determinación inflexible y, soltando su lengua, proclamó en tono vibrante: "Aquel que es el Todomunífico ha venido, cabalgando sobre las nubes. ¡Avanzad, oh gentes de la tierra, con rostros resplandecientes y corazones radiantes!"

Grande, en verdad, es la bienaventuranza de quien llega a tu presencia, bebe del vino de la reunión ofrecido por la mano de tu munificencia, inhala la fragancia de tus signos, suelta su lengua para celebrar tu alabanza, asciende a lo alto de tus cielos, es transportado por la dulzura de tu Voz, logra ser admitido en el más exaltado Paraíso y alcanza la posición de la revelación y la visión ante el trono de tu majestad.

Te ruego por tu Más Grande Infalibilidad, que Tú has elegido para ser la aurora de tu Revelación, y por tu más Sublime Palabra, por cuya potencia llamaste a la existencia a la creación y revelaste tu Causa, y por este Nombre que ha hecho que todos los demás nombres gimieran en voz alta y que se estremecieran los miembros de los sabios, Te ruego que me hagas desprenderme de todo lo demás excepto de Ti, de tal manera que no me mueva sino en conformidad con el beneplácito de tu Voluntad, y que no hable excepto por el mandato de tu Propósito, y que no oiga sino las palabras de tu alabanza y tu glorificación.

Magnifico tu Nombre, oh mi Dios, y Te doy gracias, oh mi Deseo, por cuanto me has permitido percibir claramente tu Sendero recto, has desvelado ante mis ojos tu Más Grande Anuncio y me has ayudado a dirigir mi rostro hacia la Aurora de tu Revelación y el Manantial de tu Causa, mientras tus siervos y tu pueblo se han apartado de Ti. Te imploro, oh Señor del Reino de la eternidad, por la estridente voz de la Pluma de Gloria, por el Fuego Ardiente que llama en alta voz desde el Árbol verde y por el Arca que has elegido especialmente para el pueblo de Bahá, que me concedas que permanezca firme en mi amor por Ti, estar complacido con lo que has prescrito para mí en tu Libro, y me mantenga constante en tu servicio y en el servicio a tus amados. Ayuda, pues, benévolamente a tus siervos, oh mi Dios, para que hagan aquello que sirva para exaltar tu Causa y les permita cumplir todo cuanto has revelado en tu Libro.

Verdaderamente Tú eres el Señor de Fuerza, Tú eres potente para ordenar lo que deseas y en tus manos tienes las riendas de todas las cosas creadas. No hay otro Dios salvo Tú, el Todopoderoso, el Omnisciente, el Todosabio.

¡Oh Jalíl! Hemos desvelado para tus ojos el mar y sus olas, el sol y su esplendor, los cielos y sus estrellas, las conchas y sus perlas. Da gracias a Dios por tan gran don, tan munífico favor que se ha difundido por el mundo entero.

¡Oh tú que has dirigido tu rostro hacia los esplendores de mi Semblante! Vagas fantasías han rodeado a los moradores de la tierra y les han impedido volverse hacia el Horizonte de la Certeza, su brillantez, sus manifestaciones y sus luces. Las vanas imaginaciones les han apartado de Aquel que es el que Subsiste por Sí Mismo. Hablan como si estuvieran impulsados por sus propios caprichos, y no entienden. Entre ellos están los que han dicho: "¿Han sido enviados los versos?" Di: "¡Sí, por Aquel que es el Señor de los Cielos!" "¿Ha llegado la Hora?" "¡No, más aún, ha pasado, por Aquel que es el Revelador de las señales evidentes! Verdaderamente, lo Inevitable ha llegado, y Él, el Verdadero, ha aparecido con prueba y testimonio. Lo evidente ha sido descubierto y la humanidad está severamente afligida y temerosa. Se han desatado terremotos, y las tribus se han lamentado por temor a Dios, el Señor de Fuerza, el que se impone a todo". Di: "¡El ensordecedor toque de trompeta se ha emitido estruendosamente, y el Día es de Dios, el Único, el Irrestringido!" Y ellos dicen: "¿Ha pasado la catástrofe?" Di: "¡Sí, por el Señor de los Señores!" "¿Ha llegado la Resurrección?" "No, más aún, Aquel que es el que Subsiste por Sí Mismo ha aparecido con el Reino de sus signos". "¿Ves a los hombres postrados?" "¡Sí, por mi Señor, el Altísimo, el Más Glorioso!" "¿Han sido arrancados los tocones?" "¿Sí, más aún, las montañas han sido reducidas a polvo; por Él, el Señor de los atributos!" Ellos dicen: "¿Dónde está el Paraíso y dónde el Infierno?" Di: "Aquél es la reunión conmigo; éste es tu propio yo, oh tú que atribuyes un socio a Dios y dudas". Ellos dicen: "No vemos la Balanza". Di: "¡Con seguridad, por mi Señor, el Dios de Misericordia! Nadie puede verla, excepto los que están dotados de perspicacia". Ellos dicen: "¿Han caído las estrellas?" Di: "Sí, cuando Aquel que es el que Subsiste por Sí Mismo moraba en la Tierra del Misterio.52 ¡Prestad atención, vosotros que estáis dotados de discernimiento!" Todos los signos aparecieron cuando extendimos la Mano del Poder desde el seno de la majestad y la fuerza. En verdad, el que gritaba exclamó, cuando el tiempo prometido hubo llegado, y aquellos que han reconocido los esplendores del Sinaí se han desmayado en el yermo de la duda, ante la imponente majestad de tu Señor, Señor de la creación. La trompeta pregunta: "¿Ha sonado el Clarín?" Di: "¡Sí, por el Rey de la Revelación!, cuando Él ascendió al trono de su Nombre, el Todomisericordioso". La oscuridad ha sido ahuyentada por la naciente luz de la misericordia de tu Señor, Fuente de toda luz. La brisa del Todomisericordioso ha soplado y las almas han sido vivificadas en las tumbas de sus cuerpos. Así ha cumplido el decreto Dios, el Poderoso, el Benéfico. Quienes rechazan la verdad han dicho: "¿Cuándo fueron hendidos los cielos?" Di: "Mientras vosotros yacíais en los sepulcros de la rebeldía y el error". Entre los que no tienen fe se halla aquel que frota sus ojos y mira a derecha e izquierda. Di: "Estás cegado. No tienes refugio adonde huir". Y entre ellos está el que dice: "¿Se ha reunido a los hombres?" Di: "¡Sí, por mi Señor!, mientras yacías en la cuna de las ociosas fantasías". Y entre ellos se encuentra quien dice: "¿Ha sido enviado el Libro mediante el poder de la Fe verdadera?" Di: "La propia Fe verdadera está atónita. ¡Temed, oh vosotros hombres de corazón comprensivo!" Y entre ellos está quien dice: "¿Se me ha juntado con otros, estando yo ciego?" Di: "¡Sí, por Aquel que cabalga sobre las nubes!" El Paraíso está engalanado con rosas místicas y se ha hecho arder el infierno con el fuego de los impíos. Di: "¡La luz ha brillado desde el horizonte de la Revelación, y la tierra entera se ha iluminado con la llegada de Aquel que es el Señor del Día del Convenio!" Los que dudan han perecido, en tanto aquel que se volvió, guiado por la luz de la seguridad, hacia la Aurora de la Certeza, ha prosperado. Bendito eres tú, que has fijado tu mirada en Mí, por esta Tabla, que te ha sido enviada a ti, una Tabla que hace que las almas de los hombres se eleven. Apréndela de memoria y recítala. ¡Por mi vida! Es una puerta hacia la misericordia de tu Señor. Bienaventurado sea quien la recite al caer la tarde y al alba. Nosotros, verdaderamente, oímos tu alabanza de esta Causa, mediante la cual ha sido pulverizada la montaña del conocimiento y los pies de los hombres han resbalado. Que mi gloria sea contigo y con quienquiera se haya vuelto hacia el Todopoderoso, el Todomunífico. La Tabla está terminada, pero el tema no está agotado. Sé paciente, pues paciente es tu Señor.

Éstos son versos que Nosotros enviamos anteriormente, y te los hemos enviado a ti, para que tengas conocimiento de lo que han hablado sus lenguas mentirosas cuando Dios vino a ellos con poder y soberanía. Los cimientos de las ociosas fantasías se han estremecido y se ha hendido el cielo de las vanas imaginaciones, y aun así la gente está en duda y pugna con Él. Ellos han negado el testimonio de Dios y su prueba, después de que Él viniera desde el cielo del poder con el reino de sus signos. Han desechado lo que se ha prescrito y han perpetrado lo que les fue prohibido en el Libro. Han abandonado a su Dios y se han aferrado a sus deseos. Ciertamente, se han extraviado y están en el error. Leen los versos y los niegan. Ven las evidentes señales y se apartan. En verdad, están perdidos en una extraña duda.

Hemos exhortado a nuestros amados que teman a Dios, temor que es el manantial de todas las acciones y virtudes excelentes. Él es el comandante de las huestes de la justicia en la ciudad de Bahá. Dichoso el hombre que se ha puesto a la sombra de su estandarte luminoso y se ha aferrado firmemente al mismo. Él, verdaderamente, es de los Compañeros del Arca Carmesí, que se ha mencionado en el Qayyúm-i-Asmá.

Di: ¡Oh pueblo de Dios! Adornad vuestras sienes con el ornamento de la confiabilidad y de la piedad. Ayudad, entonces, a vuestro Señor con las huestes de las acciones excelentes y con un carácter digno de alabanza. Os hemos prohibido la disensión y el conflicto en mis Libros, en mis Escrituras, en mis Pergaminos y en mis Tablas, y con ello no hemos deseado otra cosa sino vuestra exaltación y vuestro progreso. Esto lo atestiguan los cielos y sus estrellas, el sol y su esplendor, los árboles y sus hojas, los mares y sus olas y la tierra y sus tesoros. Rogamos a Dios que asista a sus amados y les ayude en todo cuanto sea digno de ellos en esta bendita, esta poderosa y maravillosa posición. Le imploramos, además, que muníficamente permita que aquellos que Me rodean observen lo que mi Pluma de Gloria ha ordenado para ellos.

¡Oh Jalíl! Sean contigo mi gloria y mi amorosa providencia. Ciertamente, hemos ordenado al pueblo hacer lo que es digno y decoroso y, sin embargo, han cometido tales cosas que han hecho que mi corazón y mi Pluma se lamenten. Inclina tu oído a lo que se envía desde el cielo de mi Voluntad y del reino de mi beneplácito. No Me apeno por mi cautiverio ni por las cosas que Me han acontecido a manos de mis enemigos. No, mis pesares están causados por aquellos que afirman tener relación Conmigo y, sin embargo, cometen lo que hace que se eleve la voz de mis lamentos y que se derramen mis lágrimas. Les hemos exhortado extensamente en varias Tablas, e imploramos a Dios que muníficamente les ayude, permita que se acerquen a Él y les confirme en aquello que traiga paz a los corazones y tranquilidad a las almas y aparte sus manos de todo lo que no sea digno de Sus días.

Di: ¡Oh mis amados en mis tierras! Prestad atención a los consejos de Aquel que os aconseja por amor a Dios. Él, en verdad, os ha creado, ha revelado ante vuestros ojos aquello que os exalta y promueve vuestros intereses. Él os ha dado a conocer su recto Sendero y os ha familiarizado con su Gran Anuncio.

¡Oh Jalíl! ¡Aconseja a los hombres que teman a Dios! ¡Por Dios! Este temor es el comandante supremo del ejército de tu Señor. Sus huestes son un carácter loable y unas acciones excelentes. Mediante él se han abierto las ciudades de los corazones de los hombres a lo largo de las edades y centurias y se han enarbolado los estandartes de su poder y su triunfo por encima de todos los demás estandartes.

Ahora nos referiremos, por ti, a la confiabilidad y a la posición de la misma a juicio de Dios, tu Señor, el Señor del Poderoso Trono. Cierto día nos trasladamos a nuestra Isla Verde. A nuestra llegada contemplamos sus arroyos que fluían, sus árboles exuberantes y la luz del sol jugando entre ellos. Volviendo nuestro rostro hacia la derecha contemplamos aquello que la pluma es impotente para describir; y tampoco puede ella expresar lo que el ojo del Señor de la Humanidad presenció en ese Lugar, el más santificado, el más sublime, en ese bendito y exaltadísimo Punto. Volviéndonos luego a la izquierda vimos a una de las Bellezas del Más Sublime Paraíso, de pie sobre un pilar de luz, que, llamando en alta voz, decía: "¡Oh moradores de la tierra y del cielo! Contemplad mi belleza y mi esplendor, mi revelación y mi refulgencia. ¡Por Dios, el Verdadero! Yo soy la Confiabilidad, la revelación de la misma y la belleza de la misma. Recompensaré a quienquiera se adhiera a Mí, reconozca mi rango y mi posición y se aferre a mi borde. Yo soy el más grande ornamento del pueblo de Bahá y la vestidura de todos aquellos que están en el reino de la creación. Yo soy el instrumento supremo para la prosperidad del mundo y el horizonte de certeza para todos los seres". Así, te hemos enviado aquello que acercará a los hombres al Señor de la creación.

La Pluma del Altísimo pasa del lenguaje elocuente53 al luminoso,54 para que tú, Jalíl, puedas apreciar la tierna misericordia de tu Señor, el Incomparable, y puedas ser de aquellos que son verdaderamente agradecidos.

¡Oh tú que has fijado tu mirada en el Horizonte todoglorioso! El Llamamiento se ha hecho, pero son contados los oídos que oigan; no, son inexistentes. Este Agraviado se encuentra en las fauces de la serpiente y, sin embargo, no deja de hacer mención de los amados de Dios. Tan penosos han sido nuestros sufrimientos en estos días, que han hecho llorar y lamentarse al Concurso de lo Alto. Ni las adversidades del mundo ni el daño infligido por sus naciones pueden disuadir a Aquel que es el Rey de la Eternidad de expresar su llamamiento ni frustrar su propósito. Cuando aquellos que durante años se habían estado ocultando tras los velos percibieron que el horizonte de la Causa resplandecía y que la Palabra de Dios lo penetraba todo, salieron presurosos y con las espadas de la malevolencia infligieron tal daño que ninguna pluma puede describirlo ni lengua alguna expresarlo.

Quienes juzgan con equidad testifican que, desde los primeros días de la Causa, este Agraviado se ha levantado, sin velos y resplandeciente, a la vista de reyes y plebeyos, ante los gobernantes y los sacerdotes, y en tono vibrante ha emplazado a todos los hombres al Sendero recto. No ha tenido otro ayudante salvo su Pluma, ni otro auxiliador que no fuera Él mismo.

Aquellos que son ignorantes o negligentes con respecto al propósito motivador de la Causa de Dios se han rebelado contra Él. Tales hombres son los agoreros del mal, a quienes Dios ha mencionado en su Libro y en sus Tablas, y contra cuya influencia, griterío y engaño ha advertido Él a su pueblo. Bienaventurados quienes, a la vista del recuerdo del Señor de la Eternidad, consideran a los pueblos del mundo como la nada más total, como cosa olvidada, y se aferran al firme asidero de Dios, de tal forma que ni las dudas, ni las insinuaciones, ni las espadas, ni el cañón serían capaces de detenerlos ni de privarlos de su presencia. Benditos son los constantes; benditos son los que permanecen firmes en Su Fe.

En respuesta a tu petición, la Pluma de Gloria ha descrito muníficamente las posiciones y grados de la Más Grande Infalibilidad. El propósito es que todos sepan con certeza que el Sello de los Profetas55 -que las almas de todos los demás excepto la suya sean ofrendadas por su bien- no tiene paralelo, par o socio en Su propia posición. Los Santos56 -que las bendiciones de Dios sean con ellos- fueron creados mediante la potencia de su Palabra, y después de Él fueron los más eruditos y los más distinguidos entre el pueblo y habitan en la máxima posición de servidumbre. La Esencia divina, santificada de toda comparación y similitud, se asienta en el Profeta, y la Realidad más íntima de Dios, exaltada por encima de cualquier par o socio, está manifiesta en Él. Ésta es la posición de la unidad verdadera y de la unicidad genuina. Lamentablemente, los seguidores de la Dispensación anterior no adquirieron una comprensión adecuada de esta posición. El Punto Primordial57 -que la vida de todos los demás excepto la suya sean ofrendadas por su bien- dice: "Si el Sello de los Profetas no hubiese pronunciado la palabra "Sucesoría,58" tal posición no habría sido creada".

El pueblo de antaño atribuía socios a Dios, aunque afirmaba creer en su unidad; y aunque eran los más ignorantes de entre los hombres, se consideraban los más consumados. Pero, como muestra del justo castigo divino para esos negligentes, en este Día del Juicio se le han hecho claras y evidentes sus actividades y creencias erróneas a todo hombre de discernimiento y entendimiento.

Implora a Dios, el Verdadero, que muníficamente proteja a los seguidores de esta Revelación de las ociosas fantasías y corruptas imaginaciones de los que pertenecen a la Fe anterior, y que no les prive de los refulgentes esplendores del sol de la unidad verdadera.

¡Oh Jalíl! Aquel a quien el mundo ha agraviado proclama ahora: La luz de la Justicia se debilita y el sol de la Equidad está velado a la vista. El ladrón ocupa el asiento del protector y el guardián, y la posición de los fieles es arrebatada por el traidor. Hace un año, un opresor gobernaba esta ciudad, y a cada instante causaba un nuevo daño. ¡Por la rectitud del Señor! Él hizo aquello que introdujo el terror en los corazones de los hombres. Pero para la Pluma de Gloria la tiranía del mundo nunca ha sido ni será un obstáculo. En la abundancia de nuestra gracia y nuestra amorosa bondad, hemos revelado especialmente para los gobernantes y ministros del mundo aquello que conduce a la seguridad y la protección, a la tranquilidad y la paz; quizá los hijos de los hombres puedan descansar protegidos de los males de la opresión. Él, verdaderamente, es el Protector, el Auxiliador, el que da la victoria. Incumbe a los hombres de la Casa de Justicia de Dios fijar su mirada día y noche en aquello que ha emanado brillante de la Pluma de Gloria para la instrucción de los pueblos, la edificación de las naciones, la protección del hombre y la salvaguarda de su honor.

EL PRIMER ISHRÁQ

Cuando el Sol de la Sabiduría se levantó en el horizonte de la Santa Dispensación de Dios, proclamó esta declaración todogloriosa: Aquellos que poseen riqueza y están investidos con autoridad y poder tienen que mostrar la más profunda consideración por la religión. En verdad, la religión es una luz radiante y una fortaleza inexpugnable para la protección y el bienestar de los pueblos del mundo, pues el temor de Dios impulsa al hombre a aferrarse firmemente a lo que es bueno y a evitar toda maldad. Si se oscurece la lámpara de la religión sobrevendrá el caos y la confusión y las luces de la imparcialidad y la justicia, de la tranquilidad y la paz cesarán de brillar. De ello dará testimonio todo hombre de entendimiento verdadero.

EL SEGUNDO ISHRÁQ

Hemos ordenado a toda la humanidad que establezca la Paz Menor, el más seguro de todos los medios para la protección de la humanidad. Los soberanos del mundo deben aferrarse a ella de común acuerdo, pues éste es el supremo instrumento que puede garantizar la seguridad y el bienestar de todos los pueblos y naciones. Verdaderamente ellos son las manifestaciones del poder de Dios y las auroras de su autoridad. Imploramos al Todopoderoso que muníficamente les ayude en aquello que conduzca al bienestar de sus súbditos. La Pluma de Gloria ya ha dado anteriormente una completa explicación en relación con este asunto; bienaventurados los que actúan de acuerdo con ella.

EL TERCER ISHRÁQ

Es obligación de todos cumplir los santos mandamientos de Dios, puesto que ellos son el manantial de vida para el mundo. El cielo de la sabiduría divina está iluminado con las dos luminarias de la consulta y la compasión, y el dosel del orden mundial se levanta sobre los dos pilares de la recompensa y el castigo.

EL CUARTO ISHRÁQ

En esta Revelación las huestes que pueden hacerla victoriosa son las huestes de los hechos loables y de un carácter recto. El dirigente y comandante de estas huestes ha sido siempre el temor de Dios, un temor que abarca a todas las cosas y reina sobre todas las cosas.

EL QUINTO ISHRÁQ

Los Gobiernos deberían informarse cabalmente de las condiciones de aquellos a quienes gobiernan y otorgarles categorías de acuerdo con sus virtudes y sus méritos. Se ordena a todos los gobernantes y soberanos analizar este asunto con el mayor cuidado, para que el traidor no usurpe la posición del fiel ni el saqueador gobierne en lugar de quien es digno de confianza. Entre los funcionarios que han dirigido esta Más Grande Prisión en el pasado, algunos, alabado sea Dios, estaban adornados con la justicia, pero en cuanto a otros, Nos refugiamos en Dios. Imploramos al Dios único y verdadero que los guíe para que quizá no sean privados del fruto de la fe y la confiabilidad ni sean apartados de la luz de la equidad y la justicia.

EL SEXTO ISHRÁQ

es la unión y la concordia entre los hijos de los hombres. Desde el comienzo del tiempo la luz de la unidad ha derramado su fulgor divino sobre el mundo, y el medio más grande para la promoción de la unidad es que los pueblos del mundo entiendan el lenguaje y la escritura los unos de los otros. En anteriores Epístolas hemos ordenado a los Fideicomisarios de la Casa de Justicia que o bien elijan un idioma de entre los que existen actualmente o adopten uno nuevo, y de igual modo seleccionen una escritura común; ambos deberán ser enseñados en todas las escuelas del mundo. De este modo la tierra será considerada como un solo país y un único hogar. El fruto más glorioso del árbol del conocimiento es esta exaltada palabra: Todos vosotros sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una misma rama. Que ningún hombre se gloríe de que ama a su país, que más bien se gloríe de que ama a su especie. Con respecto a esto hemos revelado anteriormente lo que constituye el medio para la reconstrucción del mundo y la unidad de las naciones. Benditos quienes lo alcanzan. Benditos quienes actúan de acuerdo con ello.

EL SÉPTIMO ISHRÁQ

La Pluma de Gloria aconseja a todos en lo relativo a la instrucción y educación de los niños. Ved lo que la Voluntad de Dios ha revelado a nuestra llegada a la Ciudad Prisión y ha registrado en el Libro Más Sagrado.59 A cada padre se le ha impuesto la obligación de instruir a su hijo y a su hija en el arte de la lectura y la escritura, y en todo lo que se menciona en la Tabla Santa. Si alguien rechaza lo que se le ha ordenado, entonces los Fideicomisarios deberán tomar de él lo que sea necesario para la instrucción de sus hijos, si es pudiente, y si no lo es, el asunto le corresponde a la Casa de Justicia. Verdaderamente hemos hecho de ella un refugio para los pobres y los necesitados. Aquel que educa a su hijo o al hijo de otro, es como si hubiera educado a un hijo mío; sobre él sean mi Gloria, mi Amorosa Bondad y mi Munificencia, que han abarcado al mundo.

EL OCTAVO ISHRÁQ

Este pasaje, ahora escrito por la Pluma de Gloria, se considera parte del Libro Más Sagrado: A los hombres de la Casa de Justicia de Dios les han sido encomendados los asuntos del pueblo. Ellos son, en verdad, los Fideicomisarios de Dios entre sus siervos y las auroras de autoridad en Sus países.

¡Oh pueblo de Dios! Lo que educa al mundo es la Justicia, puesto que ella está sostenida por dos pilares: la recompensa y el castigo. Estos dos pilares son la fuente de vida para el mundo. Siendo así que para cada día hay un nuevo problema y que para cada problema hay una solución adecuada, tales asuntos deben remitirse a la Casa de Justicia para que los miembros de la misma actúen de acuerdo con las necesidades y exigencias de los tiempos. Aquellos que, por amor a Dios, se levantan para servir a su Causa son los receptáculos de la inspiración divina procedente del Reino invisible. A todos les incumbe obedecerles. Todos los asuntos de Estado deben ser remitidos a la Casa de Justicia, pero los actos de adoración deben ser observados de acuerdo con lo que Dios ha revelado en su Libro.

¡Oh pueblo de Bahá! Vosotros sois los lugares del amanecer del amor de Dios y las auroras de su amorosa bondad. No mancilléis vuestras lenguas con la maledicencia y la injuria de ningún alma, y proteged vuestros ojos de todo lo indigno. Exponed lo que poseéis. Si es recibido favorablemente, vuestra finalidad se habrá logrado; si no, protestar será en vano. Dejad tal alma a sí misma y volveos al Señor, el Protector, el que Subsiste por Sí Mismo. No seáis causa de dolor, mucho menos de discordias y peleas. Abrigamos la esperanza de que logréis la verdadera educación al abrigo del árbol de sus tiernas mercedes y de que actuéis de acuerdo con lo que Dios desea. Todos vosotros sois hojas de un mismo árbol y gotas de un solo océano.

EL NOVENO ISHRÁQ

El propósito de la religión, tal como ha sido revelado desde el cielo de la Santa Voluntad de Dios, es establecer la unidad y la concordia entre los pueblos del mundo; no la convirtáis en causa de lucha y discordia. La religión de Dios y su ley divina son los más potentes instrumentos y el más seguro de todos los medios para hacer que la luz de la unidad alboree entre los hombres. El progreso del mundo, el desarrollo de las naciones, la tranquilidad de los pueblos y la paz de todos los que habitan en la tierra se hallan entre los principios y ordenanzas de Dios. La religión otorga al hombre el más preciado de los dones, ofrece la copa de la prosperidad, da la vida eterna y derrama beneficios imperecederos sobre la humanidad. Incumbe a los jefes y gobernantes del mundo, y en particular a los Fideicomisarios de la Casa de Justicia de Dios, esforzarse al máximo para salvaguardar su posición, promover sus intereses y exaltar su rango ante los ojos del mundo. De igual modo les corresponde informarse de las condiciones de sus súbditos y familiarizarse con los asuntos y actividades de las diversas comunidades de sus dominios. Exhortamos a las manifestaciones del poder de Dios -los soberanos y gobernantes de la tierra- a levantarse y hacer todo lo que esté en su mano para que quizás puedan desterrar la discordia de este mundo e iluminarlo con la luz de la concordia.

Es responsabilidad de todos adherirse firmemente y observar lo que ha fluido de nuestra Exaltadísima Pluma. Dios, el Verdadero, es mi testigo, y todos los átomos existentes se ven impulsados a atestiguar que los medios conducentes a la elevación, el progreso, la educación, la protección y la regeneración de los pueblos de la tierra han sido claramente enumerados por Nos y revelados por la Pluma de Gloria en los Libros Sagrados y las Tablas.

Imploramos a Dios que ayude benévolamente a sus siervos. Lo que este Agraviado espera de todos es justicia y equidad. Que nadie se contente sólo con escuchar; más bien les corresponde a todos meditar lo que este Agraviado ha revelado. Juro por el Sol de la prolación, que brilla sobre el horizonte del Reino del Todomisericordioso, que, si hubiese habido otro expositor u orador perceptible Nosotros mismos no nos hubiéramos convertido en objeto de la censura, el ridículo y la difamación del pueblo.

A nuestra llegada a 'Iráq encontramos a la Causa de Dios sumida en una profunda apatía y a la brisa de la revelación divina acallada. La mayoría de los creyentes estaban abatidos y desalentados, más aún, completamente perdidos y muertos. Por ello, hubo un segundo toque de Trompeta, después del cual la Lengua de Grandeza pronunció estas benditas palabras: "Hemos tocado la Trompeta por segunda vez". De este modo el mundo entero fue reanimado por los alientos vitalizadores de la inspiración y la revelación divinas.

Ciertas almas que ahora han salido resueltamente de detrás de los velos tienen la intención de infligir daño a este Agraviado. Han obstaculizado y negado la efusión de este inapreciable don.

¡Oh vosotros que juzgáis con imparcialidad! Si esta Causa ha de ser negada, entonces, ¿qué otra causa podrá ser reivindicada o considerada digna de aceptación?

Quienes se han apartado de la Causa de Dios están buscando diligentemente reunir los Escritos Sagrados de esta Revelación; y, mediante gestos amistosos, ya se las han arreglado para obtener algunos de estos Escritos de aquellos que los tenían en su poder. Además, cuando se encontraban con seguidores de cualquier religión, se hacían pasar por creyentes de la misma. Di: ¡Pereced en vuestra ira! Verdaderamente Él ha aparecido con tan grande autoridad que ningún hombre de visión, de oído, de perspicacia, de justicia o de equidad podría jamás negarle. De ello da testimonio, en esta Hora resplandeciente, la Pluma de Aquel que es el Antiguo de los Días.

¡Oh Jalíl! Mi gloria sea contigo. Exhortamos a los amados de Dios a realizar buenas acciones para que quizá puedan ser ayudados misericordiosamente y se aferren firmemente a lo que ha sido enviado desde el cielo de Su Revelación. Los beneficios provenientes de estas palabras divinas descenderán sobre quienes observan sus preceptos. Pedimos a Dios que les permita hacer lo que Le es grato y aceptable, que conceda que actúen equitativamente y observen justicia en esta Causa que se impone a todo, que los familiarice con sus Sagradas Escrituras y dirija sus pasos hacia su recto Sendero.

Nuestro Exaltado Heraldo -que por Él se ofrenden las vidas de todos los demás, salvo la suya- reveló determinadas leyes. No obstante, en el reino de Su Revelación estas leyes fueron sometidas a nuestra sanción; de aquí que este Agraviado haya puesto en vigor algunas de ellas incorporándolas al Kitáb-i-Aqdas con palabras diferentes. Otras las hemos descartado. Él tiene la autoridad en su mano. Él hace lo que desea y ordena lo que Le place. Él es el Todopoderoso, el Todoalabado. También hay ordenanzas recién reveladas. Benditos aquellos que alcanzan. Benditos los que cumplen sus preceptos.

El pueblo de Dios debe realizar el máximo esfuerzo para que el fuego del odio y la malevolencia que está latente en los pechos de las razas y los pueblos se extinga mediante las aguas vivas de la prolación y las exhortaciones de Aquel que es el Deseo del mundo, y los árboles de la existencia humana se adornen con excelente y maravilloso fruto. Él es, en verdad, el que advierte, el Compasivo, el Todomunífico.

Que el esplendor de su gloria, que brilla sobre el horizonte de la munificencia, sea sobre vosotros, oh pueblo de Bahá, sobre todo aquel que permanezca firme y constante y sobre aquellos que estén versados en la Fe y estén dotados de entendimiento verdadero.

En cuanto a tu pregunta relativa al interés y las ganancias en oro y plata: Hace algunos años se reveló el siguiente pasaje desde el cielo del Todomisericordioso, en honor de aquel que lleva el nombre de Dios y que posee el título de Zaynu'l-Muqarrabín60 -que la gloria del Más Glorioso sea con él-. Él (exaltada sea su Palabra) dice: Mucha gente tiene necesidad de ello. Porque si no hubiese perspectivas de conseguir interés, los asuntos de los hombres se derrumbarían o se trastornarían. Muy pocas veces se encuentra a una persona que manifieste tal consideración hacia sus congéneres, hacia sus compatriotas o hacia su propio hermano y se muestre tan solícito como para estar dispuesto a conceder un préstamo en términos benevolentes.61 Por lo tanto, hemos prescrito, como muestra de favor hacia los hombres, que el interés sobre el dinero sea tratado como cualquier otra transacción comercial de las que son habituales entre los hombres. Por consiguiente, ahora que este claro mandamiento ha descendido desde el cielo de la Voluntad de Dios, es legal y apropiado cobrar intereses sobre el dinero, para que los pueblos del mundo, en un espíritu de amistad y camaradería, y con gozo y alegría, se dediquen con devoción a magnificar el Nombre de Aquel que es el Bienamado de toda la humanidad. Verdaderamente Él ordena de acuerdo con Su propia elección. Ahora ha hecho que el interés cobrado por el dinero sea legal, del mismo modo que hizo que fuera ilegal en el pasado. Él mantiene en su poder el reino de la autoridad. Él hace y ordena. Él es, en verdad, el Ordenador, el Omnisapiente.

Da gracias a tu Señor, oh Zaynu'l-Muqarrabín, por este don manifiesto.

Muchos eclesiásticos de Persia, mediante innumerables tretas y ardides, han subsistido gracias a las ganancias ilícitas obtenidas con la usura. Han tramado maneras de dar a la forma externa de la usura una apariencia de legalidad. Convierten en juguetes las leyes y ordenanzas de Dios, pero no entienden.

Sin embargo, éste es un asunto que debe llevarse con moderación y equidad. Como prueba de sabiduría y en beneficio de las gentes, nuestra Pluma de Gloria se ha abstenido de fijar sus límites. No obstante, exhortamos a los amados de Dios a observar justicia y equidad y a hacer aquello que impulse a los amigos de Dios a mostrarse tierna compasión y misericordia los unos hacia los otros. En verdad, Él es el Consejero, el Compasivo, el Todomisericordioso. Quiera Dios que a todos los hombres se les ayude muníficamente a observar lo que la Lengua del Único Dios Verdadero ha proclamado. Y si ponen en práctica lo que hemos promulgado, Dios -exaltada sea su gloria- con seguridad duplicará su parte mediante el cielo de su favor. Verdaderamente Él es el Generoso, el Perdonador, el Compasivo. Alabado sea Dios, el Más Exaltado, el Más Grande.

No obstante, se ha encomendado la dirección de estas cuestiones a los hombres de la Casa de Justicia para que ellos las hagan cumplir de acuerdo con las exigencias de los tiempos y los dictados de la sabiduría.

Una vez más exhortamos a todos los creyentes a observar justicia y equidad y a mostrar amor y alborozo. Ellos son, de hecho, el pueblo de Bahá, los compañeros del Arca Carmesí. Sea con ellos la paz de Dios, el Señor de todos los Nombres, el Creador de los cielos.

LAWÆ-I-HIKMAT
Tabla de la Sabiduría

Esta Tabla iba dirigida a Áqá Mu¥ammad, distinguido creyente de la ciudad de Qa'in a quien se le dio el sobrenombre de Nabíl-i-Akbar.62 A otro distinguido creyente de Qá'in, Mullá Mu¥ammad-'Alí, se le conocía como Nabíl-i-Qá'iní.63 En notación abjad, el nombre "Mu¥ammad" tiene el mismo valor numérico que "Nabíl".

Ésta es una Epístola que el Todomisericordioso ha enviado desde el Reino de la Prolación. En verdad es un hálito de vida para quienes habitan en el reino de la creación. ¡Glorificado sea el Señor de todos los mundos! En esta Epístola se hace mención de aquel que magnifica el Nombre de Dios, su Señor, y que ha sido llamado Nabíl en una importante Tabla.

¡Oh Mu¥ammad! Escucha la Voz procedente del Reino de Gloria, que llama en voz alta desde el Árbol celestial que se ha elevado sobre la tierra de Za'farán.64 Verdaderamente no hay otro Dios salvo Yo, el Omnisciente, el Sabio. Sé como las brisas del Todomisericordioso para los árboles del reino de la existencia y favorece su crecimiento mediante la potencia del Nombre de tu Señor, el Justo, el Informado de Todo. Deseamos familiarizarte con lo que servirá de recordatorio para el pueblo, para que echen a un lado las cosas corrientes entre ellos y dirijan sus rostros hacia Dios, el Señor de los sinceros.

Exhortamos a la humanidad en estos días en que el semblante de la Justicia está manchado de polvo, en que las llamas de la falta de fe arden a gran altura y se ha rasgado el manto de la sabiduría, en que la tranquilidad y la lealtad han menguado y las pruebas y tribulaciones se han hecho severas, en que los convenios se violan y los lazos se rompen, en que ningún hombre sabe diferenciar la luz de la oscuridad ni distinguir la guía del error.

¡Oh pueblos del mundo! Abandonad toda maldad y aferraos a lo que es bueno. Esforzaos por ser ejemplos resplandecientes para toda la humanidad y verdaderos recordatorios de las virtudes de Dios entre los hombres. Aquel que se levante a servir mi Causa debe manifestar mi sabiduría y dirigir todos sus esfuerzos a eliminar la ignorancia de la tierra. Estad unidos en el consejo, sed uno en pensamiento. Que cada amanecer sea mejor que su víspera y cada mañana más rica que su ayer. El mérito del hombre reside en el servicio y la virtud, y no en la pompa de las riquezas y la opulencia. Poned atención para que vuestras palabras estén purificadas de ociosas fantasías y deseos mundanos y para que vuestras acciones estén limpias de astucias y sospechas. No disipéis la riqueza de vuestras preciosas vidas en pos de una inclinación perversa y corrupta, ni dejéis que vuestros esfuerzos se empleen en promover vuestro interés personal. Sed generosos en vuestros días de abundancia y pacientes en la hora del quebranto. A la adversidad le sigue el éxito y el regocijo viene tras la pena. Guardaos de la ociosidad y la pereza, aferraos a lo que beneficie a la humanidad, ya seáis jóvenes o viejos, de alto rango o humildes. Cuidado, no sea que sembréis la cizaña de la discordia entre los hombres o plantéis las espinas de la duda en los corazones puros y radiantes.

¡Oh bienamados del Señor! No cometáis aquello que ensucie la límpida corriente del amor o destruya la dulce fragancia de la amistad. ¡Por la rectitud del Señor! Habéis sido creados para mostrar amor unos por otros, y no perversidad y rencor. No os enorgullezcáis en el amor a vosotros mismos, sino en el amor a vuestros congéneres. No os gloriéis en el amor a vuestra patria, sino en el amor a toda la humanidad. Que vuestro ojo sea casto, vuestra mano leal, vuestra lengua veraz y vuestro corazón esclarecido. No degradéis la posición de los eruditos en Bahá y no menospreciéis el rango de los gobernantes que administran justicia entre vosotros. Poned vuestra confianza en el ejército de la justicia, ceñid la armadura de la sabiduría, que vuestro adorno sea el perdón y la clemencia, y aquello que alegre los corazones de los favorecidos de Dios.

¡Por mi vida! Tus quejas Me han sumido en la aflicción. No mires a los hijos del mundo y todas sus acciones, sino fija tu vista en Dios y en su dominio sin fin. Verdaderamente Él te recuerda aquello que es la fuente de deleite para toda la humanidad. Bebe la vivificante agua de dichosa alegría del cáliz de la prolación ofrecido por el Manantial de la Revelación divina, Aquel que ha hecho mención de ti en esta poderosa fortaleza. Esfuérzate al máximo por establecer la palabra de la verdad con elocuencia y sabiduría y por disipar la falsedad de la faz de la tierra. Así te lo ordena la Aurora del conocimiento divino desde este luminoso horizonte.

¡Oh tú que hablas en mi Nombre! Analiza a la gente y lo que ha hecho en Mis días. A uno de los gobernantes le revelamos aquello que sobrepasa en poder a todos los habitantes de la tierra, y le pedimos que Nos pusiera cara a cara con los hombres eruditos de esta época, para poder exponer para él el testimonio de Dios, sus pruebas, su gloria y su majestad; con ello no teníamos otra intención que no fuera el más elevado bien. No obstante, él cometió lo que ha hecho lamentarse a los moradores de las ciudades de la justicia y la equidad. De esta forma se ha juzgado entre Yo y él. Verdaderamente tu Señor es el Ordenador, el Informado de Todo. En circunstancias como las que ves, ¿cómo puede el Ave Celestial remontarse en la atmósfera de los misterios divinos cuando se han golpeado sus alas con las piedras de la ociosa fantasía y del odio amargo, y se le ha arrojado a una prisión construida con una piedra que no cede? ¡Por la rectitud de Dios! La gente ha perpetrado una lamentable injusticia.

Por lo que se refiere a tus afirmaciones sobre el comienzo de la creación, ésta es una cuestión sobre la cual las ideas varían en razón de las divergencias en el pensamiento y las opiniones de los hombres. Si afirmases que la creación siempre existió y continuará existiendo, sería verdad; o si afirmases esa misma idea tal como se menciona en las Sagradas Escrituras, no habría duda alguna al respecto, puesto que ha sido revelada por Dios, el Señor de los mundos. En verdad, Él era un tesoro oculto. Ésta es una posición que jamás podrá describirse, ni tan siquiera aludirse a ella. Y en la posición de "Deseé darme a conocer", Dios existía, y su creación siempre había existido bajo su amparo desde el principio que no tiene principio, además de venir precedida por una Primeridad65 que no puede ser considerada primeridad y estar originada por una Causa inescrutable incluso para todos los hombres de erudición.

Lo que existe ha existido antes, pero no en la forma que ves hoy. El mundo de la existencia surgió del calor generado por la interacción entre la fuerza activa y aquella que es su receptáculo. Estas dos son la misma, y sin embargo son diferentes. De este modo, el Gran Anuncio te informa acerca de esta gloriosa estructura. Los que comunican la influencia generadora y los que reciben su impacto son creados, en realidad, a través de la irresistible Palabra de Dios, que es la Causa de la creación entera, mientras que todos los demás excepto su Palabra no son sino criaturas y efectos de la misma. Verdaderamente tu Señor es el Expositor, el Todosabio.

Sabe que, por otra parte, la Palabra de Dios -exaltada sea su gloria- es más elevada y muy superior a lo que los sentidos pueden percibir, pues está purificada de toda propiedad o sustancia. Trasciende las limitaciones de los elementos conocidos y está exaltada por encima de todas las sustancias esenciales reconocidas. Se hizo manifiesta sin ninguna sílaba ni sonido y no es sino el Mandamiento de Dios que impregna todas las cosas creadas. Nunca se ha retirado del mundo del ser. Es la gracia de Dios que todo lo penetra, de la cual emana toda gracia. Es una entidad muy apartada de todo lo que es y de todo lo que será.

Somos remisos a extendernos sobre este tema, pues los descreídos han inclinado sus oídos hacia Nosotros para escuchar aquello que les permitiría poner reparos triviales a Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. Y como son incapaces de alcanzar los misterios del conocimiento y de la sabiduría a partir de lo que ha sido revelado por la Fuente del esplendor divino, se alzan en protesta y prorrumpen en griterío. Pero es correcto decir que ellos ponen objeciones a lo que comprenden, no a las explicaciones dadas por el Expositor ni a las verdades dadas a conocer por el Único Dios verdadero, el Conocedor de cosas invisibles. Todas y cada una de sus objeciones se vuelven contra ellos mismos, y juro por tu vida que están desprovistos de entendimiento.

Cada cosa necesariamente ha de tener un origen y cada edificio un constructor. Verdaderamente, la Palabra de Dios es la Causa que ha precedido al mundo contingente, un mundo que está adornado con los esplendores del Antiguo de los Días y, sin embargo, se renueva y se regenera a cada instante. Inconmensurablemente exaltado es el Dios de Sabiduría que ha erigido esta sublime estructura.

Observa el mundo y recapacita un momento sobre él. El mundo desvela ante tus ojos el libro de su propio ser y revela lo que la Pluma de tu Señor, el Modelador, el Informado de todo, ha inscrito en él. Te familiarizará con lo que existe dentro de él y encima de él, y te dará explicaciones tan claras como para hacerte independiente de todo expositor elocuente.

Di: En su esencia, la Naturaleza es la encarnación de mi Nombre, el Hacedor, el Creador. Sus manifestaciones están diversificadas por diferentes causas, y en esta diversidad hay signos para los hombres de discernimiento. La Naturaleza es la Voluntad de Dios y su expresión en el mundo contingente y a través del mismo. Es un designio divino impuesto por el Ordenador, el Todosabio. Si alguien afirmara que es la Voluntad de Dios manifestada en el mundo del ser, nadie debería cuestionar esta declaración. Está dotada de un poder cuya realidad no consiguen captar los eruditos. De hecho, un hombre de discernimiento no puede percibir nada en ella salvo el refulgente resplandor de nuestro Nombre, el Creador. Di: Ésta es una existencia que no conoce deterioro, y la misma Naturaleza se halla sumida en la perplejidad ante sus revelaciones, sus pruebas irrefutables y su gloria refulgente que han circundado al universo.

No resulta apropiado que dirijas tu mirada hacia tiempos remotos o más recientes. Haz mención de este Día y magnifica lo que ha aparecido en él. En verdad, esto será suficiente para toda la humanidad. Ciertamente, las explicaciones y los discursos que explican estas cosas hacen que se hielen los espíritus. Te incumbe hablar de tal modo que hagas que los corazones de los creyentes verdaderos se enciendan y sus cuerpos se encumbren.

Quien hoy crea firmemente en el renacimiento del hombre y sea plenamente consciente de que Dios, el Exaltadísimo, posee una ascendencia suprema y ejerce autoridad absoluta sobre esta nueva creación, ciertamente tal hombre se cuenta entre aquellos que están dotados de perspicacia en esta grandísima Revelación. De esto da testimonio todo creyente de discernimiento.

Camina muy por encima del mundo del ser mediante el poder del Más Grande Nombre, para que seas consciente de los misterios inmemoriales y estés enterado de lo que nadie está enterado. Verdaderamente tu Señor es el Auxiliador, el Omnisciente, el Informado de todo. Sé como una arteria palpitante que late en el cuerpo de la creación entera, para que por medio del calor generado por este movimiento aparezca aquello que vivifique los corazones de los que dudan.

En el tiempo en que Nosotros estuvimos ocultos tras incontables velos de luz, tú conversaste conmigo y contemplaste las luminarias del cielo de mi sabiduría y las olas del océano de mi prolación. Verdaderamente tu Señor es el Veraz, el Fiel. Grande, en verdad, es la bienaventuranza de quien ha alcanzado las generosas efusiones de este océano en los días de su Señor, el Más Generoso, el Todosabio.

Durante nuestra estancia en Iraq, cuando estuvimos en la casa de un tal Majíd, expusimos claramente para ti los misterios de la creación y el origen, la culminación y la causa de la misma. No obstante, desde nuestra partida Nos hemos limitado a esta afirmación: "Verdaderamente no hay otro Dios salvo Yo, el Siempre Perdonador, el Generoso".

Enseña la Causa de Dios con palabras que hagan que las zarzas se enciendan y que el llamamiento: "Verdaderamente no hay otro Dios salvo Yo, el Todopoderoso, el Irrestringido" se eleve desde ellas. Di: La palabra humana es una esencia que aspira a ejercer su influencia y necesita moderación. En cuanto a su influencia, está condicionada al refinamiento, que a su vez depende de que los corazones sean desprendidos y puros. En cuanto a su moderación, ésta tiene que estar combinada con el tacto y la sabiduría, según lo prescrito en las Sagradas Escrituras y Tablas. Medita sobre aquello que fluye del cielo de la Voluntad de tu Señor, Aquel que es la Fuente de toda gracia, para que puedas captar el significado que se le quiso dar y que está guardado en las sagradas profundidades de las Sagradas Escrituras.

Quienes han rechazado a Dios y se adhieren firmemente a la Naturaleza tal cual es en sí misma, verdaderamente están desprovistos de conocimiento y sabiduría. Ellos son, en verdad, de aquellos que se han extraviado. No han podido alcanzar la encumbrada cima y no han logrado el propósito último; por lo tanto, sus ojos se cerraron y sus pensamientos discrepan, mientras que los dirigentes entre ellos han creído en Dios y en su invencible soberanía. De ello da testimonio tu Señor, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.

Cuando los ojos del pueblo del Este quedaron cautivados por las artes y maravillas del Oeste, vagaron muy turbados por el yermo de las causas materiales, inconscientes de Aquel que es el Causador de las Causas y el Sustentador de las mismas, en tanto que los hombres que fueron fuente y manantial de la Sabiduría jamás negaron al Impulso motor que se encuentra tras estas causas, ni al Creador y Origen de las mismas. Tu Señor sabe; sin embargo, la mayoría de la gente no sabe.

Ahora, por amor a Dios, el Señor de los Nombres, Nos hemos fijado la tarea de mencionar en esta Tabla ciertos relatos de los sabios,66 para que gracias a ellos los ojos de la gente se abran y ésta esté completamente segura de que Él en verdad es el Hacedor, el Omnipotente, el Creador, el Originador, el Omnisciente, el Todosabio.

Aunque se reconoce que los eruditos contemporáneos son muy competentes en filosofía y en las artes y los oficios, sin embargo, si alguien observase con ojo discriminador, fácilmente comprendería que la mayor parte de ese conocimiento lo han adquirido de los sabios del pasado, pues fueron ellos quienes sentaron las bases de la filosofía, erigieron su estructura y fortalecieron sus pilares. De este modo te informa tu Señor, el Antiguo de los Días. Los sabios de antaño adquirieron su conocimiento de los Profetas, por cuanto estos últimos fueron los Exponentes de la filosofía divina y los Reveladores de los misterios celestiales. Los hombres bebieron de las aguas vivas y cristalinas de sus palabras, mientras otros se contentaron con los desperdicios. Cada uno recibe una porción según su medida. Verdaderamente Él es el Equitativo, el Sabio.

Empédocles, que se distinguió en filosofía, fue contemporáneo de David, mientras que Pitágoras vivió en tiempos de Salomón, hijo de David, y obtuvo la Sabiduría del tesoro de la posición profética. Fue él quien afirmó haber oído el sonido susurrante de los cielos y haber alcanzado la posición de los ángeles. En verdad, tu Señor expondrá claramente todas las cosas, si Le place. Verdaderamente Él es el Sabio, el que todo lo penetra.

La esencia y los fundamentos de la filosofía han emanado de los Profetas. Que la gente difiera respecto al significado intrínseco y los misterios de la misma debe atribuirse a la divergencia de sus opiniones y pensamientos. Gustosamente te referiremos lo siguiente: En cierta ocasión, uno de los Profetas estaba comunicando a su gente lo que el Señor Omnipotente Le había inspirado. Verdaderamente tu Señor es el Inspirador, el Bondadoso, el Exaltado. Cuando la fuente de sabiduría y elocuencia brotó del manantial de Su prolación y el vino del conocimiento divino embriagó a aquellos que habían buscado su umbral, Él exclamó: "¡Mirad! Todos están llenos del Espíritu". Entre la gente hubo quien se aferró firmemente a esta afirmación y, actuando de acuerdo con sus propias fantasías, concibió la idea de que el espíritu penetraba o entraba literalmente en el cuerpo y, mediante extensas exposiciones, presentó pruebas para justificar esta idea; y diversos grupos de personas siguieron sus pasos. Mencionar sus nombres en este punto o darte cuenta de los mismos en detalle sería prolijo y se apartaría del tema principal. Verdaderamente tu Señor es el Todosabio, el Omnisciente. Hubo también quien participó del vino escogido cuyo sello había sido roto por la Llave de la Lengua de Aquel que es el Revelador de los Versos de tu Señor, el Bondadoso, el Más Generoso.

Ciertamente, los filósofos no han negado al Antiguo de los Días. La mayoría de ellos fallecieron deplorando su fracaso en sondear su misterio, como algunos de ellos lo han atestiguado. En verdad, tu Señor es el Consejero, el Informado de todo.

Piensa en Hipócrates, el médico. Él fue uno de los eminentes filósofos que creyeron en Dios y reconocieron su soberanía. Después de él vino Sócrates, que ciertamente era sabio, cabal y recto. Practicaba la negación de sí mismo, reprimía sus apetitos de deseos egoístas y se apartaba de los placeres materiales. Se retiró a las montañas, donde habitó en una cueva. Disuadió a los hombres de adorar ídolos y les enseñó el camino de Dios, el Señor de la Misericordia, hasta que los ignorantes se levantaron contra él, le arrestaron y le dieron muerte en la cárcel. De este modo te lo relata esta Pluma que se mueve rápidamente. ¡Qué penetrante visión de la filosofía tenía este hombre eminente! Él es el más distinguido de todos los filósofos y estaba muy versado en la sabiduría. Somos testigos de que él es uno de los héroes en este campo y un destacado paladín consagrado a ella. Tenía un profundo conocimiento de las ciencias que eran comunes entre los hombres, así como también de las que estaban veladas a sus mentes. Me parece que bebió un trago cuando el Más Grande Océano se desbordó con sus relucientes aguas vivas. Fue él quien captó en las cosas una naturaleza única, atenuada, penetrante, que tenía gran semejanza con el espíritu humano, y descubrió que esta naturaleza era distinta de la sustancia de las cosas en su forma refinada. Él tenía una opinión especial sobre este importante tema. Si preguntases a los sabios mundanos de esta generación acerca de esta exposición, serías testigo de su incapacidad para captarla. Verdaderamente tu Señor habla la verdad, pero la mayoría del pueblo no comprende.

Después de Sócrates vino el divino Platón, que era discípulo suyo y ocupó la cátedra de la filosofía como su sucesor. Él reconoció su creencia en Dios y en sus signos, que penetran todo lo que ha sido y lo que será. Luego vino Aristóteles, el famoso hombre de conocimiento. Él fue quien descubrió el poder de la materia gaseosa. Estos hombres que destacan como líderes de las gentes y son preeminentes entre ellas reconocieron todos y cada uno de ellos su creencia en el Ser inmortal que tiene en su poder las riendas de todas las ciencias.

También te citaré la invocación expresada por Balinús, que estaba familiarizado con las teorías expuestas por el Padre de la Filosofía, relativas a los misterios de la creación, tal como están explicadas en sus tablas de crisólito, para que todos estén completamente seguros de lo que hemos dilucidado para ti en esta Tabla manifiesta, la cual, si se aprieta con la mano de la equidad y del conocimiento, producirá el espíritu de vida para la vivificación de todas las cosas creadas. Grande es la bendición de aquel que nada en este océano y celebra la alabanza de su Señor, el Bondadoso, el Bienamado. En verdad, las brisas de la revelación divina se propagan de los versos de tu Señor, de tal manera que nadie puede cuestionar su verdad, excepto aquellos que están privados de oído, de visión, de entendimiento y de toda facultad humana. Verdaderamente tu Señor da testimonio de esto y, sin embargo, la gente no entiende.

Este hombre ha dicho: "Yo soy Balinús, el sabio, el que hace maravillas, el que fabrica talismanes". Sobrepasó a todos los demás en la difusión de las artes y las ciencias y se remontó a las más elevadas cimas de humildad y súplica. Presta atención a lo que él dijo rogando al que todo lo posee, el Más Exaltado: "Estoy en presencia de mi Señor, ensalzando sus dones y sus dádivas y alabándole con lo que Él alaba su propio Ser, para que me convierta en fuente de bendición y guía para los hombres que reconocen mis palabras". Y además él dice: "¡Oh Señor! Tú eres Dios, y no hay Dios sino Tú. Tú eres el Creador, y no hay otro creador excepto Tú. Auxíliame con tu gracia y fortaléceme. Mi corazón está sobrecogido de inquietud, mis miembros tiemblan, he perdido la razón y mi mente me ha fallado. Concédeme fortaleza y permite que mi lengua se exprese con sabiduría". Y dice además: "Tú eres en verdad el Conocedor, el Sabio, el Poderoso, el Compasivo". Fue este hombre erudito quien se informó de los misterios de la creación y percibió las sutilezas que están atesoradas en los escritos herméticos.67

No deseamos hacer mención de nada más, pero expresaremos lo que el Espíritu ha instilado en mi corazón. En verdad, no existe otro Dios más que Él, el Conocedor, el Poderoso, el que Ayuda en el Peligro, el Más Excelente, el Todoalabado. ¡Por mi vida! En este Día el Árbol celestial es remiso a proclamar al mundo nada que no sea esta afirmación: "Verdaderamente no hay otro Dios salvo Yo, el Sin Par, el Informado de todo".

Si no fuera por el amor que siento por ti, no habría pronunciado una sola palabra de lo que se ha mencionado. Aprecia el valor de esta posición y presérvala como preservarías tu propio ojo, y sé de aquellos que están verdaderamente agradecidos.

Tú sabes bien que no hemos estudiado en los libros que poseen los hombres y no hemos adquirido el conocimiento corriente entre ellos, y, no obstante, siempre que deseamos citar los dichos de los eruditos y los sabios,68 al poco aparece ante el rostro de tu Señor en forma de tabla todo lo que ha aparecido en el mundo y está revelado en los Libros Sagrados y en las Escrituras. De esta forma hemos puesto por escrito lo que el ojo percibe. Verdaderamente su conocimiento abarca la tierra y los cielos.

Ésta es una Tabla en la que la Pluma del Invisible ha registrado el conocimiento de todo lo que ha sido y de todo lo que será, un conocimiento que ningún otro salvo mi maravillosa Lengua puede interpretar. En verdad, mi corazón tal como es ha sido purificado por Dios de los conceptos de los eruditos y está santificado de las expresiones de los sabios. En verdad no refleja nada salvo las revelaciones de Dios. De esto da testimonio la Lengua de Grandeza en este Libro perspicuo.

Di: ¡Oh gentes de la tierra! Tened cuidado de que ninguna referencia a la sabiduría os prive de su Fuente ni os aparte del Punto de su Amanecer. Dirigid vuestros corazones hacia el Señor, el Educador, el Todosabio.

Para cada región hemos prescrito una parte, para cada ocasión una porción asignada, para cada pronunciamiento un tiempo señalado y para cada situación una observación acertada. Piensa en Grecia. Durante un prolongado período hicimos de ella la Sede de la Sabiduría. Sin embargo, cuando llegó la hora señalada, su trono fue perturbado, su lengua cesó de hablar, su luz menguó y su bandera fue arriada. De esta manera concedemos y retiramos. Verdaderamente tu Señor es el que da y el que quita, el Poderoso, el Potente.

En todos los países hemos establecido una luminaria del conocimiento, y cuando se aproxime el tiempo preordinado, brillará resplandeciente sobre su horizonte, tal como ha sido decretado por Dios, el Omnisciente, el Todosabio. Si fuese nuestra voluntad, somos plenamente capaces de describirte lo que existe en todos los países o lo que ha sucedido en ellos. En verdad, el conocimiento de tu Señor empapa los cielos y la tierra.

Sabe, además, que las gentes de antaño produjeron cosas que los eruditos contemporáneos son incapaces de producir. Te recordamos a Murtus, que fue uno de los doctos. Inventó un instrumento que transmitía el sonido a una distancia de sesenta millas. Otros, aparte de él, también descubrieron cosas que nadie de esta época ha contemplado. Verdaderamente tu Señor revela en cada época lo que Le place, como una muestra de sabiduría de su parte. Él es, en verdad, el supremo Ordenador, el Todosabio.

Un verdadero filósofo jamás negaría a Dios ni sus pruebas, sino más bien reconocería su gloria y su abrumadora majestad, la cual eclipsa a todas las cosas creadas. En verdad amamos a esos hombres de conocimiento que sacaron a la luz cosas que fomentan los mejores intereses de la humanidad y les ayudamos mediante la potencia de nuestro mandato, pues bien capaces somos de lograr nuestro propósito.

Cuidado, oh mis bienamados, no sea que menospreciéis los méritos de mis siervos eruditos, a quienes Dios ha escogido muníficamente para que sean los exponentes de su Nombre "el Modelador" entre la humanidad. Esforzaos al máximo por hacer progresar artes y empresas de las cuales todos, ya sean jóvenes o viejos, se puedan beneficiar. Nos hemos librado de esos ignorantes que inocentemente imaginan que la Sabiduría es dar rienda suelta a las ociosas imaginaciones de uno y repudiar a Dios, el Señor de todos los hombres, como en la actualidad oímos decir a algunos negligentes.

Di: El comienzo de la Sabiduría y el origen de la misma es reconocer todo lo que Dios ha manifestado claramente, pues a través de su potencia han sido firmemente establecidos los fundamentos del arte de gobernar, que es un escudo para la preservación del cuerpo de la humanidad. Medita un momento para que percibas lo que mi exaltadísima Pluma ha proclamado en esta Tabla maravillosa. Di, todos los temas relacionados con los asuntos de Estado que has presentado para tratar caen bajo la sombra de una de las palabras enviadas desde el cielo de su gloriosa y su exaltada prolación. De este modo te hemos relatado aquello que vigorizará tu corazón, dará solaz a tus ojos y te permitirá levantarte para promover su Causa entre todos los pueblos.

¡Oh mi Nabíl! Que nada te apene; más bien, regocíjate con rebosante alegría, pues he mencionado tu nombre, he vuelto mi corazón y mi rostro hacia ti y he conversado contigo mediante esta irrefutable e importante exposición. Medita en tu corazón acerca de las tribulaciones que he sufrido, el encarcelamiento y el cautiverio que he soportado, los padecimientos que Me han acaecido y las acusaciones que la gente ha vertido en mi contra. Mira cómo verdaderamente están envueltos en un lastimoso velo.

Cuando la disertación llegó a este punto apareció la aurora de los misterios divinos y se extinguió la luz de la prolación. Que su gloria sea sobre las personas de sabiduría, como ha sido ordenado por Aquel que es el Todopoderoso, el Todoalabado.

Di: Magnificado sea tu Nombre, ¡oh Señor mi Dios! Te ruego por tu Nombre, por medio del cual brilló resplandeciente el esplendor de la luz de la sabiduría cuando los cielos de la prolación divina se pusieron en movimiento entre la humanidad, que me ayudes generosamente con tus confirmaciones celestiales y me permitas exaltar tu Nombre entre tus siervos.

¡Oh Señor! Hacia Ti he vuelto mi rostro, desprendido de todo excepto de Ti y adhiriéndome firmemente al borde del manto de tus múltiples bendiciones. Suelta, por tanto, mi lengua para proclamar lo que cautive las mentes de los hombres y regocije sus almas y sus espíritus. Fortaléceme luego en tu Causa, de tal modo que el predominio de los opresores entre tus criaturas no me pueda estorbar ni me pueda retener el ataque de los descreídos entre aquellos que moran en tu reino. Hazme como una lámpara que brille en todas tus tierras, para que sean guiados por su resplandor aquellos en cuyos corazones brilla la luz de tu conocimiento y perdura el anhelo por tu amor.

Verdaderamente potente eres Tú para hacer todo cuanto Te place y en tu mano tienes el reino de la creación. No hay otro Dios sino Tú, el Todopoderoso, el Todosabio.

ASL-I-KULLU'L-KHAYR
Palabras de Sabiduría
En el Nombre de Dios, el Exaltado, el Altísimo.

La fuente de todo bien es la confianza en Dios, la sumisión a sus mandatos y la complacencia con su santa voluntad y agrado.

La esencia de la sabiduría es el temor de Dios, el terror de su azote y su castigo, y el miedo a su justicia y su decreto.

La esencia de la religión es dar testimonio de lo que el Señor ha revelado y seguir lo que Él ha ordenado en su poderoso Libro.

La fuente de toda gloria es aceptar todo aquello que el Señor otorga y contentarse con lo que Dios ordena.

La esencia del amor es que el hombre dirija su corazón hacia el Amado y se aparte de todo menos de Él, y no desear nada que no sea el deseo de su Señor.

El verdadero recuerdo es hacer mención del Señor, el Todoalabado, y olvidarse de todo excepto de Él.

La verdadera confianza es que el siervo ejerza su profesión y su vocación en este mundo, que se aferre al Señor y que no busque nada salvo su gracia, puesto que en sus manos está el destino de todos sus siervos.

La esencia del desprendimiento es que el hombre vuelva su rostro hacia las cortes del Señor, llegue a su Presencia, contemple su Semblante y dé testimonio ante Él.

La esencia del entendimiento es atestiguar nuestra propia pobreza y someternos a la Voluntad del Señor, el Soberano, el Benévolo, el Todopoderoso.

La fuente del valor y del poder es la promoción de la Palabra de Dios y la firmeza en su Amor.

La esencia de la caridad es que el siervo refiera las bendiciones de su Señor y le dé gracias en todo momento y en todas las circunstancias.

La esencia de la fe es ser parco en palabras y abundante en hechos; aquel cuyas palabras sobrepasan a sus hechos, sabed, en verdad, que su muerte es mejor que su vida.

La esencia de la verdadera seguridad es guardar silencio, mirar el fin de las cosas y renunciar al mundo.

El comienzo de la magnanimidad es cuando el hombre gasta su fortuna en sí mismo, en su familia y en los pobres entre los hermanos en su Fe.

La esencia de la riqueza es el amor por Mí; aquel que Me ama es el poseedor de todas las cosas y aquel que no Me ama es, de hecho, de los pobres e indigentes. Esto es lo que ha revelado el Dedo de Gloria y Esplendor.

La fuente de todo mal es que el hombre se aparte de su Señor y ponga su corazón en cosas impías.

El fuego más ardiente es poner en duda los signos de Dios, cuestionar ociosamente lo que Él ha revelado, negarle y mostrarse orgulloso ante Él.

La fuente de toda erudición es el conocimiento de Dios, exaltada sea su Gloria, y esto no puede alcanzarse sino mediante el conocimiento de su Manifestación Divina.

La esencia del envilecimiento es salir de debajo de la sombra del Misericordioso y buscar el amparo del Malvado.

La fuente del error es no creer en el Dios Único y verdadero, confiar en otra cosa que no sea Él y huir de su Decreto.

La verdadera pérdida es la de aquel cuyos días se han consumido en completa ignorancia de su propio ser.

La esencia de todo lo que te hemos revelado es la Justicia; y ésta consiste en que el hombre se libere de la ociosa fantasía y de la imitación, que sepa percibir con el ojo de la unidad Su gloriosa obra y que investigue todas las cosas con ojo perspicaz.

De este modo te hemos instruido y te hemos manifestado Palabras de Sabiduría, para que estés agradecido al Señor tu Dios y te gloríes de ello entre todas las gentes.

LAWÆ-I-MAQSÚD
Tabla de Maqsúd

En lugar de dirigirse directamente a Bahá'u'lláh, los Bahá'ís, por respeto, escribían a su amanuense, Mirza Áqá Ján, llamado "Siervo de Dios" y "Asistente". La respuesta venía en forma de una carta de Mirza Áqá Ján, en la que citaba palabras de Bahá'u'lláh, pero que, de hecho, era dictada en su totalidad por Bahá'u'lláh. Por ello, todas las partes de la Tabla, incluso aquellas que aparentemente contienen palabras de Mirza Áqá Ján, son Escritura Sagrada revelada por Bahá'u'lláh. La Tabla de Maqsúd está escrita de esta forma. Iba dirigida a Mirza Maqsúd, uno de los primeros creyentes que en aquel tiempo vivían en Damasco y en Jerusalén.

Él es Dios, exaltado sea Él, el Señor de Majestad y Poder.

Una alabanza que sea exaltada por encima de toda mención o descripción es digna del Adorado, el Poseedor de todas las cosas visibles e invisibles, que ha permitido al Punto Primordial revelar incontables Libros y Epístolas, y que mediante la potencia de su Sublime Palabra ha llamado a la existencia a la creación entera, ya sea de las generaciones anteriores o de las más recientes. En cada ciclo y edad, de conformidad con su trascendente sabiduría, Él ha enviado un Mensajero divino para reanimar a las almas desalentadas y abatidas con las aguas vivas de Su Prolación, Uno que es en verdad el Expositor, el verdadero Intérprete, puesto que el hombre es incapaz de comprender lo que fluye de la Pluma de Gloria y lo que está registrado en sus Libros celestiales. En todo tiempo y en toda condición los hombres necesitan que alguien les exhorte, les guíe y les instruya y enseñe. Por lo tanto, Él ha enviado a sus Mensajeros, a sus Profetas y a sus elegidos para que familiaricen a la gente con el propósito divino, que subyace en la revelación de los Libros y en el surgimiento de los Mensajeros, para que todos conozcan el fideicomiso de Dios que está latente en la realidad de cada alma.

El hombre es el Talismán supremo. Sin embargo, la falta de educación adecuada le ha privado de aquello que posee intrínsecamente. Por una sola palabra procedente de la boca de Dios fue llamado a la existencia; por una palabra más se le guió a reconocer la Fuente de su educación; aun por otra palabra fueron salvaguardados su posición y su destino. El Gran Ser dice: Considerad al hombre como una mina rica en gemas de inestimable valor. La educación puede, ella sola, hacer que revele sus tesoros y permitir que la humanidad se beneficie de ellos. Si algún hombre meditase sobre lo que han revelado las Escrituras enviadas desde el cielo de la santa Voluntad de Dios, fácilmente reconocería que el propósito de las mismas es que todos los hombres sean considerados como una sola alma, para que el sello que lleva las palabras "El Reino será de Dios" pueda ser estampado en todos los corazones, y la luz de la generosidad, la gracia y la misericordia divinas pueda envolver a toda la humanidad. El Dios único y verdadero -exaltada sea su gloria- no ha deseado nada para Sí mismo. La fidelidad del género humano no Le es de utilidad ni Le perjudica su perversidad. El Ave del Reino de la Prolación proclama continuamente este llamamiento: "Todo lo he dispuesto para ti, y a ti, también, para ti mismo." Si los eruditos y hombres de sabiduría mundana de esta época permitieran que la humanidad aspirara la fragancia de la camaradería y el amor, todo corazón comprensivo captaría el significado de la verdadera libertad y descubriría el secreto de la paz imperturbable y de la serenidad absoluta. Si la tierra alcanzara esta posición y se iluminara con su luz, entonces, en verdad, se podría decir de ella: "No veréis en ella ni hondonadas ni lomas salientes".69

Que la bendición y la paz sean con Aquel70 por cuyo advenimiento Bathá71 se ha engalanado con sonrisas, y los suaves aromas de cuya vestidura han derramado su fragancia sobre toda la humanidad; con Aquel que vino a proteger a los hombres de lo que les perjudica aquí en el mundo. Exaltada, inmensamente exaltada está su posición por encima de la glorificación de todos los seres y santificada está ella de la alabanza de la creación entera. Mediante su advenimiento se erigió el tabernáculo de la estabilidad y el orden en todo el mundo y se enarboló el estandarte del conocimiento entre las naciones. Que las bendiciones sean también con sus parientes y con sus compañeros, por medio de los cuales se izó el estandarte de la unidad de Dios y de su singularidad y se desplegaron las enseñas del triunfo celestial. Por de medio ellos la religión de Dios se estableció firmemente entre sus criaturas, y su Nombre fue magnificado entre sus siervos. Le ruego a Él (exaltado sea) que proteja a su Fe del daño de sus enemigos, que rompieron los velos, los rasgaron y finalmente hicieron que la bandera del Islam se invirtiera entre todos los pueblos.

Se ha recibido tu carta, de la que se inhalaba la fragancia de la reunión. Alabado sea Dios, pues después del rígido decreto de separación la brisa de la proximidad y la comunión se ha agitado y la tierra del corazón se ha refrescado con las aguas del gozo y la alegría. Damos gracias a Dios en toda circunstancia y abrigamos la esperanza de que Él -exaltada sea su gloria-, por su magnífica providencia, guíe a todos los que habitan en la tierra hacia lo que es aceptable y grato ante Él.

Observad las convulsiones que durante muchos años han afligido a la tierra, y la perturbación que se ha apoderado de sus pueblos. Ha sido asolada por guerras, o atormentada por calamidades repentinas e imprevistas. Aun cuando el mundo está rodeado de miseria y aflicciones, ningún hombre se ha detenido a reflexionar sobre cuál pueda ser la causa o el origen de ello. Cada vez que el Consejero Verdadero pronunciaba una palabra de advertencia, todos Le denunciaban como agente del mal y rechazaban su declaración. ¡Qué sorprendente, qué desconcertante es tal conducta! No pueden hallarse dos hombres de quienes pueda decirse que estén unidos exterior e interiormente. Las señales de discordia y mala voluntad son evidentes en todas partes, a pesar de que todos fueron creados para la armonía y la unión. El Gran Ser dice: ¡Oh bienamados! El tabernáculo de la unidad ha sido erigido; no os miréis como extraños los unos a los otros. Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una misma rama. Abrigamos la esperanza de que la luz de la justicia brille sobre el mundo y lo santifique de la tiranía. Si los gobernantes y reyes de la tierra, los símbolos del poder de Dios -exaltada sea su gloria-, se levantan y acuerdan dedicarse a lo que promueva los más altos intereses de toda la humanidad, el reinado de la justicia se establecerá, sin duda, entre los hijos de los hombres y el fulgor de su luz envolverá a toda la tierra. El Gran Ser dice: La estructura de la estabilidad y el orden mundiales se ha alzado sobre los pilares gemelos de la recompensa y el castigo, y continuará siendo sostenida por ellos. Y en otra ocasión ha declarado lo siguiente en la lengua elocuente:72 la justicia tiene una fuerza poderosa a su disposición. Ésta no es otra que la recompensa y el castigo de las acciones de los hombres. Por el poder de esta fuerza se establece el tabernáculo del orden en todo el mundo, haciendo que los perversos repriman sus naturalezas por temor al castigo.

En otro pasaje Él ha escrito: ¡Prestad atención, oh asamblea de los gobernantes del mundo! No hay fuerza en la tierra que pueda igualarse en poder conquistador a la fuerza de la justicia y la sabiduría. Verdaderamente yo afirmo que no hay, y nunca ha habido, unas huestes más poderosas que las de la justicia y la sabiduría. Bienaventurado es el rey que marcha con la enseña de la sabiduría desplegada ante él y con los batallones de la justicia concentrados detrás de sí. Él es, en verdad, el ornamento que adorna la frente de la paz y el semblante de la seguridad. No cabe duda alguna de que si el sol de la justicia, al que han oscurecido las nubes de la tiranía, derramara su luz sobre los hombres, la faz de la tierra se transformaría por completo.

El Gran Ser, deseando revelar los requisitos previos para lograr la paz y la tranquilidad del mundo y el progreso de sus pueblos, ha escrito: Debe llegar el momento en que se reconozca universalmente la imperiosa necesidad de tener una reunión vasta y omnímoda de los hombres. Los gobernantes y reyes de la tierra tienen necesariamente que concurrir a ella y, participando en sus deliberaciones, tienen que estudiar los modos y maneras de poner los cimientos de la Gran Paz mundial entre los hombres. Tal paz exige que las grandes potencias decidan, para la tranquilidad de los pueblos de la tierra, estar completamente reconciliadas entre sí. Si algún rey se levantase en armas contra otro, todos deben levantarse conjuntamente e impedírselo. Si así se hiciera, las naciones del mundo ya no necesitarían armamentos, salvo con el fin de preservar la seguridad de sus reinos y mantener el orden interno en sus territorios. Esto asegurará la paz y la calma de todos los pueblos, Gobiernos y naciones. De buena gana esperamos que los reyes y gobernantes de la tierra, los espejos del generoso y todopoderoso Nombre de Dios, alcancen esta posición y protejan a la humanidad de la furiosa embestida de la tiranía.

Asimismo Él dice: Entre las cosas que conducen a la unidad y a la concordia, y que harán que la tierra entera sea considerada como un solo país, está el que los diversos idiomas se reduzcan a un solo idioma y, de igual manera, que los alfabetos utilizados en el mundo se limiten a uno solo. Incumbe a todas las naciones designar a algunos hombres de entendimiento y erudición para que convoquen una reunión y, a través de la consulta conjunta, elijan un idioma de entre las diversas lenguas existentes, o bien creen uno nuevo, que se enseñe a los niños en todas las escuelas del mundo.

Se acerca el día en que todos los pueblos de la tierra habrán adoptado un idioma universal y un alfabeto común. Cuando se haya logrado esto, a cualquier ciudad que un hombre viaje será como si estuviera entrando en su propio hogar. Estas cosas son obligatorias y absolutamente esenciales. Es responsabilidad de todo hombre de perspicacia y entendimiento esforzarse por trasladar a la realidad y a la acción lo que se ha escrito.

En estos días el tabernáculo de la justicia ha caído en las garras de la tiranía y la opresión. Rogad al Dios único y verdadero -exaltada sea su gloria- que no prive a la humanidad del océano del verdadero entendimiento, pues si los hombres prestasen atención, fácilmente comprenderían que todo lo que ha fluido de la Pluma de Gloria y ha sido registrado por ella es como el sol para el mundo entero, y que en ello se encuentra el bienestar, la seguridad y los verdaderos intereses de todos los hombres; de otro modo, cada día la tierra será atormentada por una nueva calamidad y estallarán convulsiones sin precedentes. Quiera Dios que benévolamente se ayude a las gentes del mundo a preservar la luz de Sus amorosos consejos en la esfera de la sabiduría. Abrigamos la esperanza de que todos se adornen con la vestidura de la sabiduría verdadera, base del gobierno del mundo.

El Gran Ser dice: El cielo del arte de gobernar se torna luminoso y resplandeciente por la brillantez de la luz de estas benditas palabras que han alboreado desde la aurora de la Voluntad de Dios: Incumbe a todos los gobernantes pesar su propio ser cada día en la balanza de la equidad y de la justicia, y luego juzgar entre los hombres y aconsejarles que hagan aquello que dirija sus pasos por el sendero de la sabiduría y el entendimiento. Ésta es la piedra angular del arte de gobernar y la esencia del mismo. En estas palabras todo hombre de sabiduría e ilustrado percibirá fácilmente lo que favorecerá objetivos tales como el bienestar, la seguridad y la protección de la humanidad y la salvaguardia de las vidas humanas. Si los hombres perspicaces bebieran su porción del océano de los significados internos que encierran estas palabras y se familiarizasen con ellos, darían testimonio de la sublimidad y la excelencia de las mismas. Si este ser humilde describiera lo que percibe, todos atestiguarían la suma sabiduría de Dios. Los secretos del arte de gobernar y lo que la gente necesita están envueltos en estas palabras. Este humilde siervo ruega encarecidamente al Dios único y verdadero -exaltada sea su gloria- que ilumine los ojos de las gentes del mundo con el resplandor de la luz de la sabiduría, para que todos y cada uno de ellos reconozcan lo que es indispensable en este día.

Es de hecho un hombre quien hoy se consagra al servicio de toda la raza humana. El Gran Ser dice: Bienaventurado y dichoso aquel que se levanta para promover los mejores intereses de los pueblos y razas de la tierra. En otro pasaje Él ha proclamado: No debe enorgullecerse quien ama a su patria, sino más bien quien ama al mundo entero. La tierra es un solo país, y la humanidad sus ciudadanos.

Exhortaciones a la unión y concordia como las que ha registrado la Pluma del Altísimo en los Libros de los Profetas hacen referencia a temas concretos, no a una unión que lleve a la desunión o a una concordia que cree discordia. Ésta es la posición donde se fija la medida de todas las cosas, una posición donde a toda alma que lo merezca se le dará lo que le corresponda. Bienaventurados quienes aprecian el significado y captan la intención de estas palabras, y ¡ay de los negligentes! De ello dan sobrado testimonio todos los signos de la naturaleza en su propia esencia. Todo sabio perspicaz está familiarizado con lo que hemos mencionado, pero no aquellos que se han alejado de la fuente viva de la imparcialidad y vagan desquiciados por el desierto de la ignorancia y del fanatismo ciego.

El Gran Ser dice: ¡Oh vosotros hijos de los hombres! El propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y a su Religión es el de salvaguardar los intereses y promover la unidad de la raza humana, y estimular el espíritu de amor y de camaradería entre los hombres. No permitáis que se convierta en fuente de disensión y de discordia, de odio y de enemistad. Éste es el Sendero Recto, el cimiento fijo e inamovible. Los cambios y azares del mundo nunca podrán debilitar la resistencia de cualquier cosa que se levante sobre este cimiento, ni podrá el paso de incontables centurias socavar su estructura. Es nuestra esperanza que los jefes religiosos del mundo y sus gobernantes se levanten conjuntamente para reformar esta época y rehabilitar su destino. Que consulten juntos, después de haber meditado sobre sus necesidades, y, mediante una deliberación esperanzada y plena, administren a un mundo enfermo y gravemente afligido el remedio que requiere.

El Gran Ser dice: El cielo de la sabiduría divina está iluminado con las dos luminarias de la consulta y la compasión. Consultad juntos en todos los asuntos, por cuanto la consulta es la lámpara de guía que abre camino y es lo que confiere entendimiento.

Al comienzo de cualquier empresa es obligado mirar su fin. Entre todas las artes y ciencias, poned a los niños a estudiar aquellas que resulten de provecho para el hombre, aseguren su progreso y eleven su dignidad. De esta manera se disiparán los fétidos olores de la anarquía, y así, mediante los elevados esfuerzos de los dirigentes de la nación, todos vivirán resguardados, seguros y en paz.

El Gran Ser dice: Los eruditos de la época deben orientar a la gente para que adquiera aquellas ramas del conocimiento que sean de utilidad, con el objeto de que tanto los eruditos mismos como la mayoría de la humanidad puedan obtener beneficio de ello. Las actividades académicas que empiezan y terminan sólo con palabras nunca han sido ni serán de valor alguno. La mayoría de los eruditos doctores de Persia dedican toda su vida al estudio de una filosofía cuyo resultado final no es sino palabras.

Corresponde a quienes tienen autoridad actuar con moderación en todas las cosas. Todo lo que sobrepase los límites de la moderación dejará de ejercer una influencia beneficiosa. Examinad, por ejemplo, cosas como la libertad, la civilización y otras similares. Por muy favorablemente que los hombres de entendimiento las consideren, si son llevadas al exceso, ejercerán una influencia perniciosa sobre los hombres.

Si hubiera que desarrollar este tema sería necesaria una explicación elaborada, la cual, nos tememos, podría resultar tediosa. Es la ferviente esperanza de este humilde ser que Dios -exaltada sea su gloria- conceda a todos los hombres lo que es bueno, pues aquel que esté dotado de ello es el poseedor de todas las cosas. El Gran Ser dice: La Lengua de la Sabiduría proclama: Aquel que no Me tiene está privado de todas las cosas. Apártate de todo lo que existe sobre la tierra y no busques a otro salvo a Mí. Yo Soy el Sol de la Sabiduría y el Océano del Conocimiento. Yo animo a los débiles y resucito a los muertos. Yo soy la Luz de guía que ilumina el camino. Yo soy el Halcón real en el brazo del Todopoderoso. Yo despliego las alas caídas de toda ave quebrantada y le hago levantar el vuelo.

E igualmente Él dice: El cielo del verdadero entendimiento brilla resplandeciente con la luz de dos luminarias: la tolerancia y la rectitud.

¡Oh mi amigo! En estas pocas palabras se encuentran atesorados vastos océanos. Bienaventurados quienes aprecian su valor, beben largamente de ellas y captan su significado, y ¡ay de los negligentes! Este humilde ser suplica a las gentes del mundo que observen equidad, para que su tierno, delicado y precioso oído, que ha sido creado para escuchar las palabras de sabiduría, pueda librarse de los impedimentos y de las alusiones, ociosas fantasías o vanas imaginaciones "que no pueden engordar ni saciar el hambre", de modo que el verdadero Consejero se sienta muníficamente inclinado a exponer aquello que es la fuente de bendiciones para la humanidad y del más elevado bien para todas las naciones.

Actualmente la luz de la reconciliación se ha debilitado en la mayoría de los países y su brillo se ha extinguido, mientras el fuego de la lucha y el desorden se ha encendido y arde furioso. Dos grandes poderes que se consideran a sí mismos como fundadores y dirigentes de la civilización y diseñadores de constituciones se han alzado contra los seguidores de la Fe que va unida a Aquel que conversó con Dios.73 Estad advertidos, oh hombres de entendimiento. Cometer tiranía es indigno de la posición del hombre; más bien le corresponde observar equidad y ataviarse en todas las situaciones con la vestidura de la justicia. Rogad al Dios único y verdadero que limpie y purifique a ciertas almas de la mancha de las bajas pasiones y los deseos corruptos por el poder de la mano de la amorosa bondad y la educación espiritual, de manera que se levanten y suelten sus lenguas por amor a Dios, para que quizás se borren los signos de injusticia y el resplandor de la Luz de la justicia derrame su fulgor sobre el mundo entero. La gente es ignorante y tiene necesidad de aquellos que exponen la verdad.

El Gran Ser dice: El hombre de suma erudición y el sabio dotado de penetrante sabiduría son los dos ojos del cuerpo de la humanidad. Si Dios quiere, la tierra jamás se verá privada de estos dos grandísimos dones. Lo que se ha expuesto y lo que en el futuro se revelará es sólo una muestra del ardiente deseo de este Siervo de consagrarse al servicio de todas las razas de la tierra.

¡Oh mi amigo! En toda circunstancia uno debe valerse de todos los medios que favorezcan la seguridad y la tranquilidad entre los pueblos del mundo. El Gran Ser dice: En este glorioso Día, todo lo que te purifique de la corrupción y te conduzca hacia la paz y la serenidad es en verdad el Sendero Recto.

Quiera Dios que los pueblos del mundo se vean impulsados a reconocer sus mejores intereses, como resultado de los elevados esfuerzos llevados a cabo por sus gobernantes y por los sabios y los eruditos de entre los hombres. ¿Hasta cuándo persistirá la humanidad en su rebeldía? ¿Hasta cuándo continuará la injusticia? ¿Hasta cuándo reinarán el caos y la confusión entre los hombres? ¿Hasta cuándo agitará la discordia la faz de la sociedad?

Este humilde siervo está maravillado, pues todos los hombres están dotados del sentido de la vista y el oído, y sin embargo se hallan privados del privilegio de usar esas facultades. Este siervo se ha visto impulsado a escribir estas líneas en virtud del tierno amor que siente por ti. Los vientos de la desesperación, ay, soplan desde todas direcciones, y la contienda que divide y aflige a la raza humana crece día a día. Ahora pueden percibirse los signos de convulsiones y caos inminentes, por cuanto el orden predominante resulta ser deplorablemente defectuoso. Ruego a Dios, exaltada sea su gloria, que benévolamente despierte a los pueblos de la tierra, que conceda que les sea provechoso el resultado de su conducta y les ayude a llevar a cabo lo que sea digno de su posición.

Si el hombre comprendiera la grandeza de su posición y la sublimidad de su destino, no manifestaría nada que no fuese un carácter excelente, unas obras puras y una conducta decorosa y digna de alabanza. Si los eruditos y sabios de buena voluntad orientasen al pueblo, la tierra entera sería considerada como un solo país. Verdaderamente ésta es la indudable verdad. Este siervo, por el amor que siente por Dios, el Único, el Sin Par, el Todopoderoso, el Benévolo, ruega a toda alma diligente y emprendedora que haga el máximo esfuerzo y se levante para corregir la situación en todas las regiones y reanimar a los muertos con las aguas vivas de la sabiduría y la prolación.

Ningún sabio puede demostrar su conocimiento sino por medio de las palabras. Ello muestra la trascendencia de la Palabra, como se afirma en todas las Escrituras, sean éstas de antaño o de tiempos más recientes. Porque es a través de su potencia y su espíritu animador como las gentes del mundo han alcanzado tan eminente posición. Por otra parte, las palabras y expresiones deben ser al mismo tiempo impresionantes y perspicaces. No obstante, ninguna palabra estará impregnada de estas dos cualidades a menos que sea pronunciada completamente por amor a Dios y con la debida consideración hacia las exigencias de la ocasión y de las personas.

El Gran Ser dice: La expresión humana es una esencia que aspira a ejercer su influencia y requiere moderación. En cuanto a su influencia, está condicionada al refinamiento, que a su vez depende de que los corazones sean desprendidos y puros. En cuanto a su moderación, ésta tiene que ir combinada con el tacto y la sabiduría, tal como se ha prescrito en las Sagradas Escrituras y en las Tablas.

Todas las palabras están dotadas de espíritu; por lo tanto, el orador o expositor debe pronunciar las palabras cuidadosamente en el momento y lugar oportunos, puesto que la impresión que produce cada palabra se manifiesta con nitidez y es claramente perceptible. El Gran Ser dice: Una palabra puede compararse con el fuego, otra con la luz, y la influencia que ambos ejercen es patente en el mundo. Por lo tanto, un sabio iluminado debería hablar principalmente con palabras tan suaves como la leche, para que mediante ellas se nutran y se instruyan los hijos de los hombres y puedan lograr el objetivo último de la existencia humana, que es la posición del verdadero entendimiento y la nobleza auténtica. Y además dice Él: Una palabra es como la primavera, que hace que los tiernos retoños del rosedal del conocimiento se vuelvan verdes y florecientes, mientras que otra palabra es como un veneno mortal. Le corresponde al hombre de sabiduría prudente hablar con la máxima indulgencia y paciencia, para que la dulzura de sus palabras induzca a todos a lograr aquello que es digno de la posición del hombre.

¡Oh amigo mío! La Palabra de Dios es la reina de las palabras y su penetrante influencia es incalculable. Ella ha dominado siempre, y continúa dominando, el reino del ser. El Gran Ser dice: La Palabra es la llave maestra del mundo entero, pues mediante su potencia se abren las puertas de los corazones de los hombres, que son, en realidad, las puertas del cielo. Tan pronto como un simple destello de su refulgente esplendor brilló sobre el espejo del amor, la bendita palabra "Yo soy el Bienamado" se reflejó en él. Es un océano de inagotable riqueza que abarca todas las cosas. Todo lo que se puede percibir no es sino una emanación de ella. Elevada, inconmensurablemente elevada es esta sublime posición, a cuya sombra se mueve la esencia de la excelsitud y el esplendor, arrobada en alabanza y adoración.

Me parece que el sentido del gusto de la gente, lamentablemente, se ha visto gravemente afectado por la fiebre de la negligencia y el desvarío, pues se encuentran completamente inconscientes y privados de la dulzura de Su prolación. Cuán lamentable, en verdad, es que el hombre se prive a sí mismo de los frutos del árbol de la sabiduría, mientras sus días y sus horas pasan rápidamente. Quiera Dios que la mano del poder divino proteja a toda la humanidad y dirija sus pasos hacia el horizonte del genuino entendimiento.

Verdaderamente nuestro Señor de Misericordia es el Auxiliador, el que conoce, el Sabio.

Me gustaría añadir que se ha recibido tu segunda carta, que fue enviada desde Jerusalén, y lo que has escrito y explicado en ella se ha leído atentamente en Su presencia. Él me ordenó escribir lo siguiente:

¡Oh Maqsúd! Hemos oído tu voz y percibido el suspiro y el lamento que elevaste en tu anhelo y tu impaciencia. ¡Alabado sea Dios! De cada palabra tuya se pudieron inhalar los dulces aromas del amor. Quiera Dios que esta munificencia perdure para siempre. El asistente recitó los versos que has compuesto. Tu nombre se menciona con frecuencia en presencia de este Agraviado, y las miradas de nuestra amorosa bondad y nuestra compasión se dirigen hacia ti.

Grande es la posición del hombre. Grandes, también, tienen que ser sus esfuerzos para lograr el restablecimiento del mundo y el bienestar de las naciones. Ruego al Dios único y verdadero que benévolamente te confirme en lo que sea digno de la posición del hombre.

Guíate por la sabiduría en todas las situaciones, pues las personas que esconden motivos perversos se han dedicado y todavía se dedican diligentemente a intrigar. ¡Dios bondadoso! A ese Ser inconmensurablemente exaltado, que no busca más que fomentar el espíritu de amor y camaradería entre los hombres, reanimar el mundo y ennoblecer su vida, Le han acusado de tales cargos que la lengua y la pluma se avergüenzan de relatarlos.

Te hemos recordado y hacemos mención de ti ahora. Le imploramos a Él -exaltada sea su gloria- que te proteja con las manos de la fuerza y el poder y te permita reconocer lo que sirva a tus mejores intereses, tanto en este mundo como en el venidero. Él es el Señor de la Humanidad, el Poseedor del Trono de lo Alto y del mundo de abajo. No hay otro Dios salvo Él, el Omnipotente, el Poderoso. Quiera Dios que este Agraviado pueda guardar fidelidad. Él no te ha olvidado ni te olvidará jamás.

Has mencionado tu intención de permanecer en Damasco hasta la primavera, para continuar luego hasta Mosul, si hubiese medios para ello. Este humilde siervo implora a Dios -exaltada sea su gloria- que facilite los medios que se estimen oportunos y que te ayude. Él es Potente y Poderoso.

Aunque se ha tratado con la mayor amabilidad a todos los habitantes de esta región, sin embargo no puede percibirse de ellos muestra alguna de camaradería. Debes tener mucho tacto y sabiduría, pues en todo momento buscan negar la Causa y poner reparos triviales en su contra. Que el Dios único y verdadero les conceda equidad.

Por lo que se refiere a tus propios asuntos, si te contentases con cualquier cosa que suceda sería digno de alabanza. Dedicarse a alguna profesión es altamente recomendable, porque cuando uno está ocupado en el trabajo es menos probable que se fije en los aspectos desagradables de la vida. Si Dios quiere, podrás experimentar gozo y esplendor, alegría y júbilo en cualquier ciudad o país en que residas temporalmente. Este humilde siervo jamás olvidará a ese amigo distinguido y amable. Él te ha recordado y continuará recordándote. El decreto está en la mano de Dios, el Señor de todos los mundos. Espero de buena gana que Él te otorgue asistencia divina y te conceda confirmación en aquello que Le es grato y aceptable.

Cada palabra de tu poesía es en verdad como un espejo en el que se reflejan las pruebas de la devoción y el amor que sientes por Dios y sus elegidos. Bienaventurado seas tú, que has bebido del vino escogido de la prolación y has tomado del arroyo del conocimiento, que fluye con suavidad. Dichoso aquel que ha bebido su parte y ha llegado a Él, y ¡ay de los negligentes! Su lectura ha demostrado ser muy impresionante, ciertamente, porque indicaba a la vez la luz de la reunión y el fuego de la separación.

Lejos de nosotros perder la esperanza de los incalculables favores de Dios en ningún momento, porque si fuese su deseo haría que un simple átomo se transformase en un sol y una simple gota en un océano. Él abre miles de puertas, mientras que el hombre es incapaz de concebir ni siquiera una sola.

Tan negligente es este siervo, que con palabras como éstas busca reivindicar el supremo poder de Dios, exaltada sea su gloria. Imploro el perdón de Dios, el Más Grande, por estas afirmaciones, y declaro que este siervo reconoce en todo momento sus lamentables transgresiones y delitos. Él suplica la remisión de sus pecados al océano de la misericordia de su Señor, el Más Exaltado, e implora aquello que le haga consagrarse totalmente a Dios y le permita expresar su alabanza, volverse hacia Él y poner toda su confianza en Él. Verdaderamente Él es el Potente, el Perdonador, el Misericordioso. Alabado sea Dios, el Todopoderoso, el Omnisciente.

Este humilde ser ha leído las descripciones del diálogo con el viajero que has relatado en tu carta a mi Señor, que mi vida sea ofrendada por Él. Las explicaciones que se dieron despiertan a la gente del sueño de la negligencia. Ciertamente, las acciones del hombre mismo engendran un derroche de poder satánico. Porque si el hombre obrase de acuerdo con las enseñanzas divinas y las observase, desaparecería de la faz de la tierra todo rastro de maldad. Sin embargo, las grandes diferencias que existen entre la humanidad y el predominio de la sedición, la contienda, el conflicto y cosas similares son los factores primordiales que provocan la aparición del espíritu satánico. Sin embargo, el Espíritu Santo siempre ha evitado tales asuntos. Un mundo en el que no puede percibirse nada que no sean luchas, peleas y corrupción, forzosamente ha de convertirse en la sede del trono y en la misma metrópolis de Satán.

Cuán vasto es el número de amados y elegidos de Dios que se han lamentado y gemido de día y de noche para que, quizá, una brisa suave y fragante soplara desde la corte de su beneplácito y disipara por completo el repugnante y hediondo olor del mundo. No obstante, esta meta final no pudo lograrse y los hombres se vieron privados de ella en virtud de sus acciones pérfidas, que atrajeron sobre ellos el justo castigo de Dios, de acuerdo con los principios básicos de su autoridad divina. Es nuestro deber permanecer pacientemente en estas circunstancias hasta que haya un alivio proveniente de Dios, el Perdonador, el Generoso.

¡Magnificado sea tu Nombre, oh Señor de todos los seres y Deseo de todas las cosas creadas! Te imploro, por la Palabra que hizo que la Zarza Ardiente elevara su Voz y la Roca gritara, mediante la cual los favorecidos se apresuraron a alcanzar la corte de tu presencia y los puros de corazón se apresuraron a alcanzar la aurora de la luz de tu semblante, y por los suspiros de tus verdaderos amantes en su separación de tus elegidos, y por el lamento de aquellos que anhelan contemplar tu rostro ante el naciente esplendor de la luz de tu Revelación, que benévolamente permitas a tus siervos reconocer lo que Tú has ordenado para ellos por tu munificencia y tu gracia. Prescribe, pues, para ellos, mediante tu Pluma de Gloria, lo que dirija sus pasos hacia el océano de tu generosidad y les conduzca a las aguas vivas de tu reunión celestial.

¡Oh Señor! No mires lo que han hecho; antes bien, mira la sublimidad de tu celestial munificencia, la cual ha precedido a todas las cosas creadas, visibles e invisibles. ¡Oh Señor! Ilumina sus corazones con la refulgente luz de tu conocimiento y haz brillar en sus ojos el radiante esplendor del sol de tus favores.

Te ruego, oh Señor de los Nombres y Creador de los cielos, por la sangre derramada en tu Sendero, por las cabezas llevadas en lo alto de las lanzas por tu amor, por las almas que se han consumido en su separación de tus amados, y por los corazones rotos por la exaltación de tu Palabra, que permitas que los moradores de tu reino se unan en su lealtad hacia tu incomparable Palabra, para que todos ellos reconozcan tu unidad y tu singularidad. No hay otro Dios sino Tú, el Omnipotente, el Más Exaltado, el Conocedor, el Sabio.

Espero de buena gana que Él, que es el que basta a todo, el Inaccesible, escuche el ruego de este humilde siervo, atavíe a las gentes del mundo con la vestidura de las buenas acciones y les purifique de las inclinaciones malvadas. Él es el Fuerte, el Poderoso, el que todo lo sabe, el que todo lo percibe. Él escucha y ve; Él es el que todo lo oye, el que todo lo ve.

SÚRIY-I-VAFÁ74
Tabla a Vafá
Él es el que todo lo sabe

¡Oh Vafá! Da gracias a tu Señor por haberte ayudado a abrazar su Causa, por haberte permitido reconocer la Manifestación de su Propio Ser y por haberte levantado para alabar a Aquel que es el Más Grande Recuerdo en este glorioso Anuncio.

Bendito eres tú, oh Vafá, pues has sido fiel al Convenio de Dios y a su Testamento en un momento en que todos los hombres lo han violado y han repudiado a Aquel en Quien habían creído, y ello a pesar de que ha aparecido investido con todos los testimonios y ha amanecido en el horizonte de la Revelación ataviado con indudable soberanía.

No obstante, te incumbe esforzarte al máximo por alcanzar la esencia misma de la fidelidad. Ello implica que estés bien seguro en tu corazón y que con tu lengua des testimonio de lo que Dios ha testificado para su propio y exaltado Ser, proclamando: "Verdaderamente yo subsisto por mí mismo en el Reino de Gloria". Quienquiera pueda afirmar solemnemente esta verdad en estos días, ha alcanzado todo bien, y el Espíritu celestial descenderá sobre él de día y de noche, le ayudará misericordiosamente a glorificar el Nombre de su Señor y le hará soltar su lengua y defender con sus palabras la Causa de su Señor, el Misericordioso, el Compasivo. Y nadie puede lograr esto salvo aquel que haya purificado su corazón de todo lo creado entre el cielo y la tierra y se haya desprendido por completo de todo excepto de Dios, el Señor Soberano, el Todopoderoso, el Bondadoso.

Levántate a servir la Causa y di: ¡Juro por la rectitud de Dios! Verdaderamente éste es el Punto Primordial, adornado con su nuevo atavío y manifiesto en su glorioso Nombre. En este momento Él contempla todo desde este Horizonte. De hecho, Él es Supremo sobre todas las cosas. Entre el Concurso de lo Alto Él es conocido como el Más Grande Anuncio; en los Reinos de la Eternidad, como la Antigua Belleza; y ante el Trono, por este Nombre,75 que ha hecho tropezar a aquellos que están dotados de entendimiento.

Di: ¡Juro por Dios! En esta Revelación, el testimonio supremo de Dios para todos los moradores del cielo y los habitantes de la tierra había sido cumplido aun antes de que fuese enviado un solo verso desde el reino de santidad y sublimidad; más aún, hemos revelado el equivalente de todo lo que se envió en la Dispensación del Bayán. Temed a Dios y no permitáis que vuestras acciones sean en vano, ni seáis de aquellos que están sumidos en la negligencia. Abrid vuestros ojos para que podáis contemplar la Antigua Belleza desde esta brillante y luminosa posición.

Di: ¡Dios es mi testigo! El Prometido mismo ha venido desde el cielo, sentado sobre la nube carmesí, con las huestes de la revelación a su derecha y los ángeles de la inspiración a su izquierda, y se ha cumplido el Decreto por mandato de Dios, el Omnipotente, el Todopoderoso. Acto seguido todos han tropezado, excepto aquellos a quienes Dios ha protegido mediante su tierna merced y los ha contado entre los que Le han reconocido por su Propio Ser y se han desprendido de todo lo que pertenece al mundo.

Escucha las Palabras de tu Señor y purifica tu corazón de toda ilusión, para que la refulgente luz del recuerdo de tu Señor derrame su resplandor sobre él y alcance la posición de la certidumbre.

Sabe, además, que tu carta ha llegado a nuestra presencia y hemos percibido y examinado su contenido. Hemos tomado nota de las preguntas que has hecho y gustosamente las contestaremos. En este día concierne a todos preguntar a Dios lo que deseen, y tu Señor atenderá su petición con versos maravillosos e innegables.

Has preguntado sobre el tema del retorno. Sabe que el fin es como el principio. Así como consideres el principio, del mismo modo debes considerar el fin, y ser de aquellos que perciben de verdad. No, más bien considera el principio como el propio fin y viceversa, para que adquieras una clara percepción. Sabe, además, que toda cosa creada es engendrada y retorna continuamente por mandato de tu Señor, el Dios de fuerza y poder.

En cuanto al Retorno, de acuerdo con el sentido que Dios le ha dado en sus sagradas y exaltadas Tablas, en las cuales ha dado a conocer este tema a sus siervos; por esto se quiere decir el retorno de todas las cosas creadas en el Día de la Resurrección, y ésta es, de hecho, la esencia del Retorno como tú has atestiguado en los propios días de Dios, y tú eres de aquellos que atestiguan esta verdad.

Ciertamente, Dios es absolutamente capaz de hacer que todos los nombres aparezcan en un solo nombre y todas las almas en una sola alma. Él es indudablemente poderoso y potente. Y este Retorno se lleva a cabo por orden suya de cualquier forma que Él desee. En verdad, Él es el que hace y ordena todas las cosas. Por otra parte, tú no deberías percibir el cumplimiento del Retorno y la Resurrección excepto en la Palabra de tu Señor, el Todopoderoso, el Omnisciente. Por ejemplo, si Él tomase un puñado de tierra y declarase que eso es Aquel a Quien tú has seguido en el pasado, indudablemente eso sería justo y verdadero, como su Persona real, y nadie tiene derecho a poner en duda su autoridad. Él hace lo que Él desea y ordena lo que Le place. Además, en esta posición ten cuidado de no volver tu mirada hacia las limitaciones y alusiones, sino más bien hacia aquello por medio de lo cual se ha cumplido la Revelación misma, y sé de los perspicaces. Así te lo explicamos en un lenguaje claro y explícito, para que puedas comprender lo que buscabas de tu antiguo Señor.

Piensa en el Día de la Resurrección. Si Dios declarase a la más humilde de las criaturas entre los fieles como el Primero en creer en el Bayán, no deberías tener la menor duda de ello y deberías ser de los que creen de verdad. En esta posición, no repares en las limitaciones humanas ni en los nombres, sino más bien en aquello por lo cual se reivindica el rango del Primero en creer, que es la fe en Dios, el reconocimiento de su Ser y la certidumbre del cumplimiento de su mandato irresistible y obligatorio.

Piensa en la Revelación del Punto del Bayán, exaltada sea su gloria. Él declaró que el Primero76 en creer en Él fue Mu¥ammad, el Mensajero de Dios. ¿Es digno de un hombre discutir con Él diciendo que tal hombre es de Persia, el otro de Arabia, o que ese hombre se llamaba Æusayn, mientras que el otro llevaba el nombre de Mu¥ammad? No, juro por el santo Ser de Dios, el Exaltado, el Más Grande. Con toda seguridad, ningún hombre inteligente y perspicaz prestará jamás atención a las limitaciones o los nombres, sino más bien a aquello con lo que estaba investido Mu¥ammad, que no era otra cosa que la Causa de Dios. De igual modo, tal hombre perspicaz examinaría a Æusayn y la posición que ocupaba en la Causa de Dios, el Omnipotente, el Exaltado, el Conocedor, el Sabio. Y como el Primero en creer en Dios en la Dispensación del Bayán estaba investido con un dominio similar a aquel con el que estaba investido Mu¥ammad, el Mensajero de Dios, por ello el Báb declaró que él era este último, es decir, su retorno y resurrección. Esta posición está santificada de toda limitación o nombre, y nada puede verse en ella salvo a Dios, el Único, el Sin Par, el Omnisciente.

Sabe, además, que si Él declarase en el Día de la Revelación que una de las hojas es la manifestación de todos sus excelentes títulos, a nadie le sería otorgado el derecho de preguntar por qué o para qué, y si alguien lo hiciese, sería considerado como no creyente en Dios y contado entre los que han repudiado su Verdad.

Cuidado, cuidado, no sea que te comportes como la gente del Bayán. Pues en verdad han errado lastimosamente, han extraviado a la gente, han ignorado el Convenio de Dios y su Testamento y le han atribuido compañeros a Él, el Único, el Incomparable, el Omnisciente. Verdaderamente no reconocieron al Punto del Bayán, pues si le hubiesen reconocido no habrían rechazado su manifestación en este luminoso y resplandeciente Ser. Y como fijaron sus miradas en los nombres, por consiguiente, cuando Él sustituyó su Nombre "el Más Exaltado" por "el Más Glorioso", sus ojos se nublaron. No han conseguido reconocerle en estos días y son contados entre los que perecen. Ciertamente, si Le hubiesen conocido por su propio Ser o en virtud de lo que ha revelado, no Le habrían repudiado cuando apareció en este glorioso e incomparable Nombre, que Dios ha ordenado que sea la Espada de su Revelación entre cielo y tierra, y por medio del cual la verdad es separada del error, desde ahora mismo hasta el Día en que la humanidad comparezca ante el Señor de los mundos.

Sabe, además, que en el Día de su Manifestación todas las cosas creadas, salvo Dios, serán puestas de manifiesto y situadas en pie de igualdad, sin tener en cuenta si su rango es alto o bajo. El Día del Retorno es inescrutable para todos los hombres hasta después de que la Revelación divina se haya cumplido. Él es, en verdad, quien ordena todo cuanto desea. Cuando la Palabra de Dios se revela a todas las cosas creadas, quienquiera escuche y atienda la Llamada se cuenta, en verdad, entre las almas más distinguidas, aunque sea un deshollinador. Y quien se aparte, se cuenta entre los más bajos de sus siervos, aunque sea un gobernante entre los hombres y posea todos los libros que hay en los cielos y en la tierra.

Te incumbe observar con perspicacia divina las cosas que hemos revelado y que te hemos enviado, y no mirar a las gentes y las cosas que son corrientes entre ellas. En este día ellos son como un ciego que, mientras se mueve a la luz del sol, pregunta: ¿Dónde está el sol? ¿Está brillando? Negaría y pondría en tela de juicio la verdad y no sería de los que perciben. Nunca sería capaz de captar el sol o entender aquello que se ha interpuesto entre él y el sol. Para sus adentros, pondría objeciones, levantaría protestas y sería de los rebeldes. Tal es el estado de esta gente. Déjales a sí mismos, diciendo: Sea para vosotros lo que deseáis y para nosotros lo que deseamos. Desdichada en verdad es la penosa condición de los impíos.

Sabe, además, que la anterior Manifestación afirmó que el retorno y el resurgimiento de los espíritus ocurriría en el Día de la Resurrección, mientras que en verdad hay un retorno y resurrección para toda cosa creada. Sin embargo, no deseamos mencionar nada que no haya sido expresado en el Bayán, no sea que por ventura la gente maliciosa levantara un gran clamor. ¡Ojalá aquello que se ha interpuesto entre los hijos de los hombres y su Creador fuera disipado, para que pudiesen contemplar la invencible soberanía y dominio de Dios, beber del manantial de sus corrientes celestiales, ser rociados con las efusiones del océano del verdadero entendimiento y purificados de la corrupción de los impíos y los recelosos!

Referente a tu pregunta sobre los mundos de Dios. Sabe, en verdad, que los mundos de Dios son incontables en su número e infinitos en la amplitud de su gama. Nadie puede contarlos ni comprenderlos excepto Dios, el Omnisciente, el Omnisapiente. Considera tu estado cuando duermes. Ciertamente, afirmo que este fenómeno es el más misterioso de los signos de Dios entre los hombres, si sólo lo examinaran en sus corazones. Observa cómo lo que has visto en tu sueño, después de un considerable lapso, se realiza plenamente. Si el mundo en el que te encontrabas en tu sueño fuese idéntico al mundo en que vives, sería necesario que el suceso que transcurre en aquel sueño ocurriese en este mundo en el mismo instante de su acaecimiento. Si ello fuera así, tú mismo darías testimonio de él. No obstante, como éste no es el caso, debe necesariamente deducirse que el mundo en que vives es diferente y distinto de aquel que has experimentado en tu sueño. Este último mundo no tiene principio ni fin. Sería verdad si afirmases que ese mismo mundo, como lo ha decretado el Dios Todoglorioso y Omnipotente, está dentro de tu propio ser y envuelto dentro de ti. Sería igualmente cierto sostener que tu espíritu, habiendo trascendido las limitaciones del sueño y habiéndose desligado de todo apego terrenal, por obra de Dios, se ha visto impulsado a cruzar un reino que yace oculto en la más profunda realidad de este mundo. En verdad digo que la creación de Dios abarca otros mundos fuera de este mundo y otras criaturas además de estas criaturas. En cada uno de estos mundos Él ha ordenado cosas que nadie puede escudriñar, excepto Él mismo, el Todoindagador, el Omnisapiente. Reflexiona sobre lo que te hemos revelado, para que descubras el propósito de Dios, tu Señor y Señor de todos los mundos. En estas palabras se han atesorado los misterios de la Sabiduría Divina. Nos hemos abstenido de extendernos sobre este tema debido a la pena que nos rodea como consecuencia de las acciones de quienes han sido creados por medio de nuestras palabras, si eres de aquellos que escuchan nuestra Voz.

¿Dónde está aquel que Me ayude y Me proteja de las espadas de esas almas infieles? ¿Dónde está el hombre perspicaz que contemple las Palabras de Dios con sus propios ojos y se libre a sí mismo de las opiniones e ideas de los pueblos de la tierra?

¡Oh siervo! Advierte a los siervos de Dios que no rechacen lo que no comprenden. Di: Implora a Dios que abra los portales del verdadero entendimiento a vuestros corazones, para que estéis informados de aquello de lo que nadie está informado. Verdaderamente Él es el Dador, el Perdonador, el Compasivo.

Además, Me has preguntado acerca de las ordenanzas de Dios. Sabe, en verdad, que todo lo que se ha prescrito en el Libro es ciertamente la verdad, sin la menor duda, y corresponde a cada uno observar lo que ha sido enviado por el Revelador, el Omnisciente. Si un hombre hiciese caso omiso de ellas a pesar de estar enterado de las mismas, ciertamente Dios se libraría de tal persona, y Nosotros también Nos libraríamos de ella, puesto que sus ordenanzas constituyen los frutos del Árbol divino y nadie, excepto los negligentes y los rebeldes, se desviará de ellas.

En cuanto al Paraíso: Es una realidad y no puede haber duda alguna acerca de ello, y en este mundo se hace realidad en el momento presente por medio del amor por Mí y por mi beneplácito. A quienquiera lo alcance, Dios le ayudará en este mundo inferior, y después de la muerte Él le permitirá lograr ser admitido en el Paraíso cuya inmensidad es similar a la del cielo y la tierra. Allí las Doncellas de gloria y santidad le servirán de día y de noche, mientras que en todo momento el sol de la belleza inmarcesible de su Señor derramará su brillo sobre él, y él brillará tan esplendorosamente que nadie podrá soportar mirarle. Tal es el designio de la Providencia; sin embargo, las gentes están cubiertas por un velo cruel. De igual modo, capta la naturaleza del fuego del infierno y sé de los que verdaderamente creen. Pues por cada acción realizada habrá una recompensa, según la apreciación de Dios, y de ello dan amplio testimonio las propias ordenanzas y prohibiciones prescritas por el Todopoderoso. Pues con toda seguridad, si las acciones no fuesen recompensadas y no diesen fruto, entonces la Causa de Dios -exaltado es Él- demostraría ser algo inútil. ¡Inconmensurablemente exaltado se encuentra Él sobre tales blasfemias! No obstante, para aquellos que están libres de todo apego, una acción es, ciertamente, su propia recompensa. Si nos extendiéramos sobre este tema sería necesario escribir numerosas Tablas.

¡Juro por la rectitud del Dios único y verdadero! La Pluma es incapaz de moverse por lo que Le ha acontecido a su Señor, y llora amargamente, como igualmente lloro Yo, y de igual manera llora el ojo de Aquel que es la Esencia de la Grandeza tras el Tabernáculo de los Nombres, mientras está sentado en el Trono de su glorioso Nombre.

Purifica tu corazón para que hagamos brotar de él manantiales de sabiduría y de palabras, permitiéndote de este modo elevar tu voz entre toda la humanidad. Suelta tu lengua y proclama la verdad por amor al recuerdo de tu misericordioso Señor. No temas a nadie; pon toda tu confianza en Dios, el Todopoderoso, el Omnisciente. Di: Oh gentes, cumplid lo que entendáis del Bayán Persa, y lo que no entendáis preguntádselo a este infalible Recuerdo, para que Él explique claramente lo que Dios ha querido decir en su Libro, pues en verdad Él conoce lo que está guardado en el Bayán en virtud de la Voluntad de Aquel que es el Omnipotente, el Poderoso.

Has preguntado acerca de la advertencia que hicimos a las gentes en el momento de nuestra partida de 'Iráq, en el sentido de que, cuando el Sol desaparezca de la vista, las aves de la oscuridad se pondrán en movimiento y los estandartes de Sámirí77 serán izados en lo alto. ¡Juro por Dios! Esas aves se han agitado en estos días y Sámirí ha elevado su clamor. Bienaventurado quien reconoce y se cuenta entre los hombres de entendimiento. Nosotros también les hemos advertido sobre la aparición del becerro. ¡Dios es mi testigo! Todas nuestras advertencias se han cumplido, como de hecho tienen que cumplirse, pues han surgido de los dedos de gloria y poder. Ruega a Dios que te proteja de la maldad de estos hombres y te purifique de las insinuaciones de los recalcitrantes. Prepárate, pues, para la promoción de la Causa y no prestes atención a las palabras pronunciadas por las gentes del Bayán, pues ellos verdaderamente son incapaces de entender y no han logrado captar la esencia de la Causa revelada en este augusto, este Más Grande Anuncio. Así te hemos inspirado y hemos infundido en tu corazón lo que te hará independiente de las referencias de la humanidad.

Que la gloria de Dios sea contigo y con quienes escuchen las palabras que pronuncies por amor a Dios, tu Señor, y permanezcan firmes en su Causa. Toda alabanza sea para Dios, el Señor de los mundos.

LAWÆ-I-SIYYID-I-MIHDÍY-I-DAHAJÍ
Tabla a Siyyid-i-Mihdíy-i-Dahají

Él es el Santísimo, el Más Grande, el Más Exaltado, el Altísimo.

¡Oh mi Nombre!78 Rinde tú alabanza a Dios por haberte elegido benévolamente con el fin de que seas una lluvia de generosidad para lo que hemos sembrado en el suelo puro y bendito, y por haberte permitido servir como una primavera de tierna misericordia para los árboles maravillosos y sublimes que hemos plantado. En verdad, tan grande es este favor que, de todas las cosas creadas en el mundo de la existencia, ninguna puede jamás tener la esperanza de competir con él. Además te hemos dado a beber del vino escogido de la prolación del cáliz de los dones celestiales de tu misericordioso Señor, que no es otro que esta Lengua de santidad, una Lengua que, tan pronto se soltó, vivificó la creación entera, puso en movimiento a todos los seres e hizo que el Ruiseñor derramara sus melodías. Ésta es la Fuente de agua viva para todos los que moran en el reino de la existencia.

A menudo hemos soplado sobre ti los suaves aromas del Todomisericordioso, desde esta Rama que se mueve sobre la Tabla de tu Señor, el Poderoso, el Irrestringido. ¡Por la rectitud del Dios Único y verdadero! Si todas las cosas creadas, visibles e invisibles, se dirigiesen hacia Él, las encontrarías levantando el vuelo hacia la Meta Suprema, hacia el Lugar donde el divino Árbol del Loto exclama: Verdaderamente no hay otro Dios excepto Yo, el Todopoderoso, el Todomunífico.

Grande es tu bienaventuranza, por cuanto has estado viajando a través de las tierras de Dios y has sido la personificación del gozo y la certeza para el pueblo de Bahá, que ha renunciado a todo salvo a Él y ha dirigido su corazón hacia esta Corte, la cual ha derramado su resplandor sobre todos los reinos y los ha rociado con las embravecidas aguas de este Océano con el que tú mismo has sido rociado, un Océano que abarca a todas las cosas creadas.

Ciertamente, has captado la importancia de prestar ayuda a Dios y te has levantado para lograrlo a través del poder de la sabiduría y la expresión. Di: Ayudarme es enseñar mi Causa. Éste es un tema del cual están cargadas Tablas enteras. Éste es el mandamiento inmutable de Dios, eterno en el pasado, eterno en el futuro. Comprended esto, oh hombres de perspicacia. Aquellos que han traspasado los límites de la sabiduría no logran entender el significado de ayudar a Dios tal como ha sido expuesto en el Libro. Di: Temed a Dios y no sembréis las semillas de la disensión entre los hombres. Observad lo que os ha sido ordenado por vuestro Señor, el Todopoderoso, el Omnisciente. Él conoce la realidad de la victoria y te la ha enseñado con unas palabras que las vanas imaginaciones de aquellos que vagan aturdidos por el yermo de la duda jamás podrán corromper.

¡Oh mi Nombre! Permite que todas las cosas creadas beban nuevamente de este cáliz que ha hecho que se eleven los mares. Enciende, pues, en los corazones el fuego ardiente que este Árbol carmesí ha encendido, para que se levanten a exaltar y alabar su Nombre entre los seguidores de todas las Religiones.

Numerosas cartas tuyas han sido presentadas ante nuestro Trono. Las hemos estudiado como una muestra de gracia de nuestra parte, y por cada nombre que has mencionado en ellas hemos revelado aquello que avivará las mentes de los hombres y hará que se remonten los espíritus. Además, repetidamente te hemos permitido escuchar los gorjeos de las aves del cielo e inclinar tu oído hacia el canto de los ruiseñores que derraman sus melodías sobre las ramas. Así se puso en movimiento la Pluma de Dios en recuerdo de ti, para que adviertas a los hombres por el poder de esta prolación, a la cual se le ha ordenado divinamente que sea la reveladora de los signos de su gloria.

Bendito es el sitio donde se entona el himno de su alabanza, y bendito el oído que escucha lo que se ha enviado desde el cielo de la amorosa bondad de tu Señor, el Todomisericordioso.

Exhorta a los siervos de Dios a hacer lo que te hemos exhortado a ti, para que se abstengan de lo que les está prohibido en el Libro Madre. Ciertamente, quienes perpetran acciones que producen confusión entre el pueblo se extravían muy lejos de ayudar a Dios y a su Causa, y en la Tabla que Dios ha designado como la aurora de las Tablas figuran entre los malhechores.

Di: Si fuese nuestra voluntad, haríamos victoriosa a la Causa mediante el poder de una sola palabra proveniente de nuestra presencia. Él es, en verdad, el Omnipotente, el que somete todo. Si fuese la intención de Dios, de los bosques del poder celestial surgiría el león de fuerza indomable cuyo rugido es como el trueno que retumba en las montañas. No obstante, como nuestra amorosa providencia excede a todas las cosas, hemos ordenado que la victoria total se alcance por medio del habla y la palabra, para que por toda la tierra nuestros siervos se conviertan de este modo en receptores del bien divino. Esto no es sino una muestra de la bondad de Dios que se les otorga. Verdaderamente tu Señor es al que todo Le basta, el Más Exaltado.

Di: Temed a Dios y no cometáis acciones tales que puedan hacer que mis amados en la tierra se lamenten. Así te lo ordena esta Pluma que ha puesto en movimiento a la Pluma de Gloria en el campo de la sabiduría y del verdadero entendimiento.

Transmite mis saludos a aquellos cuyos rostros reflejan el resplandor de Bahá, y luego menciónales estas palabras que alegran los ojos de los rectos. Que la gloria de Dios descienda sobre ti y sobre los que se han aferrado firmemente al Cordón de Dios, el Revelador de los versos...

Impide que los habitantes de esas regiones cometan actos provocativos, que entre ellos no haya luchas, disensión y nada que pueda crear problemas. Lo que es digno de alabanza en estos días es la promoción de la Causa. Por ejemplo, si esa gente que persigue ciertas metas se dedicase a enseñar la Causa, dentro de poco todos los habitantes de esa región serían investidos con el manto de la fe.

Si alguien percibiese la dulzura del siguiente pasaje de la Tabla revelada en honor a Nabíl de Qá'in,79 fácilmente comprendería el significado de la ayuda: La palabra humana es una esencia que aspira a ejercer su influencia y necesita moderación. En cuanto a su influencia, está condicionada al refinamiento, que a su vez depende de corazones que sean desprendidos y puros. En cuanto a su moderación, ésta debe combinarse con el tacto y la sabiduría, tal como está prescrito en las Sagradas Escrituras y Tablas.

¡Oh mi Nombre! La palabra forzosamente tiene que poseer un poder penetrante, pues si está privada de esta cualidad no ejercerá influencia. Y esta influencia penetrante depende de que el espíritu sea puro y el corazón inmaculado. De igual manera, la palabra necesita moderación, sin la cual el oyente sería incapaz de soportarla, más bien manifestaría oposición desde el comienzo mismo. Y la moderación se alcanza mezclando la palabra con las muestras de sabiduría divina que están registradas en las Tablas y Libros Sagrados. De este modo, cuando la esencia de la palabra de uno está dotada de estos dos requisitos, demostrará ser sumamente efectiva y constituirá el factor primordial de la transformación de las almas de los hombres. Ésta es la posición de la victoria suprema y del dominio celestial. Quienquiera la alcanza se halla investido con el poder de enseñar la Causa de Dios y de prevalecer sobre los corazones y las mentes de los hombres.

¡Oh mi Nombre! El Sol de la prolación, que brilla resplandeciente desde la aurora de la Revelación divina, ha iluminado de tal forma los Rollos y las Tablas, que el reino de la palabra y el exaltado dominio del entendimiento vibran de gozo y éxtasis y brillan con el resplandor de su luz; y, sin embargo, la mayoría de la humanidad no lo comprende.

La razón por la cual el tema de la ayuda y la asistencia ha fluido una y otra vez de la Pluma de la Providencia, y continuará fluyendo, es para advertir a los amigos de Dios que no se ocupen en actividades que den lugar a peleas y confusión. Les corresponde a todos y cada uno de ellos buscar diligentemente modos de ayudar a la Causa de Dios de la manera que hemos explicado. Esto no es más que una muestra de su gracia conferida especialmente a sus amados para que cada uno de ellos alcance la posición que se caracteriza por las palabras: "Quienquiera vivifique un alma, verdaderamente ha vivificado a toda la humanidad".

El dominio temporal ha estado y continuará estando bajo la sombra de esta posición. Su hora señalada está preordinada en el Libro de Dios. Él está verdaderamente enterado de ello, y la hora se manifestará por medio de la potencia de su poder. Verdaderamente Él es el Poderoso, el que Todo lo Subyuga, el Omnipotente, el Omnisciente, el Omnisapiente.

Las almas santificadas deberían reflexionar y meditar en sus corazones sobre los métodos de enseñanza. Deben memorizar frases y pasajes de los textos de las maravillosas Escrituras celestiales que sean adecuados para diversas ocasiones, de manera que en el curso de sus disertaciones puedan recitar los versos divinos siempre que la ocasión lo requiera, puesto que estos versos sagrados son el más potente elixir, el más grande y poderosísimo talismán. Tan poderosa es su influencia que el oyente no tendrá razón para vacilar. ¡Juro por mi vida! Esta revelación está dotada de tal poder que actuará como la calamita para todas las naciones y razas de la tierra. Si alguien se detuviese a meditar atentamente, admitiría que no hay ni puede haber lugar adonde nadie pueda huir.

El Kitáb-i-Aqdas fue revelado de manera tal que capta y contiene todas las Dispensaciones divinamente establecidas. Benditos sean quienes lo estudian. Benditos sean quienes lo entienden. Benditos sean quienes meditan sobre él. Benditos sean quienes reflexionan sobre su significado. Tan vasta es su extensión, que abarca a todos los hombres antes de que ellos lo reconozcan. Dentro de poco su fuerza soberana, su penetrante influencia y la grandeza de su poder se manifestarán en la tierra. Verdaderamente tu Señor es el Omnisciente, el Informado de Todo.

¡Oh mi Nombre! Escucha mi voz que procede de la dirección de mi trono. Él desea hacer mención de tu nombre en todo momento, por cuanto tú has demostrado ser firme en la exaltación de sus virtudes entre los hombres. En verdad, tu Señor ama la fidelidad tal como se encuentra en el reino de la creación, y le ha dado primacía sobre la mayoría de las cualidades dignas de alabanza. Verdaderamente Él es Potente y Poderoso.

Sabe, además, que hemos oído la alabanza que has pronunciado en tu comunión con Dios, tu Señor, el Exaltado, el Bondadoso. Grande, en verdad, es la bienaventuranza que te aguarda, por cuanto has restringido tus propios asuntos en favor de esta inviolable, esta poderosa e iluminada Causa. Imploramos a Dios para que tu llamada sea como un imán que atraiga a las personificaciones de los nombres en el mundo de la existencia, para que todos los seres se apresuren espontáneamente a escucharlo. No hay Dios aparte de Él, el Exaltado, el Preeminente, el Bendito por siempre, el Sublime, el Más Augusto, el Más Glorioso, el Más Munífico, el Omnisciente, el Informado de Todo.

LAWÆ-I-BURHÁN80
Tabla de la Prueba

¡Él es el Todopoderoso, el Omnisciente, el Omnisapiente! Los vientos del odio han envuelto al Arca de Bathá81 debido a lo que las manos de los opresores han hecho. ¡Oh Báqir! Has dictado sentencia contra aquellos por quienes han llorado los libros del mundo y en cuyo favor han dado testimonio las escrituras de todas las religiones. Tú, que te has extraviado tan lejos, en verdad estás envuelto en un espeso velo. ¡Por Dios mismo! Has pronunciado sentencia contra aquellos por medio de quienes se ha iluminado el horizonte de la fe. De esto son testigos Aquellos que son los Lugares del Amanecer de la Revelación y las Manifestaciones de la Causa de tu Señor, el Más Misericordioso, que han sacrificado sus almas y todo cuanto poseían en su Recto Sendero. La Fe de Dios ha llorado en todas partes a causa de tu tiranía, y sin embargo gozas y eres de los que se regocijan. En mi corazón no hay odio hacia ti ni hacia nadie. Todo hombre de erudición te contempla a ti y a los que son como tú, sumidos en una locura evidente. Si te hubieras dado cuenta de lo que has hecho, te habrías arrojado al fuego, o habrías abandonado tu hogar para huir a las montañas, o habrías gemido hasta regresar al sitio destinado para ti por aquel que es el Señor de la fuerza y el poder. ¡Oh tú que eres como la nada! Rasga los velos de las ociosas fantasías y las vanas imaginaciones para que puedas contemplar el Sol del conocimiento que brilla desde este resplandeciente Horizonte. Has hecho pedazos un trozo del Profeta mismo y has imaginado que has ayudado a la Fe de Dios. Así te ha instigado tu alma y ciertamente tú eres uno de los negligentes. Tu acción ha consumido los corazones del Concurso de lo Alto, así como los de aquellos que giran alrededor de la Causa de Dios, el Señor de los mundos. El alma de la Casta82 se derritió por tu crueldad y los moradores del Paraíso lloraron amargamente en ese bendito Lugar.

Juzga con equidad, te lo suplico por Dios. ¿Qué prueba presentaron los doctores judíos para condenarlo a Él, que era el Espíritu de Dios,83 cuando vino a ellos con la verdad? ¿Cuál pudo ser la prueba que presentaron los fariseos y los sacerdotes idólatras para justificar su negación de Mu¥ammad, el Apóstol de Dios, cuando vino a ellos con un Libro que juzgaba entre la verdad y la falsedad con una justicia que transformaba en luz la oscuridad de la tierra y extasiaba los corazones de quienes Le conocían? En verdad, tú has presentado en este día las mismas pruebas que los sacerdotes necios alegaron en aquella época. De ello es testigo Aquel que es el Rey del reino de la gracia en esta gran Prisión. Ciertamente has seguido sus pasos; más aún, los has sobrepasado en crueldad y has creído que estabas ayudando a la Fe y defendiendo la Ley de Dios, el Omnisciente, el Omnisapiente. ¡Por Aquel que es la Verdad! Tu iniquidad ha hecho gemir a Gabriel y ha arrancado lágrimas de la Ley de Dios, por medio de la cual las brisas de la justicia se han esparcido sobre todos los que están en el cielo y en la tierra. ¿Has imaginado ingenuamente que la sentencia que has dictado te ha beneficiado? ¡No, por Aquel que es el Rey de todos los Nombres! De tu pérdida da testimonio Aquel que posee el conocimiento de todas las cosas, como está registrado en la Tabla preservada. Cuando escribiste tu sentencia fuiste acusado por tu propia pluma. De ello es testigo la Pluma de Dios, el Altísimo, en su inaccesible posición.

¡Oh tú que te has extraviado! Tú no Me has visto, ni has tenido relación conmigo, ni has sido mi compañero durante la fracción de un instante. ¿Cómo, pues, has ordenado a los hombres que Me maldigan? ¿Has seguido en esto los impulsos de tus propios deseos, o has obedecido a tu Señor? Presenta un signo, si eres uno de los veraces. Atestiguamos que tú has abandonado la Ley de Dios y te has aferrado al dictado de tus pasiones. Nada, en verdad, escapa a Su conocimiento; Él verdaderamente, es el Incomparable, el Informado de Todo. ¡Oh negligente! Escucha lo que el Misericordioso ha revelado en el Corán: "No digáis a todo aquel que os salude al encontraros: 'Tú no eres un creyente'".84 Así lo ha decretado Aquel en cuyo poder se encuentran los reinos de la Revelación y de la creación, si fueras de los que escuchan. Has echado a un lado el mandamiento de Dios y te has asido a los impulsos de tus propios deseos. ¡Desdichado eres tú, entonces, oh negligente que dudas! Si Me niegas, ¿por medio de qué prueba puedes reivindicar la verdad de aquello de lo que hablas? ¡Preséntala, pues, oh tú que has atribuido compañeros a Dios y te has apartado de su soberanía que ha circundado los mundos!

¡Oh necio! Sabe que es verdaderamente sabio quien reconoce mi Revelación, bebe del Océano de mi conocimiento, se remonta en la atmósfera de mi amor, abandona todo excepto a Mí y se aferra firmemente a lo que se ha enviado desde el Reino de mi maravillosa prolación. Él, verdaderamente, es como un ojo para la humanidad y como el espíritu de vida para el cuerpo de toda la creación. Glorificado sea el Todomisericordioso, que le ha iluminado y le ha hecho levantarse a servir a su grande y poderosa Causa. En verdad, tal hombre es bendecido por el Concurso de lo Alto y por quienes moran en el Tabernáculo de Grandeza, que han bebido de mi Vino Sellado en mi Nombre, el Omnipotente, el Todopoderoso. ¡Oh Báqir! Si eres de los que ocupan tan sublime posición, presenta, entonces, un signo de Dios, el Creador de los cielos. Y si reconocieras tu impotencia, refrena tus pasiones y retorna a tu Señor, para que quizás Él te perdone tus pecados, que han hecho que las hojas del divino Árbol del Loto se consumieran en el fuego, que la Roca exclamara y que lloraran los ojos de los hombres de entendimiento. Por tu causa se ha rasgado el Velo de la Divinidad, el Arca ha zozobrado, la Camella ha sido desjarretada y gimió el Espíritu85en su retiro sublime. ¿Discutes con Aquel que viene a ti con los testimonios de Dios y con Sus signos, que tú conoces y que conocen los que moran en la tierra? Abre tus ojos para que contemples a este Agraviado, que brilla sobre el horizonte de la voluntad de Dios, el Soberano, la Verdad, el Resplandeciente. Despeja, pues, el oído de tu corazón para que escuches las palabras del Divino Árbol del Loto que ciertamente ha hecho surgir Dios, el Omnipotente, el Benéfico. Verdaderamente este Árbol, a pesar de lo que Le aconteció debido a tu crueldad y a las transgresiones de los que son como tú, llama en voz alta y convoca a los hombres al Sadratu'l-Muntahá86 y al Horizonte Supremo. Bendita el alma que fija su mirada en el Signo Más Poderoso y el oído que escucha su más dulce Voz, y ¡ay! del que se aparta y actúa inicuamente.

¡Oh tú que te has apartado de Dios! Si mirases al Divino Árbol del Loto con el ojo de la imparcialidad, percibirías las marcas de tu espada en sus brazos, en sus ramas y en sus hojas, a pesar de que Dios te ha creado con el propósito de que reconocieras y sirvieras al Árbol. Reflexiona, para que puedas reconocer tu iniquidad y seas contado entre quienes se han arrepentido. ¿Crees que tenemos miedo de tu crueldad? Sabe y ten por seguro que, desde el primer día en que la voz de la Pluma Más Sublime se elevó entre tierra y cielo, ofrendamos nuestras almas, nuestros cuerpos, nuestros hijos y nuestras posesiones en el sendero de Dios, el Exaltado, el Grande, y Nos gloriamos de ello ante todas las cosas creadas y ante el Concurso de lo Alto. De ello es testigo lo que Nos ha acontecido en este Recto Sendero. ¡Por Dios! Nuestros corazones se consumieron, nuestros cuerpos fueron crucificados y nuestra sangre derramada, mientras nuestros ojos estaban fijos en el horizonte de la amorosa bondad de tu Señor, el Testigo, el que todo lo ve. Cuanto más dolorosas eran sus aflicciones, tanto más grande se hacía el amor del pueblo de Bahá. De su sinceridad es testigo lo que el Todomisericordioso envió en el Corán. Él dice: "Desead, pues, la muerte, si sois sinceros".87 ¿Quién ha de ser preferido, aquel que se ha amparado detrás de cortinas o el que se ha ofrendado en el sendero de Dios? Juzga imparcialmente y no seas de los que vagan aturdidos por el yermo de la falsedad. Las aguas vivas del amor del Más Misericordioso les arrastraron de tal manera que ni las armas del mundo ni las espadas de las naciones les han impedido dirigir su rostro hacia el océano de la munificencia de su Señor, el Dador, el Generoso.

¡Por Dios! Las tribulaciones no han podido acobardarme y el repudio de los sacerdotes ha sido impotente para debilitarme. He hablado, y aún continúo hablando, a los hombres a la cara: "¡La puerta de la gracia se ha abierto y Aquel que es la Aurora de la Justicia ha venido con signos claros y testimonios evidentes de Dios, el Señor de la fuerza y el poder!" Preséntate ante Mí para que oigas los misterios que oyó el hijo de 'Imrán88 sobre el Sinaí de la Sabiduría. Así te lo ordena Aquel que es el Lugar del Amanecer de la Revelación de tu Señor, el Dios de Misericordia, desde su gran Prisión.

¿El liderazgo te ha vuelto orgulloso? Lee atentamente lo que Dios ha revelado al gobernante soberano, el Sultán de Turquía, que Me ha encarcelado en esta fortaleza, para que estés informado de la situación de este Agraviado, tal como fue decretada por Dios, el Uno, el Único, el Informado de todo. ¿Te sientes feliz al ver a los abyectos y a los inútiles como seguidores tuyos? Te apoyan como lo hizo un pueblo antes que ellos, el que siguió a Anás, quien sin prueba ni testimonio concluyente dictó sentencia contra el Espíritu.89

Lee con atención el Kitáb-i-Íqán y lo que el Todomisericordioso ha enviado al rey de París90 y a aquellos que son como él, para que estés enterado de las cosas que han sucedido en el pasado y te convenzas de que no hemos pretendido propagar el desorden por el país una vez que éste ha sido bien ordenado. Nosotros exhortamos a sus siervos totalmente por amor a Dios. Quienquiera lo desee, que se vuelva hacia Él, y el que no lo desee, que se aparte. Nuestro Señor, el Misericordioso, es verdaderamente el que todo Le basta, el Todoalabado. ¡Oh concurso de sacerdotes! Éste es el día en que nada entre todas las cosas, ni ningún nombre entre todos los nombres, puede beneficiaros, excepto este Nombre, al que Dios ha convertido en la Manifestación de Su Causa y la Aurora de Sus más excelentes títulos para todos los que están en el reino de la creación. Bendito es aquel hombre que reconoce la fragancia del Todomisericordioso y se le cuenta entre los firmes. En este día no os beneficiarán vuestras ciencias, ni vuestras artes, ni vuestros tesoros, ni vuestra gloria. Apartad todo eso y dirigid vuestros rostros hacia la Palabra Más Sublime, mediante la cual las Escrituras, los Libros y esta evidente Tabla han sido claramente expuestos. Apartaos, oh asamblea de sacerdotes, de las cosas que habéis compuesto con la pluma de vuestras ociosas fantasías y vanas imaginaciones. ¡Por Dios! El Sol del Conocimiento ha brillado sobre el horizonte de la certeza.

¡Oh Báqir! Lee y recuerda aquello que dijo antiguamente un creyente de tu estirpe: "¿Matarías a un hombre porque dijera "Mi Señor es Dios", cuando Él ya ha venido a ti con signos provenientes de tu Señor? Si fuese mentiroso, su mentira caerá sobre él, pero si fuese veraz, parte de su amenaza caerá sobre ti. En verdad, Dios no guía a quien es un transgresor, un mentiroso".91

¡Oh tú que estás extraviado! Si tienes alguna duda acerca de nuestra conducta, sabe que nosotros atestiguamos lo que Dios mismo ha atestiguado antes de la creación de los cielos y de la tierra: que no hay otro Dios sino Él, el Todopoderoso, el Todomunífico. Damos testimonio de que Él es Uno en su esencia y Uno en sus atributos. Él no tiene igual en todo el universo, ni compañero en toda la creación. Él ha enviado a sus Mensajeros y ha hecho descender sus Libros para que anuncien a sus criaturas el Sendero Recto.

¿Ha sido informado el Sháh, y optó por cerrar sus ojos ante tus actos? ¿O ha sido presa del temor ante los aullidos de una manada de lobos que se han apartado del Sendero de Dios y han seguido tu camino sin una prueba clara o un Libro evidente? Hemos oído que las provincias de Persia han sido adornadas con el ornamento de la justicia. No obstante, cuando las observamos más de cerca, descubrimos que son los lugares del amanecer de la tiranía y las auroras de la injusticia. Vemos a la justicia en las garras de la tiranía. Pedimos a Dios que la libere por medio del poder de su fuerza y su soberanía. Él verdaderamente protege todo cuanto se halla en el cielo y en la tierra. A nadie le es dado el derecho de protestar en contra de nadie, en relación con lo que le ha acontecido a la Causa de Dios. Corresponde al que haya vuelto su rostro hacia el Más Sublime Horizonte aferrarse tenazmente al cordón de la paciencia y poner su confianza en Dios, el que Ayuda en el Peligro, el Irrestringido. ¡Oh vosotros amados de Dios! Bebed abundantemente del manantial de la sabiduría, pasead por el jardín de la sabiduría, remontaos en la atmósfera de la sabiduría y hablad con sabiduría y elocuencia. Así os lo ordena vuestro Señor, el Todopoderoso, el Omnisciente.

¡Oh Báqir! No confíes en tu gloria y en tu poder. Eres como el último rastro de luz solar sobre la cima de la montaña. Pronto se desvanecerá, tal como ha sido decretado por Dios, el que todo lo posee, el Altísimo. Tu gloria y la gloria de los que son como tú os ha sido arrebatada, y esto verdaderamente es lo que ha sido ordenado por Aquel en cuyo poder se halla la Tabla Madre. ¿Dónde se encuentra el que luchó con Dios, y dónde se ha ido quien negó sus signos y se apartó de su soberanía? ¿Dónde están los que asesinaron a sus elegidos y derramaron la sangre de sus Santos? ¡Reflexiona, para que quizás percibas los hálitos de tus acciones, oh necio que dudas! Por vuestra causa se lamentó el Apóstol,92 la Casta93 gimió, los países fueron asolados y la oscuridad cayó sobre todas las regiones. ¡Oh concurso de sacerdotes! Por vosotros fue humillado el pueblo, la enseña del Islam fue arriada y su poderoso trono fue derribado. Cada vez que un hombre de discernimiento ha pretendido atenerse a lo que habría de exaltar el Islam, alzasteis vuestro clamor y con ello se le impidió lograr su propósito, mientras el país permanecía sumido en evidente ruina.

¡Piensa en el Sultán de Turquía! Él no quería la guerra, pero los que son como tú la deseaban. Cuando se encendieron sus fuegos y las llamas se elevaron, el Gobierno y el pueblo se debilitaron como consecuencia de ello. De esto es testigo todo hombre imparcial y perspicaz. Sus calamidades se hicieron tan grandes que el humo que produjeron rodeó la Tierra del Misterio94 y sus contornos, y se hizo manifiesto lo que se había revelado en la Tabla del Sultán. Así se ha decretado en el Libro, por mandato de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.

¡Oh mi Pluma Suprema! Deja de mencionar al Lobo y acuérdate de la Serpiente Hembra,95 cuya crueldad fue la causante de que gimieran todas las cosas creadas y se estremecieran los miembros de los santos. Así te lo ordena el Señor de todos los nombres en esta gloriosa posición. La Casta96 ha clamado a causa de tu iniquidad, ¡y aun así imaginas que perteneces a la familia del Apóstol de Dios! Tu alma te ha instigado de esta manera, oh tú que te has apartado de Dios, el Señor de todo lo que ha sido y lo que será. ¡Juzga con equidad, oh Serpiente Hembra! ¿A causa de qué crimen has picado a los hijos97 del Apóstol de Dios y has saqueado sus bienes? ¿Has negado a Quien te ha creado por su mandato "Sé, y fue"? Has tratado a los hijos del Apóstol de Dios como ni siquiera 'Ád trató a Húd, ni Thamúd a Sálih, ni los judíos al Espíritu de Dios,98 el Señor de todos los seres. ¿Niegas los signos de tu Señor, ante los cuales, tan pronto fueron enviados desde el cielo de su Causa se doblegaron todos los libros del mundo? Medita, para que seas consciente de tus actos. ¡Oh proscrito negligente! Dentro de poco los hálitos del castigo se apoderarán de ti, como se apoderaron de otros antes de ti. Aguarda, oh tú que Le has atribuido compañeros a Dios, el Señor de lo visible e invisible. Éste es el día que Dios anunció a través de la lengua de su Apóstol. Reflexiona, para que comprendas lo que el Todomisericordioso ha enviado en el Corán y en esta Tabla escrita. Éste es el día en que Aquel que es la Aurora de la Revelación ha venido con pruebas evidentes que nadie puede contar. Éste es el día en que todo hombre dotado de percepción ha descubierto la fragancia de la brisa del Todomisericordioso en el mundo de la creación y todo hombre de discernimiento se ha apresurado hacia las aguas vivas de la misericordia de su Señor, el Rey de Reyes. ¡Oh negligente! El relato del Sacrificio99 ha sido narrado de nuevo y el que iba a ser ofrendado ha dirigido sus pasos hacia el lugar del sacrificio, y no regresó a causa de lo que tu mano ha hecho, ¡oh tú, perverso que odias! ¿Has imaginado que el martirio podría degradar esta Causa? No, por Aquel a Quien Dios ha hecho el Depositario de su Revelación, si tú fueras de aquellos que comprenden. Desdichado tú que has atribuido compañeros a Dios, y desdichados los que te han tomado por jefe sin una prueba clara o un Libro evidente. ¡Cuán numerosos los opresores que antes de ti se han alzado para extinguir la luz de Dios, y cuántos los impíos que han asesinado y saqueado hasta que los corazones y las almas de los hombres gimieron por su crueldad! El sol de la justicia se ha oscurecido, por cuanto la personificación de la tiranía se ha sentado en el trono del odio, y aún así la gente no entiende. Han matado a los hijos del Apóstol y han saqueado sus bienes. Di: A tu juicio, ¿fueron sus posesiones quienes negaron a Dios, o ellos mismos? Juzga imparcialmente, oh ignorante que te has apartado de Dios como por un velo. Te has aferrado a la tiranía y has desechado la justicia; por lo cual todas las cosas creadas se han lamentado, y todavía te hallas entre los rebeldes. Has dado muerte a los ancianos y saqueado a los jóvenes. ¿Crees que agotarás lo que tu iniquidad ha amasado? ¡No, por Mí mismo! Así te lo informa el que es conocedor de todo. ¡Por Dios! Las cosas que posees no te beneficiarán, y tampoco lo que has acumulado por medio de tu crueldad. De ello es testigo tu Señor, el Omnisciente. Te has levantado para apagar la luz de esta Causa; en poco tiempo tu propio fuego se habrá extinguido por su mandato. Él, ciertamente, es el Señor de fuerza y poder. Los cambios y azares del mundo y los poderes de las naciones no pueden frustrarle. Él hace lo que Le place y ordena lo que desea mediante el poder de su soberanía. Reflexiona sobre la camella. Aunque no es más que una bestia, el Todomisericordioso la ha exaltado a una posición tan elevada que las lenguas de la tierra hicieron mención de ella y celebraron su alabanza. Él, verdaderamente, protege todo lo que hay en el cielo y en la tierra. No hay otro Dios sino Él, el Todopoderoso, el Grande. De este modo hemos adornado el cielo de nuestra Tabla con los soles de nuestras palabras. Bendito el hombre que lo alcanza y es iluminado con su luz, y desdichados los que se apartan, Le niegan y se extravían lejos de Él. ¡Alabado sea Dios, el Señor de los mundos!

Kitáb-I-'AHD
Libro del Convenio

Aunque el Reino de la Gloria no posee ninguna de las vanidades del mundo, no obstante, dentro del tesoro de la confianza y la resignación, hemos legado a nuestros herederos una herencia excelente e inapreciable. Tesoros terrenales no hemos dejado, y tampoco hemos añadido las preocupaciones que ocasionan. ¡Por Dios! En las riquezas terrenales se oculta el temor y se esconde el peligro. Examinad y recordad lo que el Todomisericordioso ha revelado en el Corán: "Ay de todo difamador y calumniador, y de aquel que amasa y cuenta riquezas".100 Efímeras son las riquezas del mundo; todo lo que perece y cambia no es digno de atención y nunca lo ha sido, excepto en una medida aceptada.

El propósito de este Agraviado al soportar desdichas y tribulaciones, al revelar los Versos Sagrados y al presentar sus pruebas no ha sido sino extinguir la llama del odio y la enemistad, para que el horizonte de los corazones de los hombres se ilumine con la luz de la concordia y alcance la verdadera paz y tranquilidad. El sol de estas palabras brilla resplandeciente desde el punto del amanecer de la Tabla divina; les corresponde a todos fijar su mirada en ella. Os exhortamos, oh pueblos del mundo, a observar aquello que eleve vuestra posición. Asíos al temor a Dios y adheríos firmemente a lo que es correcto. En verdad digo, la lengua es para mencionar lo que es bueno, no la mancilléis con conversaciones indecorosas. Dios ha perdonado lo pasado. En adelante todos deben expresar lo que es decoroso y digno, y deben abstenerse de la calumnia, de la injuria y de todo cuanto pueda causar tristeza a los hombres. ¡Sublime es la posición del hombre! No hace mucho fluyó del tesoro de nuestra Pluma de Gloria esta exaltada Palabra: Grande y bendito es este Día, el Día en que todo lo que estaba latente en el hombre se ha manifestado y se manifestará. Sublime sería la posición del hombre si se aferrase a la rectitud y a la verdad y permaneciese firme y constante en la Causa. A la vista del Todomisericordioso, un verdadero hombre es como el firmamento; el sol y la luna son su vista y su oído, y las estrellas son su carácter brillante y resplandeciente. Suya es la posición más sublime, y su influencia educa al mundo del ser.

Toda alma receptiva que en este Día haya inhalado la fragancia de su vestidura y que con un corazón puro haya vuelto su rostro hacia el Horizonte todoglorioso, se cuenta entre el pueblo de Bahá en el Libro Carmesí. Tomad en mi Nombre el cáliz de mi amorosa bondad y bebed a continuación en mi glorioso y maravilloso recuerdo.

¡Oh vosotros que habitáis en la tierra! La religión de Dios aspira a alcanzar el amor y la unidad; no hagáis de ella la causa de enemistad o disensión. A la vista de los hombres de discernimiento y de quienes contemplan la Visión Más Sublime, cualesquiera que sean los medios efectivos para la salvaguardia y promoción de la felicidad y el bienestar de los hijos de los hombres, ya han sido revelados por la Pluma de Gloria. Pero los necios de la tierra, alimentados por pasiones y deseos malvados, han hecho caso omiso de la suma sabiduría del que es, en verdad, el Omnisapiente, mientras las ociosas fantasías y vanas imaginaciones instigan sus palabras y sus hechos.

¡Oh vosotros los amados y fideicomisarios de Dios! Los reyes son las manifestaciones del poder, y las auroras de la fuerza y la riqueza de Dios. Orad por ellos. Él los ha investido con el señorío sobre la tierra y ha escogido los corazones de los hombres como Su dominio propio.

El conflicto y la contienda están categóricamente prohibidos en Su Libro. Éste es un decreto de Dios en esta Grandísima Revelación. Está divinamente preservado de la anulación y Él lo ha investido con el esplendor de su confirmación. En verdad Él es el Omnisapiente, el Omnisciente.

Incumbe a todos ayudar a esas auroras de autoridad y a esas fuentes de mandato que están adornadas con el ornamento de la justicia y la equidad. Benditos sean los gobernantes y los eruditos entre el pueblo de Bahá. Ellos son mis fideicomisarios entre mis siervos y las manifestaciones de mis mandamientos entre mi pueblo. Sobre ellos sean mi gloria, mis bendiciones y mi gracia, que impregnan el mundo del ser. A este respecto, las palabras reveladas en el Kitáb-i-Aqdas son tales que la luz de la gracia divina brilla luminosa y resplandeciente desde el horizonte de las palabras que ellos pronuncian.

¡Oh vosotros mis Ramas! Una fuerza poderosa, un poder sumo yace oculto en el mundo del ser. Fijad vuestra mirada en él y en su influencia unificadora y no en las diferencias que de él surgen.

La Voluntad del divino Testador es ésta: Incumbe a los Aghsán, a los Afnán, a mis parientes, a todos y cada uno de ellos, volver sus rostros hacia la Más Poderosa Rama. Examinad lo que hemos revelado en nuestro Libro Más Sagrado: "Cuando el océano de mi presencia haya menguado y el Libro de mi Revelación haya concluido, volved vuestros rostros hacia Aquel que Dios ha designado, que ha brotado de esta antigua Raíz". Este verso sagrado no alude sino a la Más Poderosa Rama ['Abdu'l-Bahá]. De este modo os hemos revelado benévolamente nuestra potente Voluntad, y en verdad Yo soy el Munífico, el Todopoderoso. Ciertamente, Dios ha ordenado que la posición de la Rama Mayor [Mu¥ammad 'Alí] esté por debajo de la que ocupa la Más Grande Rama ['Abdu'l-Bahá]. Él es en verdad el Ordenador, el Omnisapiente. Hemos decidido que "la Mayor" vaya después de "la Más Grande" según ha sido decretado por Aquel que es el Sapientísimo, el Informado de todo.

A todos se les ordena manifestar amor a los Aghsán, mas Dios no les ha concedido ningún derecho sobre la propiedad de los demás.

¡Oh vosotros mis Aghsán, mis Afnán y mis parientes! Os exhortamos a temer a Dios, a realizar acciones dignas de alabanza y a obrar de acuerdo con lo que es apropiado y decoroso y sirva para exaltar vuestra posición. Verdaderamente afirmo que el temor de Dios es el mayor comandante que puede hacer victoriosa a la Causa de Dios, y las huestes que se corresponden más con ese comandante siempre han sido y son un carácter íntegro y unas acciones puras y excelentes.

Di: ¡Oh siervos! Que los medios para lograr el orden no se conviertan en motivo de confusión, y que el instrumento de la unión no dé ocasión para la discordia. Abrigamos la esperanza de que el pueblo de Bahá sea guiado por las benditas palabras: "Di: todo es de Dios". Estas exaltadas palabras son como el agua para extinguir el fuego del odio y de la enemistad, cuyo rescoldo arde en los corazones y en los pechos de los hombres. Mediante estas solas palabras los pueblos y razas contendientes alcanzarán la luz de la verdadera unidad. Verdaderamente Él habla la verdad y muestra el camino. Él es el Todopoderoso, el Exaltado, el Munífico.

Incumbe a todos mostrar cortesía y tener consideración con los Aghsán, para que de esta manera la Causa de Dios sea glorificada y su Palabra exaltada. En la Sagrada Escritura se ha mencionado y registrado este mandamiento una y otra vez. Bienaventurado aquel que alcance lo que el Ordenador, el Antiguo de los Días, ha prescrito para él. Se os ordena, además, respetar a los miembros de la Sagrada Familia, a los Afnán y a los parientes. Os exhortamos, además, a servir a todas las naciones y a esforzaros por el mejoramiento del mundo.

Desde el cielo de la prolación de Aquel que es el Deseo del mundo se ha enviado lo que conducirá a la regeneración del mundo y a la salvación de los pueblos y razas de la tierra. Escuchad atentamente los consejos de la Pluma de Gloria. Esto es mejor para vosotros que todo lo que existe sobre la tierra. De esto da testimonio mi glorioso y maravilloso Libro.

LAWÆ-I-ARD-I-BÁ
Tabla de la Tierra de Bá

Alabado sea Aquel que ha honrado la Tierra de Bá101 mediante la presencia de Aquel alrededor del cual giran todos los nombres. Todos los átomos de la tierra han anunciado a todas las cosas creadas que tras la puerta de la Ciudad-Prisión ha aparecido y ha brillado sobre su horizonte el Orbe de la belleza de la grande y Más Poderosa Rama de Dios -su antiguo e inmutable Misterio- prosiguiendo su camino hacia otras tierras. Por ello, la tristeza envuelve a esta Ciudad-Prisión, mientras otras tierras se regocijan. Exaltado, inmensamente exaltado es nuestro Señor, Hacedor de los cielos y Creador de todas las cosas, Aquel a través de cuya soberanía se abrieron las puertas de la prisión, haciendo con ello que se cumpla lo que fuera prometido antaño en las Tablas. Él verdaderamente es potente sobre lo que Él desea, y en su poder se halla el dominio de la creación entera. Él es el Todopoderoso, el Omnisciente, el Omnisapiente.

Bendito, doblemente bendito, es el suelo que sus pasos han hollado, el ojo que se ha alegrado con la belleza de su semblante, el oído que se ha visto honrado al escuchar su llamamiento, el corazón que ha probado la dulzura de su amor, el pecho que se ha dilatado por medio de su recuerdo, la pluma que ha expresado su alabanza, el rollo que ha portado el testimonio de sus escritos. Rogamos a Dios -bendito y exaltado sea Él- que nos conceda el honor de encontrarnos pronto con Él. Él es, en verdad, el que Todo lo Oye, el Todopoderoso, el que está dispuesto a contestar.

EXTRACTOS DE
OTRAS TABLAS

Dios atestigua que no existe otro Dios más que Él y que Aquel que vino del cielo de la revelación divina es el Secreto Oculto, el Misterio Impenetrable, cuyo advenimiento se había predicho en el Libro de Dios y lo habían proclamado sus Profetas y Mensajeros. Por medio de Él se han descifrado los misterios, se han rasgado los velos y se han revelado los signos y las pruebas. ¡Ved! Él se ha manifestado ahora. Saca a la luz todo cuanto desea y holla los lugares altos de la tierra investido con trascendente majestad y poder.

Bendito es el fuerte que destroce los dioses de las vanas imaginaciones mediante la potencia del Nombre de su Señor, Aquel que gobierna sobre todos los hombres.

¡Oh mi Afnán! Gustosamente haremos mención de tu nombre como muestra de Nuestra gracia, para que los dulces aromas de mi recuerdo te atraigan a mi Reino y te acerquen al Tabernáculo de mi majestad, que se ha levantado por medio del poder de este Nombre, un Nombre que ha sacudido todos los cimientos.

Di: ¡Oh pueblos de la tierra! ¡Por la rectitud de Dios! Todo lo que se os ha prometido en los Libros de vuestro Señor, el Gobernante del Día del Retorno, ha aparecido y se ha hecho manifiesto. Cuidado, no sea que los cambios y azares del mundo os mantengan alejados de Aquel que es la Verdad Soberana. Dentro de poco perecerá todo lo visible, y sólo perdurará lo que ha sido revelado por Dios, el Señor de los señores.

Di: Éste es el Día de las acciones meritorias, si sólo lo supierais. Éste es el Día de la glorificación de Dios y de la exposición de su Palabra, si sólo pudieseis percibirlo. Abandonad las cosas corrientes entre los hombres y asíos firmemente a lo que os ha ordenado Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. Rápidamente se acerca el día en que no os será de utilidad ningún tesoro de la tierra. De ello es testigo el Señor de los Nombres, Aquel que proclama: Verdaderamente no hay Dios excepto Él, la Verdad Soberana, el Conocedor de las cosas invisibles.

Bienaventurado eres tú, oh mi Afnán, porque has tenido el honor de recibir mis Versos Sagrados, has inhalado los dulces aromas de mi Revelación y has respondido a mi Llamada, en un momento en que mis siervos y mis criaturas, echando a un lado el Libro Madre y adhiriéndose a los dictados de los exponentes de las ociosas fantasías y las vanas imaginaciones, Me denunciaron. Así ha hablado la Lengua de Grandeza en el reino de la prolación por mandato de Dios, el Señor de la Creación.

Persevera diligentemente en el servicio a la Causa y conserva la posición que se te ha conferido, mediante el poder del Nombre de tu Señor, el Poseedor de todas las cosas visibles e invisibles. ¡Juro por la rectitud de Dios! Si alguien se informara de lo que está velado a los ojos de los hombres, se extasiaría de tal manera que levantaría el vuelo hacia Dios, Señor de todo lo que ha sido y lo que será.

Que mi gloria sea sobre ti y sobre quienes se han acercado a Él y comprenden el significado de lo que la exaltada Pluma de Dios, el Todoamoroso, ha registrado en esta Tabla.

Toda alabanza sea para Ti, oh mi Dios, pues has adornado el mundo con el esplendor de la aurora que sigue a la noche en que nació Aquel que anunció la Manifestación de tu trascendente soberanía, el Amanecer de tu Esencia divina y la Revelación de tu supremo Señorío. Te ruego, oh Creador de los cielos y Modelador de los nombres, que muníficamente ayudes a los que se han amparado bajo la sombra de tu abundante misericordia y han elevado sus voces entre los pueblos del mundo en glorificación de tu Nombre.

¡Oh mi Dios! Tú ves al Señor de toda la humanidad confinado en su Más Grande Prisión, gritando tu Nombre, mirando fijamente tu rostro, proclamando lo que ha extasiado a los habitantes de tus reinos de revelación y de creación. ¡Oh mi Dios! Contemplo mi Propio Ser cautivo en las manos de tus siervos, y sin embargo la luz de tu soberanía y las revelaciones de tu invencible poder brillan resplandecientes desde Su rostro, permitiendo que todos sepan con certeza que Tú eres Dios y que no hay otro Dios más que Tú. Ni el poder de los poderosos puede frustrarte, ni el dominio de los gobernantes puede prevalecer en tu contra. Tú haces todo lo que deseas en virtud de tu soberanía, que abarca todas las cosas creadas, y ordenas lo que Te place mediante la potencia de tu mandato, que impregna a la creación entera.

Te imploro, por la gloria de tu Manifestación y por la fuerza de tu poder, tu soberanía y tu exaltación, que hagas victoriosos a quienes se han levantado para servirte, han ayudado a tu Causa y se han postrado ante el esplendor de la luz de tu rostro. Hazles, pues, victoriosos, oh mi Dios, sobre tus enemigos y haz que sean firmes en tu servicio, para que por medio de ellos se demuestren las pruebas de tu dominio a través de tus reinos y se manifiesten en tus tierras las señales de tu indomable poder. Verdaderamente Tú eres potente para hacer lo que deseas; no hay otro Dios más que Tú, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.

Esta gloriosa Tabla ha sido revelada en el Aniversario del Nacimiento102 para que la recites con espíritu de humildad y súplica y des gracias a tu Señor, el Omnisciente, el Informado de Todo. Esfuérzate al máximo por prestar servicio a Dios, para que de ti surja lo que inmortalice tu memoria en su cielo glorioso y exaltado.

Di: ¡Glorificado eres Tú, oh mi Dios! Te imploro, por el Lugar del Amanecer de tus signos y por el Revelador de tus claras señales, que me permitas asirme firmemente en todas las situaciones al cordón de tu amorosa providencia y sujetarme tenazmente al borde de tu generosidad. Cuéntame entre aquellos a quienes los cambios y azares del mundo no les han impedido servirte y mostrarte lealtad, a quienes el violento ataque de la gente no ha podido impedirles magnificar tu Nombre y celebrar tu alabanza. Asísteme benignamente, oh mi Señor, para que haga lo que Tú amas y deseas. Permíteme, pues, cumplir lo que exalte tu Nombre y encienda el fuego de tu amor.

Tu eres, en verdad, el Perdonador, el Generoso.

¡Oh Æusayn! Permita Dios que seas siempre brillante y radiante, que resplandezcas con la luz del Sol de la Verdad y que sueltes tu lengua para alabar el Nombre de Dios, que es la más loable de todas las acciones.

Piensa en la multitud de almas que parecen estar intensamente anhelantes y sedientas, y, sin embargo, cuando el Océano de aguas vivas se agitó en el mundo del ser, permanecieron privadas de él, puesto que fueron incapaces de renunciar a las ociosas fantasías y no lograron conocer conscientemente a Aquel que es el Objeto de todo conocimiento. Este fracaso es la retribución por las acciones que sus manos hicieron en el pasado.

Da gracias al Bienamado del mundo por haberte ayudado benévolamente a alcanzar la confirmación en esta gloriosa Causa. Ruégale, además, que haga a sus amados firmes en ella, pues los escritos incendiarios de quienes crean la maldad se han difundido y se ha elevado el clamor de los agoreros del mal. Felices quienes se apartan de todo excepto de Dios y se aferran firmemente a lo que les ha ordenado el Señor de fuerza y de poder.

Que su gloria sea sobre ti y sobre aquellos a quienes les ha sido permitido reconocer y abrazar esta poderosa Causa.

Ésta es una Tabla que el Señor de todos los seres ha enviado desde su gloriosa posición en honor a aquel que cree en Dios, el Todopoderoso, el Todoamoroso.

Bienaventurado el caminante que reconoce al Deseado, el buscador que presta atención al Llamamiento de Aquel que es la Meta prometida de toda la humanidad y el erudito que cree en Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo.

Cuán inmenso es el número de los eruditos que se han apartado del camino de Dios, y cuán numerosos los hombres desprovistos de conocimientos que han comprendido la verdad y se han apresurado hacia Él, diciendo: "Alabado seas Tú, Señor de todas las cosas visibles e invisibles".

¡Por la rectitud de Dios! El horizonte del mundo resplandece con la luz de la Luminaria Más Grande, y sin embargo la mayoría de la humanidad no lo percibe. Verdaderamente Aquel que es la Verdad Soberana se mueve a la vista de todos los hombres. De esto da testimonio Aquel que en el corazón mismo del mundo proclama: "En verdad, no existe otro Dios fuera de Mí, Omnipotente sobre todas las cosas, ya sean del pasado o del futuro".

Grande es la bienaventuranza del creyente que se dirige hacia Él y consigue llegar a su presencia, y ¡ay! de todos los descreídos que se apartan de Dios y siguen a los rebeldes y los proscritos.

Oh amigo! En el Bayán les hemos ordenado a todos, en esta Más Grande Revelación, que vean con sus propios ojos y oigan con sus propios oídos. No obstante, cuando el horizonte del mundo se iluminó con la resplandeciente luz de esta Revelación, mucha gente olvidó este mandamiento divino, perdió de vista esta exhortación celestial y se sumergió en las vanas imaginaciones que su mente ideó. Ciertamente, el rostro del sol de la justicia y la equidad está oculto tras las nubes de las ociosas fantasías concebidas por los necios. Por lo tanto, no debe sorprender que los movimientos de las aves de la oscuridad llamen la atención. Mediante la potencia del Nombre del Bienamado, invitad a las almas receptivas a la santa corte de Dios, para que quizás no permanezcan privados de la Fuente celestial de agua viva. Él es, en verdad, el Bondadoso, el Perdonador.

La mirada de la amorosa bondad de Dios -exaltado y glorificado sea Él- ha estado eternamente dirigida hacia sus amados amigos; verdaderamente Él es el que sabe y recuerda.

¡Oh Javád! Tal es la grandeza de este Día que la Hora misma es presa de la perturbación y todas las Escrituras celestiales evidencian su abrumadora majestad. En este Día el Libro testifica solemnemente su gloria y la Balanza se ve impulsada a elevar su voz. Éste es el Día en que el Sirát clama en voz alta: "Yo soy el Sendero recto", y el monte Sinaí exclama: "Verdaderamente ha venido el Señor de la Revelación".

Vencidos por la embriaguez de las inclinaciones corruptas, los pueblos de la tierra se encuentran en estado de estupor. Por lo tanto, están excluidos de los maravillosos signos de Dios, no se les permite alcanzar la meta final y están privados de las generosas efusiones de la gracia divina.

Al pueblo de Dios le incumbe ser paciente. Deben dar a conocer la Palabra de Dios de acuerdo con la capacidad específica del entendimiento del oyente y con sus aptitudes, para que acaso los hijos de los hombres se despierten de la negligencia y dirijan sus rostros hacia este Horizonte que es inconmensurablemente exaltado por encima de todos los horizontes.

¡Oh Javád! Siempre se te han concedido las múltiples generosidades de Dios y se te seguirán concediendo. ¡Alabado sea Dios! Tú has sido resguardado del mayor de los terrores y has logrado acercarte a la Más Grande Generosidad en un tiempo en que a todos los hombres se les impidió reconocer al Rey eterno debido a la interposición de los velos de la gloria externa, es decir, los sacerdotes de este día. Cuida este testimonio dictado por la Pluma Todogloriosa tanto como tu propia vida, y lucha con todas tus fuerzas por preservarlo mediante la potencia del Nombre de Aquel que es el Bienamado de la creación entera, para que este sublime honor pueda estar a salvo de los ojos y las manos de los ladrones. Verdaderamente tu Señor es el Expositor, el Omnisciente.

Transmite los saludos de este Agraviado a todos los amados amigos de esa región y haz que rememoren nuestros maravillosos y exaltados recuerdos, para que acaso abandonen las cosas corrientes entre ellos, fijen sus corazones en lo que tiene relación con Dios y permanezcan limpios de acciones y ocupaciones indignas.

Que la gloria del Todopoderoso, el Todosabio, sea contigo y con tus parientes.

Hacemos mención de aquel que ha sido atraído por nuestra Llamada cuando ésta se elevó desde la cima de trascendente gloria y ha dirigido su rostro hacia Dios, el Señor de la creación. Él se cuenta entre quienes han escuchado y han respondido al llamamiento de su Señor en un tiempo en que los pueblos del mundo están envueltos en velos tangibles. Él testifica lo que Dios ha testificado, y reconoce su creencia en lo que ha expresado la Lengua de Grandeza. De ello es testigo el Señor de los Nombres en esta maravillosa Tabla.

¡Oh mi exaltada Pluma! Llévale en mi nombre las gozosas nuevas relativas a lo que Dios, el Poderoso, el Omnipotente, ha reservado para él. Ciertamente, la mayor parte del tiempo él ha estado rodeado de múltiples aflicciones, y en verdad su misericordioso Señor es Quien ve y conoce todas las cosas. Regocíjate con suma alegría, por cuanto este Agraviado ha vuelto su rostro hacia ti, ha mencionado tu nombre anteriormente y lo menciona en este mismo momento.

Hazles llegar recuerdos en mi Nombre a mis amados y comunícales las nuevas de las bondadosas generosidades de su Señor, el Donador, el Todogeneroso. Enviamos nuestros saludos desde esta exaltada posición a aquellos creyentes que se han asido firmemente al Asa Segura y han bebido del vino escogido de la constancia de la mano del favor de su Señor, el Todopoderoso, el Todoalabado.

En este Día la facultad del oído exclama: "Éste es mi Día, en el que oigo la maravillosa Voz proveniente de los recintos de la Prisión de mi Señor, el Perspicuo, el que escucha". Y la facultad de la vista clama en voz alta: "Verdaderamente éste es mi Día, pues contemplo la Aurora de gloria que brilla resplandeciente por mandato de Aquel que es el Ordenador, el Todopoderoso". Bienaventurado el oído que escucha el llamamiento: "Mirad, y Me veréis";103 y dichoso el ojo que mira fijamente al Signo más maravilloso que surge de este luminoso horizonte.

Di: ¡Oh asamblea de gobernantes, eruditos y sabios! El Día Prometido ha llegado y el Señor de las Huestes ha aparecido. Regocijaos con gran gozo por esta suprema felicidad. Ayudadle, pues, a través del poder de la sabiduría y la prolación. Así os lo ordena el que siempre ha proclamado: "Verdaderamente no hay Dios sino Yo, el Omnisciente, el Todosabio".

Que su gloria sea sobre ti, sobre aquellos que están contigo y sobre quienes te quieren y prestan atención a las palabras que pronuncies en glorificación de esta poderosa y trascendente Revelación.

¡Oh tú que llevas mi Nombre, Júd!104 Sobre ti sea mi Gloria. Presta atención a aquello que escuchaste antaño, cuando el Sol del testimonio brillaba resplandeciente sobre el horizonte de 'Iráq, cuando Baghdád era la Sede del Trono de tu Señor, el Exaltado, el Poderoso.

Soy testigo de que has escuchado la melodía de Dios y sus dulces acentos, has inclinado tu oído hacia el arrullo de la Paloma de la Revelación divina y has escuchado al Ruiseñor de la fidelidad que derrama sus notas sobre la Rama de Gloria: Verdaderamente no hay otro Dios sino Yo, el Incomparable, el Informado de todo.

¡Oh tú que llevas mi Nombre! Las miradas de la amorosa bondad de Dios han sido y continuarán siendo dirigidas hacia ti. Mientras estabas en su presencia has escuchado la Voz del Dios único y verdadero -exaltada sea su gloria- y has contemplado el esplendor no velado de la Luz del conocimiento divino. ¡Medita un poco! ¡Cuán sublimes son las palabras de Aquel que es la Verdad Soberana, y cuán abyectas son las ociosas contiendas de la gente! La acumulación de vanas fantasías ha obstruido los oídos de los hombres y les ha impedido escuchar la Voz de Dios, y los velos de la erudición humana y de las falsas imaginaciones han impedido que sus ojos contemplen el esplendor de la luz de su semblante. Con el brazo de la fuerza y el poder rescatamos cierto número de almas de la ciénaga de la extinción inminente y les permitimos alcanzar la Aurora de Gloria. Además hemos puesto al descubierto los misterios divinos y hemos predicho los acontecimientos futuros en el más explícito lenguaje, para que ni las dudas de los que no tienen fe, ni las obras de los recalcitrantes, ni las murmuraciones de los negligentes puedan impedir que los buscadores de la verdad se acerquen a la Fuente de la luz del Dios único y verdadero. No obstante, la epilepsia parece haberse apoderado de algunas personas, y a otros se les ha arrancado como si fueran tocones huecos. Abandonan a Dios, el Más Exaltado (Aquel ante cuya revelación de un solo verso palidecen de humildad e insignificancia todas las Escrituras del pasado y las de tiempos más recientes), y dirigen sus corazones a las falsas patrañas y siguen las palabras vacías.

Tú has bebido, sin duda, del océano de mis palabras y has atestiguado el refulgente esplendor del orbe de mi sabiduría. También has oído los dichos de los infieles que ni están familiarizados con los fundamentos de la Fe ni han probado este Vino escogido cuyo sello ha sido roto por el poder de mi Nombre, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. Implora a Dios para que a los creyentes que están dotados de verdadero entendimiento se les permita muníficamente hacer lo que Le es grato a Él.

Cuán extraño es que, a pesar del vibrante Llamamiento, a pesar de la aparición de esta maravillosísima Revelación, observemos que los hombres, en su mayoría, han dirigido sus corazones a las vanidades del mundo y están penosamente desalentados y perturbados debido a las dudas prevalecientes y a las sugerencias malignas. Di: Éste es el Día de Dios Mismo; temed a Dios y no seáis de aquellos que no han creído en Él. Echad a un lado las patrañas ociosas y contemplad mi Revelación a través de mis ojos. Se os ha exhortado a hacer esto en Libros y Escrituras celestiales, en los Rollos y en las Tablas.

Levántate a servir la Causa de tu Señor; luego, comunica al pueblo las alegres nuevas relativas a esta Luz resplandeciente, cuya revelación ha sido anunciada por Dios a través de sus Profetas y Mensajeros. Además, advierte a todos que observen prudencia, como fue ordenado por él, y aconséjales en el Nombre de Dios, diciendo: En este día incumbe a todos dedicarse a la enseñanza de la Causa con la mayor prudencia y firmeza. Si alguien descubriese un suelo puro, que siembre la semilla de la Palabra de Dios; de lo contrario, sería preferible guardar silencio.

No hace mucho tiempo, la Pluma Todogloriosa reveló esta muy sublime Palabra en el Libro Carmesí: "El cielo de la sabiduría divina está iluminado por dos luminarias: la consulta y la compasión". Quiera Dios que a todo el mundo se le permita cumplir esta importante y bendita palabra.

Ciertas personas parecen estar totalmente privadas de entendimiento. Al aferrarse al cordón de las ociosas fantasías, se han apartado ellas mismas del Asa Segura. ¡Juro por mi vida! Si por un momento reflexionasen con imparcialidad sobre lo que ha enviado el Todomisericordioso, todos y cada uno de ellos pronunciarían espontáneamente estas palabras: "Verdaderamente Tú eres la Verdad, la Verdad manifiesta".

Te incumbe volver tu mirada al Dios único y verdadero en toda circunstancia y tratar de servir a su Causa diligentemente. Recuerda cuando estuviste en mi compañía, en el Tabernáculo de Gloria, y escuchaste de Mí lo que el que conversó con Dios105 escuchó en el Sinaí del conocimiento divino. De esta manera te hemos ayudado bondadosamente, te hemos permitido reconocer la verdad y te hemos advertido, para que des gracias a tu bondadoso Señor. Deberías salvaguardar esta sublime posición mediante la potencia de mi Nombre, el Omnipotente, el Fiel.

Transmite mis saludos en mi Nombre a mis amados y permite que escuchen mi dulce Voz. Así te lo ordena Aquel que te ha ordenado en el pasado; en verdad Yo soy el Ordenador, el Informado de todo. Gloria sea a ti y a todos los que escuchan tus palabras referentes a esta Causa trascendental y te aman por amor a Dios, el Señor de los mundos.

¡Oh Haydar!106 Este Agraviado ha oído tu voz, que se ha elevado en el servicio de la Causa de Dios y está plenamente enterado del sentimiento de alegría que su amor ha despertado en tu corazón y del dolor de tu angustia por lo que les ha sucedido a sus amados. ¡Juro por el Señor de la misericordia! El mundo entero está abrumado de pesar, mientras la humanidad se encuentra perpleja con dudas y disensiones. El pueblo de Dios, el Señor de los Nombres, está tan penosamente acosado por los enemigos, que el Paraíso supremo se ha lamentado y los moradores del altísimo Cielo y aquellos que día y noche giran alrededor del Trono han gemido en voz alta.

¡Oh 'Alí! Las aflicciones y las tristezas son impotentes para refrenar a tu Señor, el Todomisericordioso. En verdad, Él se ha levantado para defender la Causa de Dios, de manera tal que ni el arrollador poder del mundo ni la tiranía de las naciones podrán jamás inquietarle. Él clama en voz alta entre la tierra y el cielo, diciendo: El Día Prometido ha llegado. El Señor de la creación proclama: Verdaderamente no hay otro Dios aparte de Mí, el Todopoderoso, el Todogeneroso.

¡Oh 'Alí! Los inmaduros desean apagar con su boca la luz de Dios y extinguir con sus acciones la llama de la Zarza Ardiente. Di: Miserable, en verdad, es vuestra condición, oh vosotros, personificaciones del engaño. Temed a Dios y no rechacéis la gracia celestial que ha derramado su esplendor sobre todas las regiones. Di: Ha aparecido Aquel que es el Exponente del Nombre oculto, si sólo lo supierais. Ha llegado Aquel cuyo advenimiento se ha predicho en las Escrituras celestiales, si sólo lo entendieseis. El horizonte del mundo se ha iluminado con los resplandores de esta Grandísima Revelación. Apresuraos con corazones radiantes y no seáis de los que están privados de entendimiento. La Hora señalada ha sonado y la humanidad está abatida. De ello son testigos los honorables siervos de Dios.

¡Oh Haydar 'Alí! ¡Juro por la rectitud de Dios! El Toque ha sonado en la trompeta del Bayán tal como decretó el Señor, el Misericordioso, y todos los que están en los cielos y en la tierra se han desvanecido, a excepción de aquellos que se han desprendido del mundo aferrándose firmemente al Cordón de Dios, el Señor de la humanidad. Éste es el Día en que la tierra brilla con la refulgente luz de tu Señor, pero la gente está perdida en el error y ha sido ocultada como por un velo. Deseamos regenerar el mundo, y sin embargo la gente ha resuelto poner fin a mi vida. Así se lo ha instigado su corazón en este Día, Día que se hizo brillante por la radiante luz del semblante de su Señor, el Omnipotente, el Todopoderoso, el Irrestringido. El Libro Madre ha elevado su Voz, pero la gente está privada del oído. La Tabla Preservada ha sido revelada con la verdad, pero, sin embargo, la mayoría de la humanidad no la lee con atención. Ellos han negado el munífico favor de Dios después de que les fuera enviado y se han apartado de Dios, el Conocedor de las cosas invisibles. Se aferran firmemente al borde de las ociosas fantasías, dando la espalda al Nombre oculto del Todopoderoso.

Di: ¡Oh asamblea de sacerdotes! Sed justos en vuestro juicio, os lo imploro por Dios. Presentad, pues, cuantas pruebas y testimonios poseáis, si habéis de contaros entre los habitantes de esta gloriosa morada. Dirigid vuestros corazones hacia la Aurora de la Revelación divina, para que desvelemos ante vuestros ojos el equivalente a todos los versos, pruebas, testimonios, afirmaciones y evidencias que vosotros y las otras razas de la tierra conocéis. Temed a Dios y no seáis de aquellos que merecen el castigo de Dios, el Señor de la creación.

Éste es el Día en que el Océano del conocimiento ha elevado su Voz y ha producido sus perlas. ¡Si lo supierais! De hecho, el cielo del Bayán se ha elevado por mandato de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. ¡Juro por Dios! La Esencia del conocimiento exclama y dice: ¡Mirad! Aquel que es el Objeto de todo conocimiento ha llegado y por su advenimiento han sido embellecidos los Libros sagrados de Dios, el Munífico, el Amoroso. Toda revelación de gracia, toda muestra de dones excelentes emana de Él y a Él retorna.

Temed a Dios, oh asamblea de necios, y no inflijáis tribulaciones a aquellos que no han deseado nada salvo lo que Dios ha deseado. Además, si prestáis atención a mi llamada, no sigáis vuestros deseos egoístas. Se acerca el día en que todo lo que ahora se percibe se habrá desvanecido y vosotros lloraréis por haber faltado a vuestro deber hacia Dios. De ello es testigo esta Tabla escrita.

Regocíjate con gran alegría porque te hemos recordado tanto ahora como en el pasado. En verdad, los dulces aromas de este recuerdo perdurarán y no cambiarán en toda la eternidad de los Nombres de Dios, el Señor de la humanidad. Benévolamente hemos aceptado tus oraciones, tus alabanzas, tu trabajo de enseñanza y los servicios que has prestado por amor a este poderoso Anuncio. También hemos escuchado lo que tu lengua ha manifestado en las reuniones y asambleas. Verdaderamente tu Señor escucha y observa todas las cosas. Te hemos ataviado con la vestidura de mi beneplácito en mi Reino celestial, y te llamamos en voz alta desde el Divino Árbol del Loto que se levanta en los límites del valle de la seguridad y la paz, situado en el Punto luminoso más allá de la Ciudad gloriosa, diciendo: En verdad, no hay Dios sino Yo, el Omnisciente, el Todosabio. Te hemos dado la existencia para servirme, para glorificar mi Palabra y para proclamar mi Causa. Concentra tus energías sólo en aquello para lo que has sido creado en virtud de la Voluntad del Ordenador supremo, el Antiguo de los Días.

En este momento recordamos a nuestros amados y les traemos las gozosas nuevas de la gracia indefectible de Dios y de las cosas que se han dispuesto para ellos en mi claro Libro. Habéis tolerado la censura de los enemigos por mi amor y habéis soportado firmemente en mi Sendero las penosas crueldades que los impíos os han infligido. De ello Yo mismo soy testigo, y Yo soy el Omnisciente. Cuán enorme es el número de lugares que han sido ennoblecidos con vuestra sangre por amor a Dios. Cuán numerosas son las ciudades donde se ha elevado la voz de vuestras lamentaciones y se han alzado los gemidos de vuestra angustia. Cuántas son las prisiones a las que habéis sido arrojados por las huestes de la tiranía. Sabed con certeza que Él os hará victoriosos, os exaltará entre los pueblos del mundo y mostrará vuestro alto rango a la vista de todas las naciones. Con toda seguridad, Él no permitirá que se pierda la recompensa de sus favorecidos.

Prestad atención, no sea que os entristezcan las acciones que han llevado a cabo las personificaciones de la ociosa fantasía u os aflijan los actos cometidos por todos los opresores rebeldes. Tomad el cáliz de la constancia mediante el poder de su Nombre, bebed de él en virtud de la soberanía de Dios, el Poderoso, el Omnipotente. De este modo, el Sol de mi tierna compasión y amorosa bondad brilló sobre el horizonte de esta Tabla, para que deis gracias a vuestro Señor, el Todopoderoso, el Todogeneroso.

La gloria que ha alboreado resplandeciente desde el cielo de mi prolación sea sobre ti y sobre quienes se han dirigido hacia ti y han inclinado sus oídos a las palabras que tu boca ha expresado acerca de esta gloriosa y augusta Revelación.

¡Por la rectitud de Dios! El Libro Madre se ha hecho manifiesto, emplazando a la humanidad ante Dios, el Señor de los mundos, mientras los mares proclaman: El Más Grande Océano ha aparecido, y de sus olas se puede oír el grito atronador: "Verdaderamente no hay Dios sino Yo, el Incomparable, el Omnisciente". Y los árboles, elevando su clamor, exclaman: ¡Oh gentes del mundo! La voz del Divino Árbol del Loto está sonando claramente y el grito estridente de la Pluma de Gloria está sonando en voz alta: Prestad atención y no seáis de los negligentes. El sol está llamando: ¡Oh asamblea de sacerdotes! El cielo de las religiones está partido, la luna está hendida y los pueblos de la tierra están reunidos en una nueva resurrección. Temed a Dios y no sigáis los impulsos de vuestras pasiones; antes bien, seguid a Aquel de Quien han dado testimonio todas las Escrituras de Dios, el Omnisciente, el Omnisapiente.

El episodio del Sinaí se ha representado de nuevo en esta Revelación, y Aquel que conversó sobre el Monte está llamando en alta voz: Verdaderamente ha llegado el Deseado sobre el trono de la certeza, si sólo pudieseis percibirlo. Él ha exhortado a todos los hombres a observar lo que conduce a la exaltación de la Causa de Dios y guiará a la humanidad hacia su Recto Sendero.

¡Cuán vasto el número de los oprimidos que se han extasiado por el llamado de Dios! ¡Cuán numerosos los potentados que se han levantado para cometer actos de agresión y han hecho que se lamentaran los habitantes del más alto Paraíso y que los moradores de esta gloriosa sede gimieran de dolor! ¡Cuán grande la multitud de pobres que han bebido del vino escogido de la Revelación divina y cuántos los ricos que se han apartado, han rechazado la verdad y han manifestado su incredulidad en Dios, Señor de este bendito y maravilloso Día!

Di: Temed a Dios, y luego sed imparciales al juzgar este gran Anuncio, ante el cual, tan pronto como brilló, todo anuncio trascendental se inclinó en adoración. Di: ¡Oh asamblea de necios! Si Le rechazáis, ¿por medio de qué prueba podréis demostrar vuestra fidelidad a los anteriores Mensajeros de Dios o reivindicar vuestra creencia en lo que Él ha enviado desde su poderoso y exaltado reino? ¿Qué beneficio os confieren vuestras posesiones? ¿Qué protección pueden daros vuestros tesoros? Ninguna, juro por el Espíritu de Dios que penetra todo lo que está en los cielos y en la tierra. Arrojad lo que habéis acumulado con las manos de la ociosa fantasía y las vanas imaginaciones y asíos firmemente al Libro de Dios, que ha sido enviado en virtud de su autoridad inviolable y que se impone sobre todo.

Tu carta le fue mostrada a este Agraviado, y en tu honor hemos revelado esta Tabla, de la cual se difunde la fragancia del munífico favor de tu Señor, el Compasivo, el Generoso. Imploramos a Dios que haga de ti un estandarte que se iza en la ciudad de su Recuerdo y que exalte tu posición en esta Causa, una Causa bajo cuya sombra los sinceros de Dios verán buscar refugio a los pueblos y razas de la tierra. Verdaderamente tu Señor sabe e informa. Además Le rogamos que te nutra con lo mejor de cuanto se guarda en su Libro. Él es, en verdad, el que escucha y responde a la llamada.

Continúa ayudando a esta Causa por medio del poder fortalecedor de las huestes de la sabiduría y la prolación. Así lo ha decretado Dios, el Munífico, el Todoalabado. Bienaventurado sea el creyente que en este Día abraza la Verdad, y el hombre de firme determinación a quien no pueden atemorizar las huestes de la tiranía.

La gloria que brilla por encima del horizonte de la prolación sea sobre ti y sobre aquellos creyentes que han asido el cáliz de su vino sellado por medio del poder de su Nombre, el que Subsiste por Sí Mismo, y han bebido abundantemente a pesar de aquellos que han cuestionado la verdad de este gran Anuncio, del que Dios ha dado testimonio en su precioso y antiguo Libro.

¡Oh Mu¥ammad Æusayn! Prepárate para recibir las efusiones de la amorosa bondad de Dios, Señor de los mundos. El Todomisericordioso Se ha dignado concederte perlas del conocimiento del Océano de la gracia de Dios, el Todopoderoso, el Exaltadísimo.

¿Dónde está el hombre perspicaz que reconozca y perciba la verdad? ¿Dónde se encuentra el hombre capaz de oír que escuche mi maravillosa Voz que llama desde el reino de gloria? ¿Dónde está el alma que vuelva su rostro hacia el Divino Árbol del Loto de forma tal que ni el poder abrumador de los reyes ni el violento alboroto de sus súbditos puedan impedirle elevar su voz en medio de la creación entera mediante el poder de la sabiduría y la prolación y dar testimonio de lo que Dios ha atestiguado: que verdaderamente no hay otro Dios excepto Él, el Poderoso, el Invencible, el Omnipotente, el que conoce, el Sabio?

¡Oh Æusayn! Se ha mencionado tu nombre en la Más Grande Prisión ante este Agraviado, y hemos revelado para ti aquello con lo cual ninguno de los libros del mundo puede compararse. De ello es testigo el Rey de la eternidad, y sin embargo la mayor parte de la humanidad se cuenta entre los negligentes. Desde el lugar del amanecer del testimonio hemos elevado el Llamamiento para todos los que moran en el reino de la creación. Entre los hombres se encuentran quienes han sido transportados por la fragancia de las palabras de su Señor, de manera tal que, en su ansiedad por alcanzar la corte de la presencia de Dios, Señor del poderoso trono, han abandonado todo lo que tiene relación con los hombres. También se encuentran quienes están totalmente perplejos e indecisos. Otros se han apresurado a alzar el vuelo para contestar al Llamamiento de su Señor, el Antiguo de los Días. Aun otros se apartaron, rechazaron la verdad y finalmente no creyeron en Dios, el Todopoderoso, el Todoalabado. Y todavía hay otros que han dictado sentencia contra Él con tal crueldad que ha hecho lamentarse a toda alma sabia y perspicaz. Les hemos llamado benévolamente al río que es en verdad la vida, mientras ellos, con manifiesta injusticia, han decretado el derramamiento de mi sangre. De esta forma ha brillado el Sol de la sabiduría sobre el horizonte de las palabras de tu Señor, el Todomisericordioso. Si alcanzaras su luz, te incumbe magnificar la alabanza de tu Señor y decir: Te doy gracias, oh Dios de los mundos.

Bendito eres tú y aquellos a quienes ni el mundo ni sus vanidades han podido apartar de este luminoso Horizonte.

Haz llegar saludos de mi parte a mis amados. Les exhortamos a ser sabios, tal como se decretó en mi maravilloso Libro.

¡Oh mi sierva y mi hoja! Regocíjate con gran alegría, pues tu llamada ha ascendido hasta el Divino Árbol del Loto y es respondida desde el Horizonte todoglorioso. Verdaderamente no hay otro Dios excepto Yo, el Agraviado, el Desterrado.

Nosotros Nos hemos revelado a los hombres, hemos desvelado la Causa, hemos guiado a toda la humanidad hacia el Recto Sendero de Dios, hemos promulgado las leyes y hemos ordenado a todos lo que en verdad les beneficiará tanto en este mundo como en el venidero, y sin embargo han dictado sentencia con el fin de derramar mi sangre, por lo cual la Doncella del Cielo ha llorado amargamente, el Sinaí se ha lamentado y se ha hecho suspirar de dolor al Espíritu Fiel.

En estos días la gente se ha excluido a sí misma de las efusiones de la gracia divina, al seguir los pasos de todos los ignorantes que se han extraviado. Se han apartado del Océano del conocimiento divino y han fijado su mirada en hombres tan necios que pretenden estar bien versados en la erudición sin estar respaldados por ninguna prueba procedente de Dios, el Señor de la humanidad.

Bienaventurada eres tú, pues has abandonado las ociosas imaginaciones y te has asido firmemente al Cordón de Dios que ningún hombre puede romper. Piensa en el bondadoso favor de Dios, exaltada sea su gloria. Cuán numerosos son los reyes y reinas de la tierra que, a pesar de tanto anhelo, tanta expectativa y espera, han sido excluidos de Aquel que es el deseo del mundo, mientras que tú lo has alcanzado. Dios mediante, podrás realizar una acción cuya fragancia perdurará tanto como perduren los Nombres de Dios, exaltada sea su gloria. ¡Por la rectitud de Dios! El título "Oh mi sierva" supera con creces todo cuanto puede verse en el mundo. Dentro de poco los ojos de la humanidad se iluminarán y se alegrarán al reconocer lo que nuestra Pluma de Gloria ha revelado.

Bendita eres tú y bendita la madre que te ha criado. Aprecia el valor de esta posición y levántate a servir su Causa de modo tal que las ociosas fantasías e insinuaciones de los que dudan no te aparten de esta elevada determinación. El Sol de la certeza brilla resplandeciente, pero las gentes del mundo se aferran a las vanas imaginaciones. El Océano del conocimiento divino ha crecido, en tanto los hijos de los hombres se aferran al borde de los necios. De no ser por la infalible gracia de Dios -exaltada sea su gloria-, ningún antídoto podría curar jamás estas enfermedades crónicas.

Haz llegar mis saludos a las siervas de Dios en esa región y llévales las alegres nuevas de que les son otorgadas su tierna misericordia y su gracia. Elevada, en verdad, es la posición que hemos destinado para ti. Te incumbe alabar y dar gracias a tu Señor, el Munífico, el Generosísimo. Glorificado sea Dios, el Exaltado, el Grande.

Proveniente de la Lengua de Aquel que es el Poseedor de todos los seres y el Señor del trono de lo alto y de la tierra que está abajo, exaltada sea la gloria de su prolación, en un tiempo se escuchó esta sublime Palabra: La piedad y el desprendimiento son las dos luminarias más grandes del cielo de la enseñanza. Bienaventurado aquel que alcanza esta suprema posición, esta morada de santidad y sublimidad trascendentes.

Esta es una Tabla enviada por el Todomisericordioso desde el Reino de la prolación para todos los habitantes de la tierra. Feliz el hombre que escucha y presta atención, y ¡ay! de aquel que yerra y duda. Éste es el Día que ha sido iluminado por la refulgente luz del Semblante de Dios, el Día en que la Lengua de Grandeza llama en voz alta: El Reino es de Dios, el Señor del Día de la Resurrección.

Se ha mencionado tu nombre en nuestra Presencia, y Nos hemos dignado revelar para ti lo que la lengua de nadie entre las gentes del mundo puede relatar. Regocíjate con extrema alegría, por cuanto se te ha recordado en la Más Grande Prisión y el Semblante del Antiguo de los Días se ha vuelto hacia ti desde esta exaltada morada.

En verdad hemos revelado los signos, hemos presentado los testimonios irrefutables y emplazado a todos los hombres al Sendero Recto. Entre la gente hay quienes se han apartado y han rechazado la verdad, otros han dictado sentencia contra nosotros sin prueba ni evidencia alguna. Los primeros en apartarse de Nosotros han sido los dirigentes espirituales del mundo de esta época, aquellos que Nos llaman de día y de noche y mencionan mi Nombre mientras descansan en sus encumbrados tronos. No obstante, cuando Me revelé a los hombres, se levantaron contra mí de tal modo que hasta las piedras gimieron y se lamentaron amargamente.

Grande es tu bienaventuranza por cuanto has escuchado su Voz, has dirigido tu rostro hacia Él y has escuchado la Llamada de tu Señor cuando vino investido con invencible poder y soberanía.

¡Oh mi sierva, oh mi hoja! Da gracias al Bienamado del mundo por haber logrado este ilimitado favor en un momento en que los eruditos y los hombres más distinguidos del mundo han permanecido privados de él. Te hemos designado "hoja" para que, como las hojas, puedas ser agitada por el suave viento de la Voluntad de Dios -exaltada sea su gloria-, así como las hojas de los árboles son agitadas por los vientos impetuosos. Da gracias a tu Señor por estas brillantes palabras. Si percibieras la dulzura del título "Oh mi sierva", te encontrarías desprendida de toda la humanidad, devotamente ocupada día y noche en comulgar con Aquel que es el único Deseo del mundo.

En palabras de incomparable belleza, hemos hecho adecuada mención de aquellas hojas y siervas que han bebido de las aguas vivas de la gracia celestial y han mantenido sus ojos dirigidos hacia Dios. Ciertamente, son dichosas y bienaventuradas. Dentro de poco tiempo Dios revelará su posición, cuya sublimidad ninguna palabra puede expresar convenientemente y ninguna descripción puede definir adecuadamente.

Te exhortamos a realizar lo que sirva para promover los intereses de la Causa de Dios entre los hombres y las mujeres. Él oye la llamada de los amigos y observa sus acciones. Verdaderamente Él es el que escucha y el que ve.

Sobre ti y sobre ellos sea la gloria de Dios, el Poderoso, el Omnisciente, el Omnisapiente.

¡Oh Sierva de Dios! Escucha la Voz del Señor de los Nombres, que desde su Prisión ha dirigido su mirada hacia ti y está haciendo mención de ti.

Él ha prestado ayuda a todos los caminantes, ha respondido bondadosamente a todos los suplicantes y concedido admisión a todos los buscadores de la verdad. En este Día se ha hecho manifiesto el Sendero Recto, la Balanza de la justicia divina está preparada y la luz del Sol de su munificencia resplandece; no obstante, la oscuridad opresiva de las gentes de la tiranía se ha interpuesto como una nube y ha hecho surgir un cruel obstáculo entre el sol de la gracia celestial y las gentes del mundo. Bienaventurado quien rasgue los velos que se interponen y esté iluminado por la radiante luz de la Revelación divina. Piensa cuán numerosos fueron quienes se contaron a sí mismos entre los sabios y eruditos, y sin embargo en el Día de Dios fueron privados de las efusiones de la munificencia celestial.

¡Oh mi hoja, oh mi sierva! Aprecia el valor de esta bendición y esta tierna misericordia que te ha circundado y ha guiado tus pasos hacia la Aurora de gloria.

Haz llegar saludos en nombre de este Agraviado a aquellas siervas que adoran a Dios, y alegra sus corazones con la certeza de su amorosa providencia.

En todos los asuntos fija tu mirada en la sabiduría, pues es un antídoto infalible. ¿Cuán a menudo ha convertido a un no creyente en creyente o a un enemigo en amigo? Es esencial tenerla en cuenta, ya que este tema se ha explicado en numerosas Tablas reveladas desde el empíreo de la Voluntad de Aquel que es la Manifestación de la luz de la unidad divina. Bienaventurados los que actúan en consecuencia.

Concentra sin cesar tu atención en lo que exalte la Palabra de Dios. En esta Grandísima Revelación se considera a las buenas acciones y al carácter loable como las huestes de Dios, lo mismo que su bendita y sagrada Palabra. Estas huestes son la calamita de los corazones de los hombres y el medio efectivo para abrir las puertas. De todas las armas del mundo, ésta es la más afilada.

Ruega a Dios que muníficamente ayude a todos los hombres a cumplir lo que su Pluma todogloriosa ha registrado en los Libros y Tablas Sagradas.

Este Agraviado hace mención de aquel que ha vuelto su rostro hacia el Incomparable, el Omnisciente, aquel que es testigo de su unidad, del mismo modo que la Pluma Todogloriosa lo es mientras se mueve rápidamente en el campo de la prolación. Bienaventurada el alma que reconoce a su Señor, y ¡ay! de aquel que yerra y duda penosamente.

El hombre es como un árbol. Si está adornado con frutos, es digno de alabanza y encomio y siempre lo será. Por el contrario, un árbol sin frutos sólo sirve para el fuego. Los frutos del árbol humano son exquisitos, altamente deseados y muy apreciados. Entre ellos se encuentran el carácter recto, las acciones virtuosas y las palabras agradables. La primavera tiene lugar una vez al año para los árboles terrenales, en tanto que para los árboles humanos aparece en los Días de Dios, exaltada sea su gloria. Si los árboles de las vidas de los hombres fuesen ataviados en esta divina Primavera con los frutos que se han mencionado, con certeza la refulgencia de la luz de la Justicia iluminaría a todos los habitantes de la tierra, y todos morarían en tranquilidad y satisfacción bajo la sombra protectora de Aquel que es el Propósito de toda la humanidad. El Agua para estos árboles es el agua viva de las Palabras sagradas pronunciadas por el Bienamado del mundo. En un instante esos árboles son plantados, y en el siguiente sus ramas habrán alcanzado los cielos mediante las efusiones de las lluvias de la merced divina. Sin embargo, un árbol seco nunca ha sido ni será digno de mención.

Dichoso el fiel que está ataviado con la vestidura del empeño elevado y se ha levantado para servir a esta Causa. Tal alma ha alcanzado verdaderamente la Meta ansiada y ha comprendido el Propósito para el cual ha sido creada. Pero, ¡ay!, ¡mil veces ay!, por los rebeldes que son como hojas secas caídas sobre el polvo. Dentro de poco las ráfagas mortales los llevarán al lugar destinado para ellos. Llegaron ignorantes, ignorantes permanecieron e ignorantes se retiraron a sus moradas.

El mundo proclama constantemente estas palabras: Cuidado, yo soy efímero, y también lo son mis apariencias y colores exteriores. Prestad atención a los cambios y azares que se producen en mí y despertad de vuestro sueño. No obstante, no hay ojo perspicaz que vea, ni oído capaz de oír que escuche.

En este Día el oído interno exclama y dice: En verdad, bienaventurado soy, hoy es mi día, por cuanto la Voz de Dios está llamando en voz alta. Y la esencia de la visión grita: Bendita soy, éste es mi día, porque la Antigua Belleza brilla resplandeciente desde el más exaltado Horizonte.

Incumbe al pueblo de Bahá invocar y suplicar al Señor de los Nombres para que acaso así no se prive a las gentes del mundo de las efusiones de la gracia en Sus días.

En el pasado los sacerdotes quedaron desconcertados ante esta cuestión, una cuestión acerca de la cual Aquel que es la Verdad Soberana les oyó preguntar en repetidas ocasiones durante los tempranos años de su vida: "¿Cuál es la Palabra que pronunciará el Qá'im, por la cual serán puestos en fuga los dirigentes de la religión?" Di: Esa Palabra se ha hecho manifiesta ahora, y habéis huido antes de que la oyerais pronunciar, aunque no lo percibís. Y esa bendita, oculta, encubierta y atesorada Palabra es esta: "'ÉL' ha aparecido con la vestidura de 'YO'. El que estaba oculto a los ojos mortales exclama: ¡He aquí! Yo soy el Todomanifiesto". Ésta es la Palabra que ha hecho estremecerse a los miembros de los descreídos. ¡Glorificado sea Dios! Todas las Escrituras celestiales del pasado atestiguan la grandeza de este Día, la grandeza de esta Manifestación, la grandeza de Sus signos, la grandeza de Su Palabra, la grandeza de Su constancia, la grandeza de Su preeminente posición. Aun a pesar de todo ello, las gentes han seguido siendo negligentes y están ocultas como por un velo. En verdad, todos los Profetas han anhelado alcanzar este Día. David dice: "¿Quién me conducirá a la Ciudad fuerte?"107 Por "ciudad fuerte" se entiende 'Akká. Sus fortificaciones son muy poderosas, y este Agraviado está prisionero dentro de sus muros. De igual manera se ha revelado en el Corán: "Saca a tu pueblo de la oscuridad a la luz y anúnciales los días de Dios".108

En la mayoría de los Libros y Escrituras celestiales se menciona explícitamente y se explica con claridad la gloria con que está investido este Día. No obstante, los sacerdotes de la época han privado a los hombres de esta trascendente posición y les han impedido alcanzar este Pináculo de Gloria, esta Meta Suprema.

Bienaventurado eres tú, por cuanto la oscuridad de las vanas imaginaciones ha sido impotente para impedirte alcanzar la luz de la certidumbre, y el furioso ataque de la gente no ha podido apartarte del Señor de la humanidad. Aprecia el valor de esta elevada posición e implora a Dios -exaltada sea su gloria- que benévolamente te permita salvaguardarla. El dominio imperecedero ha pertenecido exclusivamente al Dios único y verdadero y a sus amados, y continuará perteneciéndoles eternamente.

Que la gloria que ha brillado desde el horizonte de la eternidad sea sobre ti y sobre quienes se han asido firmemente del Cordón de Dios, que ningún hombre puede romper.

El que conduce a la verdadera victoria ha llegado. ¡Por la rectitud de Dios! Él es plenamente capaz de revolucionar el mundo mediante el poder de una sola Palabra. Él mismo, habiendo ordenado a todos los hombres observar sabiduría, se ha adherido al cordón de la paciencia y la resignación.

Los pedazos de arcilla del mundo han partido para visitar la embellecida y luminosa Ciudad carmesí de Dios, y ciertos emisarios de Persia están promoviendo en secreto la discordia, aunque en su apariencia externa fingen ser benévolos y humildes. ¡Dios Munífico! ¿Cuándo se transformará en sinceridad la artería que aflige al mundo? Las exhortaciones de Dios, el Verdadero, han abarcado al mundo, pero hasta ahora su influencia no se ha manifestado. Las acciones indignas de los hombres les han impedido llegar a Él. Suplicamos a Dios -exaltado y glorificado sea Él- que derrame sobre todos sus siervos, desde las nubes de la gracia divina, la lluvia desbordante de su misericordia. Verdaderamente, Él es potente sobre todas las cosas.

¡Oh 'Alí Haydar! ¡Oh tú que te has levantado para servir a mi Causa y te has dedicado a enaltecer la alabanza de Dios, Señor del poderoso Trono! Es indudablemente claro y evidente para los emblemas de la justicia y los exponentes de la equidad que este Agraviado, fortalecido por el trascendente poder del Reino, pretende borrar de entre los pueblos y razas de la tierra todo rastro de desorden, discordia, disensión, diferencias o divisiones; y no ha sido por ninguna otra razón sino por este grande, este trascendental propósito por lo que Él ha sido encarcelado una y otra vez y muchos días y noches se ha visto sometido a cadenas y grillos. Bienaventurados sean quienes juzgan con imparcialidad y equidad esta Causa inexpugnable, este glorioso Anuncio.

Esta es una Tabla enviada por el Señor de la misericordia para que las gentes del mundo puedan acercarse a este Océano, que se ha agitado mediante la potencia de Su augusto Nombre. Entre los hombres se encuentran quienes se han apartado de Él y han contradicho su testimonio, en tanto otros han bebido el vino de la certeza en la gloria de su Nombre, el cual impregna todas las cosas creadas. Quienes han prestado atención al graznido del cuervo y han rehusado escuchar los dulces gorjeos del Ave del Cielo que canta sobre las ramas del Árbol de la eternidad, han sufrido, en verdad, una dolorosa pérdida: Verdaderamente no hay otro Dios fuera de Mí, el Omnisciente, el Omnisapiente. Éste es el Día que ha sido iluminado por los resplandores de la luz de nuestro semblante, Día alrededor del cual giran en adoración todos los días y las noches. Bienaventurado el hombre sagaz que percibe y el muerto de sed que bebe de esta Fuente luminosa. Bienaventurado el hombre que reconoce la verdad esforzándose con ahínco para servir a la Causa de su Señor, el Fuerte, el Todopoderoso.

¡Oh siervo que has fijado tu mirada en mi rostro! Escucha la Voz de tu Señor, el Todoglorioso, que llama en voz alta desde la aurora de grandeza y majestad. Verdaderamente su Llamamiento te acercará al reino de gloria y hará que ensalces Su alabanza de tal manera que extasíe a todo lo creado, y magnifiques su gloria de tal manera que influya sobre la creación entera. Verdaderamente tu Señor es el Protector, el Benévolo, el Informado de todo.

Reúne a los amigos de Dios en ese país e infórmales de mi incomparable recuerdo. Hemos revelado una Tabla para ellos desde la cual se ha difundido la fragancia del Todomisericordioso sobre el reino de la existencia, para que puedan regocijarse con exultante alegría y permanezcan firmes en esta maravillosa Causa.

Estando en prisión hemos revelado un Libro que hemos titulado El Libro Más Sagrado. En él hemos promulgado leyes y lo hemos adornado con los mandamientos de tu Señor, que ejerce autoridad sobre todos los que están en los cielos y en la tierra. Di: Tomadlo, oh gentes, y observad lo que en él ha sido enviado de los maravillosos preceptos de vuestro Señor, el Perdonador, el Misericordioso. Esto os hará prosperar tanto en este mundo como en el venidero y os purificará de todo cuanto no sea digno de vosotros. Él, en verdad, es el Ordenador, el Expositor, el Donador, el Generoso, el Benévolo, el Todoalabado.

Grande es tu bienaventuranza por haber sido fiel al Convenio de Dios y su Testamento y por haber sido honrado con esta Tabla por medio de la cual tu nombre está registrado en mi Tabla Preservada. Dedícate al servicio de la Causa de tu Señor, abriga su recuerdo en tu corazón y celebra su alabanza de manera tal que toda alma rebelde y negligente pueda despertarse del sueño.

Así, nos hemos dignado conferirte una muestra del favor de nuestra presencia; y, ciertamente, Yo soy el Perdonador, el Todomisericordioso.

Deseamos hacer mención de aquel que ha dirigido su rostro hacia Nosotros y permitirle, una vez más, beber largamente de las aguas vivas de nuestra misericordiosa providencia, para que pueda acercarse a Mi Horizonte, adornarse con Mis atributos, remontarse en Mi atmósfera, confirmarse en lo que haga que la santidad de Mi Causa se manifieste entre mi pueblo y celebrar Mi alabanza de manera tal que logre que toda alma indecisa se apresure, toda criatura inmóvil levante su vuelo, todo cuerpo mortal sea consumido, todo corazón helado se agite con vida y todo espíritu abatido vibre de alegría. Esto es lo que corresponde a quien ha vuelto su rostro hacia el mío, ha entrado bajo la sombra de mi amorosa bondad y ha recibido mis versos, los cuales han impregnado al mundo entero.

¡Oh 'Alí! Aquel que es la Aurora de la Revelación divina te llama a través de estas maravillosísimas palabras. ¡Por la rectitud de Dios! Si estuvieses presente ante mi Trono y escuchases a la Lengua de poder y grandeza, sacrificarías tu cuerpo, tu alma, todo tu ser como muestra de tu amor por Dios, el Soberano, el Protector, el Omnisapiente, el Todosabio, y te conmovería de tal manera la fascinación de su Voz que todas las plumas serían incapaces de relatar tu posición y todo orador elocuente se vería confundido en su intento por describirla. Reflexiona un momento sobre esta Revelación y sobre su invencible soberanía; ayúdale, pues, como corresponde a tu Señor, el Benévolo, el Todomunífico. Dirige al pueblo hacia la Aurora de la gloria. En verdad, es Él mismo Quien se ha establecido sobre Su poderoso Trono. Por medio de Él se ha hecho brillar el horizonte de esta Prisión y por él han sido iluminados todos los que están en los cielos y en la tierra.

Nos hemos dignado hacer mención de tu nombre tanto en el pasado como en esta munífica Tabla, para que, una vez más, puedas inhalar la dulce fragancia del Todomisericordioso. Esto no es sino una muestra de mi favor hacia ti. Da gracias a tu Señor, el Todomunífico, el que Todo lo Ve.

No te aflijas porque los hombres no consigan comprender la Verdad. Dentro de poco los encontrarás volviéndose hacia Dios, el Señor de toda la humanidad. En verdad, mediante la potencia de la Más Sublime Palabra hemos abarcado el mundo entero, y se aproxima el momento en que Dios habrá subyugado los corazones de todos los que moran en la tierra. Él es, en verdad, el Omnipotente, el Todopoderoso.

Desde este país también recordamos a tu hermano, para que se regocije por la mención que he hecho de él y para que sea de los que reflexionan.

¡Oh amigo! El Bienamado te está llamando desde Su Más Grande Prisión y te exhorta a observar lo que mi exaltada Pluma ha revelado en mi Libro Más Sagrado, para que puedas asirte firmemente a él con tal resolución y poder como los que nacen de Mí; y Yo verdaderamente soy el Ordenador, el Todosabio.

Grande, en verdad, es tu bienaventuranza, puesto que te ha sido conferida su gracia infalible y se te ha ayudado a reconocer esta Causa, una Causa por medio de cuya potencia los cielos se han plegado y toda montaña elevada y encumbrada ha sido reducida a polvo.

Por medio de nuestra gracia ilimitada, además, hacemos mención de tu madre, que ha tenido el privilegio de reconocer a Dios. Le enviamos nuestros saludos desde esta gloriosa posición. Recordamos a cada uno de vosotros, hombres y mujeres, y desde este Lugar, Escenario de gloria incomparable, os consideramos a todos como una sola alma y os enviamos las gozosas nuevas de las bendiciones divinas, que han precedido a todas las cosas creadas, y de mi recuerdo, que ha impregnado a todos, sean jóvenes o ancianos. Que la gloria de Dios sea sobre vosotros, oh pueblo de Bahá. Regocijaos con exultante alegría mediante mi recuerdo, porque Él, en verdad, está con vosotros en todo momento.

Presta atención a lo que el Espíritu te comunica de los versos de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo, para que su Llamada te atraiga a la Cima de trascendente gloria y te acerque a la Posición desde donde contemplarás todo tu ser ardiendo con el fuego del amor a Dios, de modo tal que ni el dominio de los gobernantes ni las murmuraciones de sus vasallos puedan apagarlo, y te levantarás entre los pueblos del mundo para celebrar la alabanza de tu Señor, el Poseedor de los Nombres. Esto es lo que es digno de ti en este Día.

Te vamos a relatar lo que ha sucedido en el pasado, para que percibas la dulzura de estas palabras y seas consciente de los acontecimientos que tuvieron lugar en tiempos pasados. Verdaderamente tu Señor es el Amonestador, el Benévolo, el Bienamado.

Recuerda los días en que Aquel que conversó con Dios cuidó en el desierto las ovejas de Jetro, su suegro. Él oyó la Voz del Señor de la humanidad proveniente de la Zarza Ardiente que se había elevado sobre la Tierra Santa, exclamando: "¡Oh Moisés! Ciertamente Yo soy Dios, tu Señor y el Señor de tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob". Estaba tan extasiado por el fascinante acento de la Voz, que se desprendió del mundo y partió en dirección al faraón y su pueblo, investido con el poder de tu Señor, que tiene soberanía sobre todo lo que ha sido y será. Las gentes del mundo están oyendo ahora lo que oyó Moisés, pero no entienden.

Di: ¡Juro por la rectitud de Dios! Dentro de poco pasará la pompa de los ministros de Estado y el dominio de los gobernantes, los palacios de los potentados serán devastados y los impresionantes edificios de los emperadores serán reducidos a polvo, mientras que lo que perdurará será aquello que hemos ordenado para vosotros en el Reino. Os incumbe, oh pueblo, hacer el máximo esfuerzo para que vuestros nombres sean mencionados ante el Trono y para producir lo que inmortalice vuestro recuerdo por toda la eternidad de Dios, el Señor de todo ser.

Recuerda en mi Nombre a los amados de ese país, llévales mis saludos y alegra sus corazones con las nuevas de lo que ha sido revelado para ellos desde esta gloriosa posición.

Di: Prestad atención, no sea que el poder abrumador de los opresores os alarme. Se acerca el día en que todo emblema de vanagloria será reducido a la nada; entonces contemplaréis la invencible soberanía de vuestro Señor gobernando sobre todas las cosas visibles e invisibles.

Cuidado, no sea que los velos os aparten de las efusiones de su misericordia en este Día. Abandonad lo que os mantiene alejados de Dios y perseverad en este dilatado Sendero. No deseamos nada para vosotros excepto aquello que os beneficie, según está registrado en su Tabla Preservada. A menudo recordamos a nuestros amados; sin embargo, los hemos encontrado faltos de lo que es digno de ellos ante la corte del favor de su Señor, el Benévolo, el Perdonador, salvo aquellos a los que Dios deseó eximir. Verdaderamente potente es Él para hacer lo que desea. Él da y quita. Él es, ciertamente, la Verdad Eterna, el Conocedor de cosas invisibles.

Tomad, oh amados del Todomisericordioso, el cáliz de vida eterna ofrecido por la mano de los generosos favores de vuestro Señor, el Poseedor de la creación entera, y luego bebed largamente de él. Juro por Dios, esto os extasiará de tal manera que os levantaréis para exaltar su Nombre y proclamar sus palabras entre los pueblos de la tierra, y conquistaréis las ciudades de los corazones de los hombres en nombre de vuestro Señor, el Todopoderoso, el Todoalabado.

Además, anunciamos a todos las gozosas nuevas relativas a lo que hemos revelado en nuestro Libro Más Sagrado, un Libro por encima de cuyo horizonte brilla el sol de mis mandamientos sobre todo observador y sobre todo observado. Asíos firmemente a él y cumplid cuanto en él está revelado. En verdad, ello es mejor para vosotros que todo lo que ha sido creado en el mundo, si lo supierais. Cuidado, no sea que las cosas transitorias de la vida humana os impidan volveros hacia Dios, el Verdadero. Meditad en vuestros corazones sobre el mundo y sus conflictos y cambios, para que podáis discernir su virtud y la posición de aquellos que han puesto sus corazones en él y se han apartado de lo que se ha enviado en nuestra Tabla Preservada.

De este modo hemos revelado estos versos sagrados y te los hemos enviado para que te levantes a glorificar el Nombre de Dios, el que Ayuda en el Peligro, el que Subsiste por Sí Mismo. Que la gloria de Dios sea sobre ti y sobre quienes han participado de este Vino escogido y sellado.

Éste Agraviado ha leído atentamente tu carta en la Más Grande Prisión y está enterado de tu pregunta relativa a los mandamientos de Dios sobre los temas de la resurrección y los medios de subsistencia. Has hecho bien en formular estas preguntas, pues el beneficio de las mismas te aprovechará a ti así como a otros siervos de Dios, tanto externa como internamente. Verdaderamente tu Señor sabe todas las cosas y contesta pronto a la llamada.

La causa suprema de la creación del mundo y todo lo que en él existe es que el hombre conozca a Dios. En este día, quienquiera sea guiado por la fragancia de la vestidura de su misericordia a lograr ser admitido en la prístina Morada, la cual es la posición del reconocimiento de la Fuente de los mandamientos divinos y la Aurora de su Revelación, habrá logrado todo bien para siempre. Habiendo alcanzado esta elevada posición, sobre cada alma recae una doble obligación. Una es permanecer firme en la Causa con tal constancia que si todos los pueblos del mundo intentasen impedirle volverse hacia la Fuente de la Revelación no podrían lograrlo. La otra es el cumplimiento de las ordenanzas divinas que han fluido del manantial de su Pluma celestialmente impulsada. Pues el conocimiento humano de Dios no puede desarrollarse total y adecuadamente si no es a través del cumplimiento de todo lo que Él ha ordenado y está expuesto en su Libro.

Hace un año fue enviado el Libro Más Sagrado desde el cielo de la munificencia del Señor de los Nombres. Dios mediante, es posible que benévolamente se te permita cumplir lo que en él ha sido revelado.

En lo relativo a los medios de subsistencia, debes dedicarte a alguna ocupación, al tiempo que pones toda tu confianza en Dios. Sin duda, Él te enviará desde el cielo de su favor lo que está destinado para ti. Él es, en verdad, el Dios de fuerza y poder.

Da gracias a Dios que tu carta ha alcanzado la presencia de este Prisionero y que la respuesta ha sido revelada y te está siendo enviada desde la Sede de la autoridad divina. Ésta es una incalculable bendición otorgada por Dios. Aunque no sea evidente en el presente, pronto lo será. Te incumbe decir:

Magnificado sea tu Nombre, ¡oh Señor mi Dios! Yo soy el que ha vuelto su rostro hacia Ti y en Ti ha puesto toda su confianza. Te imploro por tu Nombre, mediante el cual se ha encrespado el océano de tu prolación y se han agitado las brisas de tu conocimiento, que me concedas que muníficamente se me ayude a servir a tu Causa y se me inspire para recordarte y alabarte. Envía, pues, sobre mí, desde el cielo de tu generosidad, aquello que me preserve de todo excepto de Ti y me beneficie en todos tus mundos.

Ciertamente, Tú eres el Poderoso, el Inaccesible, el Supremo, el que conoce, el Sabio.

Notas:

1 Shoghi Effendi, Dios Pasa, EBILA, 1977, pág. 203.

2 A veces citada como Tabla a los Cristianos.
3 Jesucristo.
4 Ídem.
5 Jesucristo.
6 Corán 81:6 y 10.

7 Mirza Hádí Dawlat-Ábádí, uno de los teólogos de IÐfahán que se convirtió en seguidor del Báb, más tarde apoyó a Mirza Ya¥yá y fue nombrado representante suyo en Irán y su sucesor. Durante las persecuciones de los Bábís se retractó de su Fe.

8 Signos distintivos de los mullás.
9 De Hádí.
10 Corán 6:91.
11 En Chipre.
12 A Mirza Ya¥yá.

13 Ustád 'Alí Akbar, firme creyente de Yazd. Diseñó el Mashriqu'l-Adhkár de 'Ishqábád y su diseño fue aprobado por 'Abdu'l-Bahá. Ustád 'Alí Akbar ofrendó su vida como mártir en Yazd en 1903.

14 El árabe.
15 Moisés.

16 Hájí Mirza Haydar-'Alí, destacado maestro y autor Bahá'í persa. Pasó nueve años en prisión y estuvo exiliado en Khartúm. Viajó mucho por Irán y falleció en 1920 en Tierra Santa. Los peregrinos occidentales le conocían como "el Ángel del Monte Carmelo."

17 Corán 34:12.
18 Jesucristo.

19 Hájí Mullá Hádí Sabzivár, renombrado filósofo y poeta iraní, contemporáneo de Bahá'u'lláh. Falleció en 1873.

20 Mirza Abu'l-Qásim Faráhání, el Qá'im Maqám, distinguido poeta y erudito durante el reinado de Fath 'Alí Sháh. Era amigo de Mirza Buzurg, padre de Bahá'u'lláh. Qá'im Maqám llegó a ser Primer Ministro de Persia en 1821, pero en 1835 fue condenado a muerte por orden de Mu¥ammad Sháh, por instigación de Hájí Mirza Áqásí.

21 Corán 4:129.
22 Corán 59:9.

23 Mu¥ammad Javád-i-Qazvíní, a quien Bahá'u'lláh otorgó el título de Ismú'lláhí'l-Júd (El Nombre de Dios, Munificencia). Transcribió muchas Tablas de Bahá'u'lláh durante su ministerio, pero más tarde rompió el Convenio. (Ver Dios Pasa, págs. 233 y 302.)

24 Azal.
25 Pueblo cercano a IÐfahán.

26 Ver nota de pág. 45 (cambiar número de página).

27 Mirza Ashraf, que fue martirizado en la ciudad de IÐfahán. (Ver Dios Pasa, pág. 189.)

28 Las dos Manos de la Causa de Dios, Hájí Mullá Alí Akbar ShahMirzadí y Hájí Abu'l-Hasan Ardakání, Amín-i-Iláhí (Fideicomisario del Æuqúqu'lláh), fueron arrestados en Teherán, se les encarceló en Qazvín en el año 1891 y luego fueron trasladados a la prisión de Teherán.

29 Príncipe Mahmúd Mirza, el Jalálu'd-Dawlih, gobernador de Yazd, Persia.

30 Maldito.
31 Bahá.

32 Jamálúd-Dín-i-Afghaní (ver Dios Pasa, págs. 281-301).

33 El Asa Segura.
34 Letra "B", segunda letra del abecedario.

35 Capítulo con que se inicia el Corán, que comienza con la letra B: Bismi'lláhi'r-Rahmání'r-Rahím (en el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso). Este capítulo del Corán fue revelado dos veces, una en La Meca y otra en Medina.

36 Jesucristo.
37 Moisés.
38 Teherán.
39 Mázindarán.

40 Esta Tabla iba dirigida a Jalíl-i-Khu'í, uno de los primeros creyentes de Ádhirbáyján, Persia. Después de la ascensión de Bahá'u'lláh rompió el Convenio.

41 Cf. Corán 14:33.
42 Cf. Corán 21:23.
43 La Meca.
44 Corán 3:91.
45 Mu¥ammad.
46 Mirza Ya¥yá.
47 Mu¥ammad.
48 Corán 83:6.
49 Moisés.
50 Corán 14:5.
51 Jesucristo.
52 Adrianópolis.
53 Árabe.
54 Persa.
55 Mu¥ammad.
56 Los imanes.
57 El Báb.

58 Neologismo que ha sido necesario crear para intentar traducir el término inglés "Successorship", que significa "cualidad, o posición, de aquel que es el sucesor de alguien". (N. del T.)

59 Kitáb-i-Aqdas.

60 Uno de los primeros creyentes, muy conocido entre los amigos por la fiabilidad de sus transcripciones de las Tablas de Bahá'u'lláh. (Ver Memorial of the Faithful, págs. 150-153.)

61 Préstamos que no producen interés y se devuelven cuando lo desea el deudor.

62 Véase Memorials of the Faithful, págs. 1-5.
63 Véase Memorials of the Faithful, págs. 49-54.

64 En una tabla Bahá'u'lláh afirma: "El Árbol Santo (Sadrat) es, en cierto sentido, la Manifestación del Único Dios Verdadero, exaltado sea Él. El Árbol Bendito de la Tierra de Za'farán se refiere a la tierra floreciente, bendita, santa y muy perfumada, donde se ha plantado ese Árbol."

65Término con el que se intenta traducir el neologismo inglés "Firstness", que pretende transmitir la idea de "que posee la cualidad de ser el, o lo, primero".

66 En muchos de los pasajes que siguen, relativos a los filósofos griegos, Bahá'u'lláh extrae citas literales de las obras de historiadores musulmanes como Abu'l-Fath-i-Shahristání (1076-1153 d.C.) e 'Imádu'd-Dín Abu'l-Fidá (1273-1331 d.C.).

67 En una de sus Tablas, Bahá'u'lláh escribió: "La primera persona que se consagró a la filosofía fue Idris. Así se llamaba. Algunos le llamaban también Hermes. Él tiene un nombre especial en todas las lenguas. Él fue quien hizo exposiciones completas y convincentes en todas las ramas de la filosofía. Después de él, Balinús tomó sus conocimientos y su ciencia de las Tablas Herméticas, y la mayor parte de los filósofos que le siguieron hicieron sus descubrimientos filosóficos y científicos a partir de sus palabras y sus explicaciones..." En el Corán, en la sura 19, versículos 57-58, está escrito: "Recuerda a Idris en el Libro, pues él fue un hombre de la verdad, un Profeta; y nosotros le elevamos a un lugar en lo alto."

68 Ver nota .
69 Corán 20:106.
70 Mu¥ammad.
71 La Meca.
72 El árabe.
73 Moisés.

74 Mu¥ammad Æusayn, uno de los primeros creyentes de Shíráz, llamado Vafá (Fidelidad) por Bahá'u'lláh.

75 El Más Grande Nombre.
76 Mullá Æusayn.

77 El creador del Becerro de Oro. Ver Corán 20:87-98.

78 A Siyyid-i-Mihdíy-i-Dahají, a quien iba dirigida esta Tabla, Bahá'u'lláh le confirió el título de Ismu'lláhi'l-Mihdí, "El Nombre de Dios, Mihdí". Posteriormente fue rompedor del Convenio. (Ver Dios Pasa, pág. 303.)

79 Nabíl-i-Akbar. Véase nota en la pág. 157.

80Esta tabla fue revelada después del martirio del Rey de los Mártires y el Bienamado de los Mártires (véase Dios pasa, págs. 188-189), e iba dirigida a Shaykh Mu¥ammad Báqir, llamado por Bahá'u'lláh "el Lobo". En esta Tabla Bahá'u'lláh menciona a Mir Mu¥ammad Æusayn, el Imám Jum'ih de IÐfahán, llamado "la Serpiente Hembra", que fue cómplice de Shaykh Mu¥ammad Báqir en la persecución de los Bahá'ís (véase Dios pasa, págs. 186, 188-189 y 206.) La Epístola al Hijo del Lobo iba dirigida a Shaykh Mu¥ammad Taqiy-i-Najafi, hijo de Shaykh Mu¥ammad Báqir.

81 La Meca.
82 Fá¶imih, hija de Mu¥ammad.
83 Jesucristo.
84 Corán 4:96.
85 Jesucristo.

86 El Sagrado Árbol del Loto, el Árbol más allá del cual no hay paso (véase Corán 53:8-18). Es un símbolo de la Manifestación de Dios. (Véase Dios Pasa, pág. 90.)

87 Corán 2:88.
88 Moisés.
89 Jesucristo.
90 Napoleón III.
91 Corán 40:29.
92 Mu¥ammad.
93 Fá¶imih, hija de Mu¥ammad.
94 Adrianópolis.
95 El Imám-Jum'ih de IÐfahán (ver pág. ).
96 Fá¶imih.

97 El Rey de los Mártires y el Bienamado de los Mártires.

98 Jesucristo.
99 Ismael.
100 Corán 104:1-2.

101 Beirut. Esta Tabla es "una carta dictada por Bahá'u'lláh y dirigida por Mirza Áqá Ján, su amanuense, a 'Abdu'l-Bahá mientras este último se encontraba de visita en Beirut." (The World Order of Bahá'u'lláh, pág. 136.)

102 Del Báb.
103 Corán 7:139.
104 Munificencia. Véase nota .
105 Moisés.
106 Ver nota .
107 Salmos 59:9; 108:10.
108 Corán 14:5.

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